Ópera, filosofía e interminables charlas sobre economía en las tertulias íntimas de Javier Milei en Olivos
El mandatario delineó una serie de eventos que cumple a rajatabla regularmente; la ópera de los domingos con Juan Carlos De Pablo, sus almuerzos con Espert y las caminatas con Pettovello y su hermana Karina
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Atardecer desangelado en la quinta de Olivos. Pizzas, una carta gastronómica de cuatro o cinco ítems y nada de alcohol, aunque no está prohibido, para discutir las alternativas que presenta la Argentina de cara a un gobierno que se muestra disruptivo en casi todos los ámbitos. Ocurrió el 3 de marzo pasado. Había una ministra, especialistas en temas políticos, periodistas y economistas. Los invitados abandonan la residencia Presidencial a la misma hora. Ya es la madrugada del día siguiente.
Esa clase de reuniones se repiten todos los domingos, en las que Javier Milei tiene una cita ineludible con un invitado fijo, a quien después ocasionalmente se pueden sumar otros. Cuando el reloj marca las 20, el Presidente recibe religiosamente a Juan Carlos “el profe” de Pablo, uno de los economistas que más aprecia y admira. La dinámica es casi un ritual: el mandatario lo recibe en el área de Jefatura de la residencia oficial de Olivos y van juntos al microcine. Ven una ópera, algo que a ambos los apasiona, y al terminar, cenan y conversan de “todo”. Domina la economía, el tema que los cruzó un cuarto de siglo atrás y los convirtió en amigos.
La última ópera que vieron fue una de las tres de Gianni Schicchi, con música de Giacomo Puccini. Las semanas previas vieron Nabucco, de Giuseppe Verdi, en el MET de Nueva York y en el Arena de Verona; también Rigoletto en ese mismo lugar; Aída en el MET; La Traviata, también de Verdi, en Salzburgo; El elixir de amor, en el MET y Salzburgo. También La Bohème en versión película, un especial del italiano Luciano Pavarotti.
Con 80 años cumplidos el último noviembre, a De Pablo, autor de decenas de libros, docente de diferentes casas del altos estudios y doctor honoris causa de la UCEMA, en varios de los encuentros se suman otros economistas, como Miguel Boggiano, cuyo hermano, Pablo, director de orquesta y conocedor del fanatismo del mandatario por la ópera, fue este miércoles al exCCK, hoy Palacio Libertad, donde el mandatario dio un discurso por el Día del Holocausto, para entregarle una serie de DVD. Por las características del evento no pudo hacerlo, pero en los próximas días le llegarán al presidente: Nabucco y Aída, dos de sus favoritas.
Cuando están a solas, Milei y De Pablo, las charlas son “al hueso” en alusión a la profundidad que toman al ahondar en economía. “Juan Carlos habló y reportó desde la segunda mitad del siglo XX para acá a todos los presidentes del Banco Central y ministros de Economía. Su experiencia es insuperable y la transmite”, detallan cerca del mandatario, quien tiene por De Pablo (que en noviembre pasado cumplió 80 años) un afecto entrañable.
También se sumó en algunas oportunidades desde que comenzó la costumbre, poco después de la llegada de Milei a Olivos, Claudio Zuchovicki, un especialista en finanzas que está desde siempre alejado de cualquier enrolamiento político específico. Solo habla cuando se lo piden. También el consultor Juan Mayol, de la empresa Opinaia, es otra de las voces que respeta el mandatario. Algunos periodistas, según completan testigos de esos domingos, son parte de la mesa. Otro economista que suele sumarse es Demian Reidel, exvicepresidente del Banco Central y actual titular del consejo de asesores económicos del Presidente. Ramiro Castiñeira, su compañero en ese equipo, pasó también por Olivos, y los registros de la quinta tienen varias veces anotado el nombre de Alberto Benegas Lynch. “Actividades recreativas”. Así las definen puertas adentro de la residencia oficial, a esos momentos de distensión en los que Milei parece exhibirse más relajado.
Este espacio se convirtió en un ámbito de intercambio de ideas entre amigos que, con el respeto que les genera la banda y el bastón, pueden a veces marcarle objeciones al Presidente. Invita Javier Milei en persona. La conversación no tiene agenda y dura casi cinco horas. En Olivos se habla de todo, desde puntos de vista distintos. Milei interviene, pero también escucha. Todos se prometen nunca jamás contar qué se conversa allí adentro. El Presidente no cansa. Cuando la concurrencia es amplia, 40 minutos alcanzan.
Las tardes musicales de domingo en la Quinta de Olivos ya forman parte de la agenda cotidiana del Presidente y tienen efectos en la conformación del proceso de decisión de Javier Milei. Allí emerge un Milei distinto al hiperdefensivo de las redes sociales y de los discursos públicos, una armadura común que usan los agentes de la política.
Las reuniones en Olivos están envueltas en un clima entre constructivo y catártico, con referencias a la casta y a la prensa, por ejemplo. Es un ámbito donde el Presidente acepta tirones de oreja amistosos; es decir, críticas constructivas a decisiones que su Gobierno toma. Una de las últimas: casi todos lo que pasan por ahí le señalaron la inconveniencia de ir abiertamente en contra de las universidades en el marco de la pelea por reducir el déficit presupuestario.
El jefe libertario generó un método de consulta que tiene similitudes lejanas con el de Néstor Kirchner, luego heredado por Cristina Kirchner. El expresidente salteaba cualquier verticalidad para consultarle sobre un tema específico a un funcionario de poca jerarquía. Son cosas que hacían enojar a los ministros. Lo sabe Julio De Vido, quien sufría la cercanía de su jefe, Kirchner, con José López, el secretario de Obras Públicas que debía reportarle. Sería una exageración encontrar mayores coincidencias. No sólo porque Milei muestra un sentido musical distinto en sus encuentros privados, sino porque el tono y la intención es también diferente.
El ritual con Espert y Rozitchner
Otro de los encuentros que mantiene fijo el líder libertario es con el también economista y diputado nacional, José Luis Espert. Desde este verano, todos los martes almuerzan juntos. En general lo hacen en Casa Rosada, pero en ocasiones como este último martes, en el que Milei acababa de volver de viaje se vieron en Olivos. “A rajatabla”, definen con contundencia para hablar de cómo se cumple el rito. Comen “lo que hay”, pero donde no hay variaciones es en los temas: hablan de economía y política. Espert y Milei son amigos desde hace más de una década, y aunque pasaron tiempo enemistados, el vínculo resurgió con mucha fuerza a fines del año pasado. Hoy Espert se siente reivindicado por el Presidente, no solo porque lo eligió para presidir la estratégica comisión de Presupuesto y Hacienda, sino porque lo invitó a ser el presentador de su nuevo libro en el Luna Park.
Otro economista que Milei recibe seguido en Olivos es Federico Sturzenegger, titular de la Unidad Transitoria para la Desregulación de la Economía. Junto a Reidel, Milei delinea el trabajo del consejo en el que también está Boggiano, y con Sturzenegger suelen abordar las reformas que consideran necesarias para avanzar en los cambios que proyecta el mandatario para los próximos años de gestión.
En el último tiempo, Milei también comenzó otra serie de encuentros que ya se transformaron en rituales. Jueves por medio almuerza, en la sede de Gobierno, con el filósofo y exasesor de Mauricio Macri Alejandro Rozitchner. La filosofía se sumó a los intereses del mandatario dos años atrás y cada vez lo profundizó más. Tal es la fascinación que este jueves, como no podía almorzar porque tenía prevista una entrevista agendada, decidió adelantar el encuentro a desayuno.
Entre las costumbres que el mandatario armó en estos cinco meses de gestión también están las caminatas que realiza por el parque de Olivos, con la ministra de Capital Humano, Sandra Pettovello. Y con su hermana menor, y secretaria General de Presidencia, Karina Milei. Las 30 hectáreas de Olivos son testigo de esos circuitos en los que el mandatario habla exclusivamente sobre temas de gestión. Pettovello concentra bajo su cartera las secretarías de Educación, Trabajo, Cultura y Desarrollo Social. “Está sentada sobre un volcán”, graficó uno de sus pares. Cuando terminan ese circuito de caminata, Pettovello se retira a la casa de huéspedes a descansar, en lo que es una de las áreas que se remodeló poco antes de la mudanza del presidente. El esquema se repite una o dos veces por semana “dependiendo de las circunstancias”, de la escena política describen.