“Octubre-octubre”: en medio de la crisis, crece en el oficialismo la inquietud por las elecciones de 2021
"De octubre a octubre: tenemos un año para poner toda la gestión en clave política". Hace algunas semanas, ante la inminencia de las fechas más litúrgicas para el peronismo, Santiago Cafiero bajó línea a un grupo de ministros que se quedaron conectados fuera de programa a un Zoom de rutina. Lo mismo le repitió después al resto del staff oficial. El ministro coordinador conminó al gabinete a redoblar esfuerzos para defender la gestión de gobierno. Sumergido en la crisis del dólar y con la pandemia sin tregua, en el Gobierno empieza a sobrevolar la inquietud por las elecciones de medio término, una prueba de fuego para el mandato de Alberto Fernández .
El Presidente también hizo lo propio y en los últimos días envió un mensaje de WhatsApp al grupo del gabinete para "alentarlos" a que le pongan el cuerpo a la gestión. "El mensaje es que se terminaron las excusas burocráticas, que esto es para valientes", resumió un colaborador oficial sobre la exhortación a los ministros.
Varios actores del Frente de Todos tienen la convicción de que es imperioso hacer correcciones y fortalecer políticamente al Presidente. Un intendente del conurbano con peso propio dentro del oficialismo resumió: "Si a Alberto le va bien en la gestión, el año que viene nos va a ir bien a todos. Pero si le va mal, no va a cobrar nadie".
El Gobierno transita sus horas más difíciles, pero Cafiero -que tiene aspiraciones políticas personales- ya tiene la cabeza puesta en el 2021. "Para ganar el año que viene necesitamos tres cosas: la unidad del Frente de Todos, la vacuna contra el Covid y la economía empezando a repuntar", dijo el jefe de Gabinete en los últimos días a su equipo. De los tres "factores del éxito" hoy solo se verifica el primero: en el oficialismo se aferran a la "unidad" como una máxima para capear las diferencias internas, porque historia ya convenció al peronismo la debilidad de jugar dividido.
Entre los colaboradores oficiales circulan encuestas -algunas contratadas, otras "viralizadas"- que exponen la caída que tuvo Fernández desde aquel "pico" de 80 puntos al inicio de la pandemia hasta el promedio de los 50 que cosecha hoy, con variaciones según la región. "Estamos peleándola en medio de la crisis económica y sanitaria. Aún así hay muchísimos distritos donde es el dirigente con mejor imagen", aseguró un colaborador presidencial. Conforme se frustran sus intentos por ordenar el frente cambiario y recuperar la confianza, el Presidente busca oxígeno en sus recorridas por el conurbano y en sus viajes al interior del país.
Diferenciación
Mientras que en la Casa Rosada se amparan en las dificultades de la crisis económica y sanitaria, otros socios del Gobierno encienden una luz de alerta por los errores políticos propios. "Tenemos que recuperar al Alberto de las PASO que interpelaba a todos los sectores. Recuperar una agenda de gobierno que trate los temas que impactan en la gente y dejar de regalarle banderas a Horacio Rodríguez Larreta", dijo a LA NACION un intendente del conurbano que ya posa los ojos en las elecciones legislativas.
En la misma línea, Sergio Massa repite que el Gobierno "le está regalando el centro" al jefe de gobierno porteño -su amigo personal- porque el "albertismo" tiene una tendencia a "desperfilarse" y quedar absorbido por el kirchnerismo duro.
Massa hace un culto público de aquello que lo diferencia del resto de los actores del Frente de Todos. Se cuida, de tanto en tanto, de hacer declaraciones para desmarcarse de alguna política oficial. Lo hizo cuando habló de las tomas de tierras, del uso de las Taser, del posicionamiento frente a Venezuela y de la necesidad de regresar a las clases. Puertas adentro, reclama que el Gobierno "vuelva a hablarle a la clase media" y se asegura de mantener una línea abierta con el empresariado, que sigue escéptico por el rumbo oficial.
Con la mira en el año próximo, Massa salió a promocionar al Frente Renovador como una "plataforma" para atraer a nuevos dirigentes a su espacio, hoy socio minoritario de la coalición oficialista. Su discurso es que cosechar para sí, engorda al Frente de Todos. "Juega para él", replicó con desconfianza un estrecho colaborador presidencial.
En los últimos días, Fernández también intentó mostrar musculatura política. El 17 de octubre, cuando terminó el acto central en la CGT, el Presidente aprovechó el clima de festejo peronista e improvisó una cumbre en el cuarto piso de la sede de Azopardo con funcionarios, gobernadores y sindicalistas.
Más temprano, Cafiero y el ministro del Interior, Wado De Pedro, habían tenido un almuerzo político con un grupo de gobernadores en la Casa de Tucumán. Hubo una mención especial por la participación remota del gobernador Cordobés, Juan Schiarietti, en el acto organizado por la CGT. "Estamos un poco más cerca que hace un año", dijo un portavoz oficial sobre el mandatario del distrito más esquivo para el Frente de Todos en la última elección.
"El año que viene hay que ganar, sino se genera un clima muy difícil de recuperar, en eso estamos de acuerdo todos", concluyeron en un despacho de la Casa Rosada.
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