Ocultar a Macri, recuperar a Vidal y usar la tijera: el plan de los intendentes de Pro
Ayer, todos reunieron a sus gabinetes para analizar la estrategia y pensar en cómo dar vuelta el resultado de las PASO. También salieron a la calle: Martiniano Molina (Quilmes) recorrió obras de bacheo en Don Bosco y Bernal. Ramiro Tagliaferro (Morón) visitó Palomar. Nicolás Ducoté (Pilar) se reunió con vecinos en Alberti. Diego Valenzuela (Tres de Febrero) supervisó la instalación de luces led en Ciudadela. Néstor Grindetti (Lanús) convocó a sus concejales, consejeros escolares y referentes barriales.
Pese a la conmoción por la contundente victoria del Frente de Todos, los intendentes macristas del conurbano bonaerense que quedaron en riesgo de ser derrotados en octubre buscaron ayer dar muestras de reacción y resiliencia. Señales de vida y voluntad política. A media tarde recibieron como otro golpe al hígado la conferencia de prensa del presidente Mauricio Macri.
"Es una cuestión matemática. Alberto Fernández, sin computar los votos en blanco, ya tiene el 50% del apoyo de los argentinos. Es obvio que tenés que ir por algunos de esos votantes. Ahora, si vos te enojas y puteás a esos votantes, ¿cómo los vas a buscar? Estamos en problemas", resumían desde un municipio macrista después de escuchar al Presidente. "Yo no me enojo con el voto de la gente. Al contrario, voy a concentrarme en la situación de los más afectados por la crisis", contrastó otro intendente.
Salvo Vicente López (Jorge Macri), San Isidro (Gustavo Posse) y San Miguel (Jaime Méndez), todos los intendentes macristas del conurbano fueron superados por el kirchnerismo: Molina perdió por 21 puntos ante el Frente de Todos. Grindetti, por 13. Valenzuela y Ducoté, por 12. Tagliaferro, por 7.
Todos miraron de reojo a San Miguel, donde el intendente Méndez y su jefe político, el peronista Joaquín de la Torre (ministro de María Eugenia Vidal), lograron un fenomenal corte de boleta: a nivel nacional, Fernández superó 50 a 31 a Macri; en el tramo provincial, Axel Kicillof venció 47 a 35 a la gobernadora; en la pelea municipal, Méndez invirtió la ecuación y le ganó 46 a 37 al kirchnerista Franco Laporta.
Si hubo reprimendas de algún tipo para De la Torre, no trascendieron. Sí, en cambio, hubo elogios para el trabajo territorial del ministro y su intendente. "Tremendo, gran laburo de Joaquín", reconocían ayer desde un municipio macrista.
Pero con cortar boleta no alcanza y lo saben todos. "El piso que nos dejó Macri es muy bajo y el piso que les dejó Alberto a nuestros rivales es muy alto", explicaban desde otra intendencia a LA NACION. Esa lectura servirá en bandeja una primera estrategia compartida para los intendentes: rezar para que Macri suba en las encuestas o, lo que creen más probable, ocultar a Macri en la campaña local.
Si esa campaña será enteramente local, dependerá de un tercer factor: Vidal. Los intendentes saben que de la mano de la gobernadora sus chances aumentan. Pero esperan reunirse cara a cara para saber si cuentan con ella para intentar lo que parece imposible. Descuentan que jugará a fondo, pero necesitan saber si funcionará como ordenadora del espacio. "Es con Vidal, es con [el jefe de gobierno porteño Horacio] Rodríguez Larreta o es un sálvese quien pueda", señalaron las fuentes.
Pero aun si lograran "esconder" a Macri detrás de Vidal y tener éxito en la tarea de municipalizar la campaña contra sus rivales locales del kirchnerismo, los intendentes aún deben comprobar si están en condiciones de emular el trabajo del dúo Méndez-De la Torre en San Miguel: una tarea que requiere más músculo territorial que segmentación en WhastApp.
Por eso se apuraron ayer a convocar a sus referentes territoriales, muchos de los cuales habían "importado" del PJ en 2015. Saben que los punteros son más sensibles que los mercados ante los vaivenes políticos. Con su apoyo, irán a buscar los votos de sus rivales locales. "Ahora mi rival tiene un rostro, ya no es Alberto Fernández. Y yo voy a pelear para traer los votos del massista que hoy está en el kirchnerismo, pero valora mi gestión, y a los votantes locales de Lavagna, Espert, Gómez Centurión y de los que no fueron a votar", se envalentonó otro intendente. No era un discurso para la tribuna. Es una tarea ya iniciada.
Cuatro jefes comunales macristas que buscan revertir la elección
Deberán descontarle entre 12 y 20 puntos al kirchnerismo
- Martiniano Molina, intendente de Quilmes: Es el más complicado: quedó 70.000 votos abajo que la suma del kirchnerismo, que en Quilmes superó los 50 puntos. Buscará un contraste con su rival directa, la camporista Mayra Mendoza.
- Néstor Grindetti, intendente de Lanús: Su gestión tiene una alta imagen, pero igual quedó 40.000 votos abajo de la suma de la interna kirchnerista. Ahora se focalizará en el ganador de esa PASO, Edgardo Depetri.
- Diego Valenzuela, intendente de Tres de Febrero: Con buena imagen en el distrito, cayó por 25.000 votos ante la suma de la interna kirchnerista. Intentará contrastar con el diputado camporista Juan Debandi, apoyado por Hugo Curto.
- Nicolás Ducoté, intendente de Pilar: Cayó por 16.400 votos, pero a diferencia de Molina, Grindetti y Valenzuela, fue ante un candidato único y con recursos propios, que hace campaña desde 2015: Federico Achával.
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