Olivos: cerca del Presidente dicen que no pierden votos pero hay preocupación en el FDT
En el entorno de Fernández alegan que sus votantes blandos se van a guiar por el bolsillo y no por el escándalo; consultores cercanos al oficialismo encienden una alerta; enojo de los socios del Gobierno
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En el Frente de Todos no pueden vaticinar hasta dónde llegará la onda expansiva del escándalo de Olivos. Tampoco si el sismo que causó la foto en medio de la campaña electoral tendrá secuelas en las urnas, que están a cuatro domingos de distancia.
Los hombres más cercanos al Presidente son los más optimistas y minimizan que el affaire cambie votos, aún en la peor semana para la imagen de Alberto Fernández. Pero otros actores del oficialismo lo viven con mayor preocupación por el creciente hastío del electorado.
El Presidente, en principio, no se va a esconder. En su agenda ya hay dos actos en el conurbano para el lunes y martes, antes de que arranque la veda de anuncios de gestión. La esperan a Cristina Kirchner para uno de esos eventos.
“No nos cambia ni el discurso de campaña, ni la gestión. Tenemos muchas cosas para mostrar y no nos vamos a subir a otra agenda”, transmitieron desde la Casa Rosada, luego de que Fernández se lamentara públicamente por el cumpleaños de Fabiola Yáñez en el chalet presidencial durante la cuarentena.
“No mueve la aguja porque nosotros tenemos una composición del voto que en su mayoría es duro. El votante blando que nos puede apoyar lo hace por el bolsillo, porque se acuerda de lo mal que la pasó con (Mauricio) Macri. Por eso estamos rompiendo el chanchito para retener a esos electores, que van a pensar en su economía y no en Olivos”, dijo a LA NACION un importante miembro del gabinete.
Aunque el manual de campaña recomienda no polarizar con Macri, en la Casa Rosada se defienden contraatacando. “Ojo con los que escupen para arriba ¿(Diego) Santilli y (María Eugenia) Vidal no hicieron ningún asado?”, comentó ayer un ladero del Presidente que seguía a la defensiva.
Otro funcionario del riñón de Fernández reconoció: “El tema molestó a todos, a propios y opositores. Generó ruido en la gente y también en nuestro espacio. Pero impacto electoral no va a haber, porque el voto está polarizado. Y se define la última semana por otros factores”.
Cautela
Otros asesores que orbitan el comando de campaña, sin embargo, advertían que hay que esperar para medir el impacto. “Si estamos trabajando para atraer al votante blando, nos puede afectar porque colabora con la antipolítica”, se lamentó la meno derecha de uno de los popes del Frente de Todos. Y apuntó al timming: “Lo de las vacunas VIP ya quedó lejos. Este episodio puede llegar bastante encendido a las urnas”.
Según pudo saber LA NACION, el traspié presidencial se llevó a la “mesa de comunicación” de campaña donde conviven asesores, funcionarios y consultores externos. “Ningún acontecimiento aislado define un voto, hay muchos factores que operan en las pasiones. Puede haber un costo, pero hay que esperar para medirlo”, fue una de las conclusiones que se escucharon. La consultoría política le viene advirtiendo a la Casa Rosada que la nota distintiva de esta elección es la incertidumbre, que hace difuso a cualquier pronóstico.
De acuerdo a un sondeo de agosto de Opinaia, hoy el “polo oficialista” se compone de 62% de “fieles” (que votan seguro al PJ y jamás votarían a la oposición) y de un 37% de “simpatizantes” (que nunca votarían a Juntos por el Cambio pero podrían votar al FDT). La duda es si esos electores blandos pueden migrar a otras fuerzas minoritarias a la apatía.
Cómo seguir
Ayer, Fernández continuó su gira de gestión con fines electoralistas en Misiones y se mostró con Fabiola Yáñez para presentar el plan Pre-Viaje. El lunes tiene previsto hacer un anuncio para jubilados y visitar un centro universitario en González Catán (La Matanza). Para el martes está agendado un acto en Avellaneda. Allí la Casa Rosada la espera a Cristina.
“No vamos a cambiar la agenda, seguimos adelante”, dijo ayer un estrecho colaborador presidencial.
En otros campamentos del oficialismo, sin embargo, persistía la decepción. Alegan que el cumpleaños de Yáñez nunca debió haber ocurrido, pero -fuera de la corrección política- lo que realmente les irrita es la ingenuidad por haber inmortalizado el momento en una foto de la que no se tuvo control y la demora en la reacción oficial.
Luego de que la vicepresidenta hablara de la “ingenuidad” de Fernández, el kirchnerismo apuntó contra el entorno presidencial. “Me parece que habría que hacer un llamado de atención a los que están al lado del Presidente para que lo asesoren”, dijo Oscar Parrilli, que fue secretario de la Presidencia de Cristina. Sergio Massa, en cambio, evitó sacar los trapitos al sol en los medios. Incluso acompañó a Fernández el viernes. Pero le dijo al Presidente lo que pensaba cara a cara.
Un importante consultor político con llegada al Presidente apuntó: “Va a impactar porque no le va a permitir a Alberto recuperar a los decepcionados que lo votaron en 2019 y que ahora lo critican. Con el vacunatorio VIP la imagen del Presidente llegó a su punto más bajo y luego se recuperó. Esto va a actuar a la baja”.
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