Pacto de Mayo | Los gobernadores valoraron el tono “moderado” de Milei y ahora van por “avances concretos”
Los 18 mandatarios provinciales que viajaron a Tucumán elogiaron el discurso del Presidente, pero consideran que deben ser compensado por el costo político que pagan por su cercanía a la Casa Rosada; alerta por la incorporación de Sturzenegger al Gabinete
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SAN MIGUEL DE TUCUMÁN (De un enviado especial).- “Ya tiene las leyes, y ahora también tiene el Pacto de Mayo. Es hora de gobernar y mostrar resultados”, reflexionó un gobernador mientras apuraba el paso para encontrar algo de calor en la habitación de su hotel, luego de varias horas sentado, a la intemperie, en la gélida noche tucumana.
La advertencia del mandatario provincial, compartida por la mayoría de sus pares, llegaba en la madrugada del martes no tanto como resultado de un enojo momentáneo-coincidían en que el discurso del presidente Javier Milei frente a la Casa Histórica había sido “moderado, sin atacar a nadie”-sino, sobre todo, por acumulación previa de reclamos (fondos, obra pública) aún no satisfechos por la Casa Rosada.
Muchos de los 18 gobernadores allí sentados tuvieron que soportar presiones directas o indirectas por haber firmado el Acta de Mayo, sin percibir aún que el Gobierno esté dispuesto a compensarlos por los servicios prestados. “No sé si son muy agradecidos”, reflexionó un gobernador antes de concurrir a la cita, poco antes de que Milei sí les agradeciera el gesto de haber llegado a Tucumán y participado de una foto clave.
El expresidente Alberto Fernández y el gobernador bonaerense Axel Kicillof fueron dos de los dirigentes kirchneristas que, según pudo saber LA NACION, utilizaron sus viejos contactos para intentar persuadir a algunos gobernadores de que no firmaran lo que consideraban un aval político a la gestión de Milei, cuyos voceros y dirigentes festejaban anoche como un triunfo la foto de los 18 gobernadores rubricando el acta, en la Casa Histórica.
Fernández y Kicillof no lo consiguieron, a pesar del histórico vínculo del santiagueño Gerardo Zamora con la expresidenta Cristina Kirchner, o la relación que el catamarqueño Raúl Jalil sostuvo con Fernández hasta el último día de su mandato, o el apoyo que el rionegrino Alberto Weretilneck dio casi a cada paso de la gestión del fenecido Frente de Todos. Desde el gobierno tucumano que encabeza el peronista “aliado” Osvaldo Jaldo calificaban de “provocación” la presencia de Oscar Parrilli, Nilda Garré y otros íntimos de la ex presidenta, realizando un acto, en el parque 9 de julio, a metros del hotel Sheraton, en el que se alojaron los mandatarios provinciales que participaron del acto mileísta.
“La gente nos pide que ayudemos al Gobierno, o que directamente nos incorporemos al oficialismo. Casi nadie quiere que hagamos oposición”, argumentó a modo de justificativo un mandatario provincial con argumentos similares a los que recurrió el anfitrión para justificar su indudable cercanía y apoyo al Gobierno.
Obligados por las encuestas a sostener buenos vínculos con Milei y “dejarlo gobernar”, ahora los gobernadores (la mayoría de ellos) creen que llegó el momento de mostrar a sus sociedades los frutos de ese acercamiento. “El Pacto está muy bien, pero ahora veremos cómo sigue. Deberán negociar un poco”, sentenció uno de los gobernadores radicales, dispuesto a no dejar pasar la oportunidad para elevar el tono de los reclamos. La presencia de Mauricio Macri, y los abrazos que Milei prodigó a Jorge Macri, jefe de gobierno porteño, fueron dos gestos recíprocos de acercamiento, en horas de discusión cara a cara por la devolución de fondos coparticipables para la ciudad.
Contentos por lo que consideran un avance -percibieron a un Presidente “medido” y “sin agravios” en sus largos cuarenta minutos de discurso-, los gobernadores creen que el Poder Ejecutivo está más dispuesto que hace unos meses a escucharlos. Zamora, uno de los menos efusivos con el Presidente a la hora de los saludos posteriores a la firma, consiguió quitar de la cláusula que hablaba de la reforma previsional cualquier referencia directa a la jubilación privada, y por eso también llegó a la Casa Histórica, según coinciden varios de sus pares provinciales.
Las reuniones, en las horas previas a la firma del Acta de Mayo, fueron constantes. Los gobernadores de Juntos por el Cambio, por caso, se reunieron a solas en un salón del Hotel Sheraton, lejos de la presencia del periodismo, poco antes de la llegada de Milei. Por otro lado, Jalil y Jaldo también estuvieron activos, y renovaron sus vínculos con “independientes” como Weretilneck o el salteño Gustavo Sáenz, en un proto-grupo de ocho gobernadores con reclamos en común. Nadie habla, en ningún caso, de agrietar los vínculos con la Casa Rosada: el propio Sáenz, luego de firmar su adhesión, fue directo a saludar a Karina Milei, conocedor de quien en última instancia maneja, junto a su hermano, los hilos del poder.
En un contexto de reclamos por venir, la presencia de Federico Sturzenegger hacía ruido en la cabeza de los mandatarios provinciales. “No sé qué puede pasar, la política no lo quiere”, se desahogó uno de los representantes provinciales, mientras el flamante ministro de Desregulación también dejaba la peatonal tucumana luego de participar del acto. “Quizás Sturzenegger arme más problemas. Pero lo importante es ordenar la macro”, definía otro de los caciques provinciales, tan cansado como el resto de sus pares por el trajín de una jornada que el Gobierno calificó de “histórica”, y que para ellos es sólo el comienzo de otra batalla por la supervivencia política.
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