La peronización del Congreso
Si se replicara en octubre el inesperado resultado de las PASO, que dio a la fórmula de Alberto Fernández y Cristina Fernández de Kirchner un triunfo arrollador, el Frente de Todos (FDT) y sus aliados lograrían un aumento exponencial del número de bancas que los dejaría con 35 votos -al borde del quórum (37)- en el Senado. En Diputados, mientras tanto, se consolidaría como la primera minoría al acumular unas 122 bancas, quedando a sólo 7 de los mágicos 129 escaños que le permitirían abrir una sesión.
El bloque Cambiemos, por su parte, superaría en ambas cámaras por poco el número que tiene actualmente. De esta forma, según la proyección de bancas realizada por la Agencia de Información Legislativa Esfera Pública (EP), el Congreso mostraría el nivel de polarización que existe entre las dos fuerzas políticas más votadas, tal como quedó demostrado el último domingo.
En el Senado, donde el sistema de distribución de bancas premia con dos asientos a quien saque el mayor número de adhesiones y con el tercero al que le siga en votos, el actual bloque del Frente para la Victoria pasaría de 9 a 17 bancas. Vale recordar que si el Frente de Todos ganara en octubre, Cristina Fernández de Kirchner pasaría a presidir el Senado, y en su lugar asumiría su segundo, Jorge Taiana o -de acuerdo con el cupo femenino- la segunda suplente, Juliana Di Tullio. En tanto, podrían cerrar filas con el nuevo oficialismo los senadores que responden a sus gobernadores -muchos hoy en las filas del bloque Justicialista- y que militaron la campaña junto a los Fernández.
Entonces, este nuevo bloque o interbloque -que sumaría unos 35 senadores que responderían al albertismo/kicherismo- lo completarían los zamoristas Gerardo Montenegro, Claudia Ledesma y José Neder (Santiago del Estero); los tucumanos José Alperovich y Beatriz Mirkin; los formoseños José Mayans y María Teresa González; los sanjuaninos Rubén Uñac y Cristina López; los pampeanos Norma Durango y Daniel Lovera; la neuquina Silvia Sapag -todavía afiliada al Movimiento Popular Neuquino, pero que acompañó en la boleta a Oscar Parrilli-, el chubutense Mario País, la puntana Eugenia Catalfamo, la catamarqueña Inés Blas, el cordobés Carlos Caserio (que hoy preside el bloque Justicialista), el entrerriano Edgardo Kueider y el santafesino Roberto Mirabella (que de no sumarse a su gabinete, le tocaría finalizar el mandato del gobernador electo, Omar Perotti).
De acuerdo con los números arrojados en las primarias, Cambiemos pasaría de las 25 bancas actuales a 27. Juntos por el Cambio se alzaría con 7 escaños para la Cámara alta, correspondientes a 4 radicales (el neuquino Horacio "Pechi" Quiroga, el chaqueño Víctor Zimmermann, el fueguino Pablo Banco y el porteño Martín Lousteau), 2 macristas (el dirigente del agro Alfredo De Ángeli y la porteña Guadalupe Tagliaferri), más el peronista que compitió por este espacio, el salteño Juan Carlos Romero. En tanto, mantendría buen diálogo con Adolfo Rodríguez Saá, que recientemente hizo público su acercamiento a Cambiemos.
Si se repitiera el resultado de las PASO, el espacio político que ocupaba la avenida del medio quedaría fuertemente menguado, con sólo 10 bancas. Además de Rodríguez Saá, incluiría a los misioneros Maurice Closs y Magdalena Solari, al correntino Carlos "Camau" Espínola, al chubutense Alfredo Luenzo, al riojano Carlos Menem, al santafesino Carlos Reutemann; al catamarqueño Dalmacio Mera, al rionegrino Alberto Weretilnek y al jujeño Guillermo Snopek. Se trata de un puñado de senadores, en su mayoría provenientes del Justicialismo, que negociarían una a una las leyes que propongan desde el Ejecutivo.
La Cámara de Diputados
En la Cámara de Diputados, por el lado del peronismo unido, a los 27 actuales diputados que tiene el Frente para la Victoria con mandato hasta 2021, su sumarían 73 -entre kirchneristas puros y aliados electorales, como el massismo- como resultado de la elección de octubre, y otros 22 legisladores que fueron parte del kirchnerismo en su época de esplendor pero que en los últimos años se habían distanciado, y que volverían a ser parte del "núcleo duro" del Frente de Todos, como los santiagueños que responden al gobernador Gerardo Zamora. Si se repiten los resultados de la PASO y triunfa la fórmula FF, Todos podría aglutinarse en un interbloque que cómo mínimo le arrebataría al oficialismo la primera minoría.
Por lo tanto, la principal razón por la que el FDT acumularía tantas bancas es política: la contundencia de los resultados disciplinará a los legisladores y acotará el margen político de los gobernadores y otros referentes que durante la gestión del macrismo se habían diferenciado migrando hacia el peronismo "dialoguista", y les proporcionará fuertes incentivos para volver al espacio -como son los casos de Santiago del Estero, Entre Ríos o San Juan-.
El bloque de Cambiemos, con unos 10 diputados menos que el FDT -mantendría su número de aproximadamente 110 bancas-, se consolidaría como la segunda fuerza de la cámara. Pero en caso de una derrota presidencial deberá doblegar esfuerzos para mantener unida a la tropa, el PRO, la Unión Cívica Radical (UCR) y la Coalición Cívica (CC) y los aliados provinciales. En tanto, a su interior se alteraría la relación de fuerzas de sus miembros: el PRO que hoy tiene 55 escaños bajaría a 45 y quedaría con igual cantidad de bancas que el radicalismo, que pasaría de 39 a 45; aunque éste último sumarían tres aliados para imponerse y tratar de conducir el espacio. La CC, por su parte, pasaría de 10 a 14 escaños y recuperaría presencia el Frente Cívico de Córdoba, con el ingreso de su líder, Luis Juez.
En el centro del recinto, se reunirá un grupo pequeño de diputados que no responden ni al albertismo/kirchnerismo ni al macrismo. Se trata de 5 diputados que asumen por el espacio de Roberto Lavagna, 4 diputados que responden al cordobés Juan Schiaretti, 3 liderados por el hombre fuerte de Misiones, Carlos Rovira, 2 referentes del socialismo de Santa Fe, 2 alineados con el puntano Adolfo Rodríguez Saá, 2 que responden al gobernador de Chaco, Domingo Peppo, un diputado vinculado al gobernador saliente de Rio Negro, Alberto Weretilnek, una diputada por el Movimiento Popular Neuquino, uno del partido Intransigente y uno del partido Renovador de Salta. Podría esperarse que este grupo haga valer su peso en el recinto y negocie ley a ley, dado que podría inclinar la balanza para cualquiera de los dos lados.
La izquierda, que de repetirse el resultado del 11-A quedaría desde diciembre con tres diputados, completa el esquema parlamentario de la cámara baja, que a priori aparecería menos atomizada que en los últimos años y con mayoría peronista en el Congreso.
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Doris Stauber y Lorena Zapata son directoras de la Agencia Esfera Pública
Doris Stauber y Lorena Zapata
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