Ocio y política, qué hacen los presidentes en su tiempo libre
Macri confesó que encontró en Netflix un refugio en los momentos más tensos de sus presidencia y abrió un debate sobre el descanso de los jefes de Estado
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Con su confesión en La Noche de Mirtha, el expresidente Mauricio Macri abrió el debate sobre el ocio y la política. Macri dijo que mientras estuvo a cargo del Gobierno, hubo momentos en los que, entre las 19 y las 20, “ponía Netflix” y se desconectaba hasta el día siguiente. Su declaración generó un revuelo inmediato en las redes sociales. No tardaron en reaccionar el presidente Alberto Fernández y parte de su gabinete, como el ministro de Desarrollo Territorial y Hábitat, Jorge Ferraresi, quienes cuestionaron la decisión del referente de Pro.
“A partir del 2018, cuando vino la crisis de la sequía, hubieron noches que fueron terribles. Se quebró nuestro Gobierno y se me quebró a mí la cabeza”, dijo Macri, en diálogo con Juana Viale, y continuó: “Yo a las 7 u 8 de la noche, cuando entraba a Olivos, me olvidaba, cerraba todo, no prendía la televisión. Ponía Netflix y, hasta el otro día a las 7 de la mañana, trataba de terminar el día y reconstituirme”.
Ante los dichos de su predecesor, el actual jefe del Estado declaró que Macri le planteó, en el traspaso de mando, que cada dos semanas se tomara algunos días de descanso y que no trabajara más allá de las 18 0 19 porque “era muy agotador”. Fernández recordó hace unos días en AM 990: “Yo lo miraba con cara de ‘estamos en un problema, este no debería ser el primer tema a tocar’”.
Ferraresi, un exintendente ultra kirchnerista que ahora integra el gabinete de Fernández, manifestó que el comentario del expresidente “no es raro”, sino “parte de una filosofía de vida” y, en ese sentido, indicó –también en declaraciones radiales–: “Nosotros siempre estuvimos acostumbrados a arrancar temprano y terminar muy tarde, no les ponemos horarios a las cosas, les ponemos objetivos”.
De esta manera, el oficialismo aprovechó la ventana para criticar al líder de Juntos por el Cambio y exhibir un concepto distinto de gestión. ¿Cuál es el modelo más eficiente? ¿Una gestión hiperactiva o un presidente que descanse y recargue energías? Según historiadores y analistas políticos consultados por LA NACION “no hay normas” para llevar adelante un Gobierno, sino personalidades y tipos de gestiones distintas.
“Hay dos estilos en las presidencias. Por un lado, el presidente que delega y tiene tiempo libre porque confía en sus colaboradores. Un ejemplo es Carlos Menem, que se tomaba una gran cantidad de tiempo de ocio porque tenía al ministro de Economía, Domingo Cavallo, y al del Interior, Carlos Corach, que le permitían darse sus placeres como el golf, jugar a la pelota con Maradona y hacer viajes largos. Otro modelo es el del político que no puede parar por su obsesión. [Raúl] Alfonsín y [Néstor] Kirchner, a pesar de sus grandes diferencias, vivían todo el tiempo en la política, sin poder parar”, detalló la historiadora María Sáenz Quesada.
La especialista en historia argentina dijo percibir “normalidad” en la búsqueda recreativa del expresidente Macri, por haber recurrido a Netflix. “Es obligación del Presidente cuidar su salud porque está al mando de los argentinos. No poder parar durante las crisis es muy malo, porque eso afecta la capacidad de decisión”, remarcó.
En esta línea, Saénz Quesada recordó los últimos años de la presidencia de Alfonsín: “No paraba. Estaba muy destruido. El efecto que tuvo su gestión sobre su salud y su físico fue durísimo”. Además, la historiadora hizo una salvedad respecto del gobierno de Néstor Kirchner, a quien también describió como uno de los “obsesionados” por la política. “En paralelo a la construcción política, tenía la construcción de su fortuna. Por eso, no podía frenar”, dijo sobre el santacruceño.
El caso de Reagan
En coincidencia con su colega, el historiador y analista político Rosendo Fraga dijo que “no hay una regla que indique que uno u otro estilo de presidencia sea el correcto”, y recordó a Ronald Reagan, quien presidió los Estados Unidos entre 1981 y 1989: “Trabajaba pocas horas por día, alrededor de seis, y fue quien derrotó a la Unión Soviética en la Guerra Fría. Tenía un buen equipo de trabajo, entre gabinete y colaboradores, y delegaba mucha tarea, pero fue un presidente fundamental para la historia estadounidense”.
Como contraejemplo de Reagan, Fraga mencionó a la canciller alemana, Angela Merkel, y al presidente de Francia, Emmanuel Macron, y los vinculó con Alfonsín y el matrimonio Kirchner. “Merkel y Macron son dos líderes que trabajan intensamente, sin descanso, como Alfonsín y Kirchner, para quienes la política era la vida; no tenían ocio, no sabemos cuáles eran sus intereses”, dijo el analista político, en diálogo con este medio. Y agregó: “Cristina Fernández de Kirchner también fue así. No se sabe mucho de su vida fuera de la presidencia”.
Al igual que Sáenz Quesada, Fraga también vinculó los modelos de Menem y Macri en lo que al ocio respecta. “Macri se parece más a Menem, sin decir que son lo mismo, pero sí en tomarse sus ratos de aparente despreocupación. Les gustaba la música, recibió a los Rolling Stones, hacían deporte y se reunían con amigos”.
Poco se sabe acerca de los intereses de Alberto Fernández, más allá de los paseos a su perro Dylan, las publicaciones en las que se lo ve tocar la guitarra y las clases en la Facultad de Derecho. El deporte no parece estar entre sus actividades de preferencia, pero el contexto de emergencia sanitaria tampoco ha permitido descubrir sus intereses ni definir su modelo de gestión. “Fernández no pudo hacer muchas cosas por la pandemia, no sabemos cómo se hubiera manejado en otra situación”, concluyó Fraga.
Alberto Fernández, rock nacional y mascotas
El actual jefe del Estado se ha mostrado en más de una ocasión tocando canciones de rock nacional con su guitarra, y ha dado entender que es uno de sus pasatiempos preferidos. De hecho, en una de las primeras entrevistas que dio a principios de abril, tras contraer coronavirus, dijo: “Me siento bien. Ayer estuve lo más bien, estuve tocando a la guitarra. A la noche tuve un dolor de cabeza medio raro, me tomé la fiebre y tenía 37,3”.
A vos, que por tu edad podrías ser mi hijo o mi hija, quiero decirte que te entiendo: es difícil no poder salir a disfrutar con amigos. Por eso valoro mucho lo que hacés para cuidarnos.
— Alberto Fernández (@alferdez) May 3, 2020
De esta vamos a salir entre todos, todas y todes.
Sé que cuento con vos. Vos contá conmigo. pic.twitter.com/CKQUv8fKZR
Una de las pocas veces que se vio a Fernández hacer deporte fue en noviembre de 2020, luego del G-20, cuando se enfrentó al ministro de Economía, Martín Guzmán, en un partido de paddle. Por fuera de eso, solo se conocieron caminatas en las que el Presidente ha sacado a pasear a su perro Dylan.
En cuanto a viajes de descanso, en lo que va de su gestión –atravesada por la pandemia– ha visitado pocas veces el complejo presidencial de Chapadmalal, en la costa bonaerense. Lo hizo en noviembre de 2020 y durante el verano, cuando viajó junto a su pareja, Fabiola Yáñez, y Dylan en el helicóptero presidencial. En ese entonces, el recreo del Presidente fue cuestionado en las redes sociales y la primera dama recogió el guante ante la crítica de uno de los usuarios de Twitter. “Te parece mal que un presidente descanse, o no tenías nada mejor que hacer que escribir por escribir. Pensá”, le escribió.
Mauricio Macri, golf y Netflix
Durante la presidencia de Macri no faltaron el fútbol, el paddle, el golf, ni las visitas a Villa La Angostura o a Chapadmalal. El expresidente solía tomarse días corridos de descanso más de una vez al año, al margen de los días de fin de semana que solía pasar junto a su familia o los asados que compartía con sus amigos.
Además, en su carácter de jefe del Estado, manifestó más de una vez que se levantaba antes de las 7 para ir al gimnasio y que –tal como volvió a afirmar días atrás– era un asiduo consumidor de series y películas. “Netflix te mata la lectura”, dijo durante un reportaje, en 2018. Incluso se lo vio con frecuencia frente al televisor, siguiendo partidos de fútbol de Boca Juniors y de la Selección. En su primer año de presidencia, él mismo compartió imágenes de su nerviosismo durante la final de la Copa América Centenario entre Argentina y Chile, mientras veía el evento junto a la primera dama, Juliana Awada.
Macri también se tomó momentos de esparcimiento vinculados con la música. En febrero de 2016 recibió a The Rolling Stones en su quinta particular Los Abrojos, ubicada en el municipio bonaerense de Malvinas Argentinas. Fue durante la gira de la banda británica de rock por América Latina. En 2019, invitó a la Quinta de Olivos a la cantante argentina Martina “Tini” Stoessel y su entonces pareja, el colombiano Sebastián Yatra, para que los conociera su hija Antonia.
Cristina Kirchner, escapadas a El Calafate
Días atrás, se dio a conocer el gusto de la vicepresidenta –y expresidenta– Cristina Kirchner por los dulces de alta gama. Fue durante una sesión del Senado, que estaba a punto de finalizar, en la que un micrófono mal cerrado le jugó una mala pasada a la titular del recinto, quien tenía la cabeza en lo que haría después de la votación. “¿A qué hora cierra Rapa Nui?”, se escuchó decir a la vicepresidenta, en referencia a la conocida marca de helados y chocolates que tiene una sucursal a metros de su departamento, en el barrio porteño de Recoleta.
Más allá de su gusto por chocolates y prendas de lujo, poco se sabe de la vida privada de la expresidenta, en particular, de la ocupación de su tiempo libre mientras estuvo a cargo del gobierno nacional. Sí ha dado constancia de sus viajes en jet privado a El Calafate, en donde fue vista reiteradas veces de paseo por la calle. También en Santa Cruz, son frecuentes las visitas a sus nietos, los hijos que Máximo Kirchner tuvo con la diputada provincial Rocío García.
Por fuera de su mandato, durante el 2019 Cristina Kirchner viajó en más de una oportunidad a Cuba para visitar a su hija Florencia, quien se encontraba bajo tratamiento médico.
Néstor Kirchner, su pasión por Racing
De Néstor Kirchner se conoció su fanatismo por el club Racing, pero no se lo vio en la cancha ni tampoco se supo si solía seguir los partidos desde su casa. Sí visitó Avellaneda en 2009, mientras su mujer estaba al mando del Poder Ejecutivo. En ese entonces, el ya expresidente se trasladó en helicóptero al estadio para cumplir su promesa de regalar cuatro plasmas al plantel, tras la victoria en un clásico contra Boca Juniors, por 3-0. También solía tomarse tiempo para hacer caminatas.
De joven jugó al básquet, pero no lo hizo durante su presidencia, en la que se abocó de lleno a la construcción de poder y a “la construcción de su fortuna”, según describió a este medio Sáenz Quesada. “Era un Presidente hiperconcentrado en su gestión, no había otras actividades, ni deportes, ni arte, nada por fuera de la política”, insistió el historiador Fraga.
Carlos Menem, deportes y farándula
La vida de Menem como Presidente estuvo muy ligada al deporte: tenis, básquet, fútbol, golf, y hasta boxeo. También corría carreras de automovilismo y piloteaba aviones, y en más de una oportunidad recibió a estrellas deportivas en su despacho o en la residencia de Olivos, como al campeón de Fórmula 1 Michael Schumacher, o a los futbolistas Martín Palermo y Carlos Bianchi –a pesar de su expreso fanatismo por River Plate–.
Con frecuencia, el exmandatario –fallecido en febrero de este año– hizo huecos en su agenda para encontrarse con celebridades de todo tipo: Madonna, Michael Jackson, The Rolling Stones, Charly García. Incluso, la vedette y conductora Moria Casán relató, una vez, que a pedido de Menem organizaba comidas con personajes de la farándula. “Me llamaba para que le organice cenas en la quinta de Olivos y llevaba todo tipo de gente: Ethel Rojo y su marido, Adriana Salgueiro, entre otros. Eran cenas súper amables, relajadas, hablábamos de todo”, contó Casán en televisión.
El expresidente riojano tampoco se privó de viajes extraoficiales, de descansos en Chapadmalal, ni de combinar sus pasiones con las actividades del protocolo. Tanto es así que en 1995, durante una visita de Estado a Seúl, aprovechó a participar del regreso de Maradona a Boca Juniors, en un amistoso entre en equipo argentino y la selección nacional de Corea del Sur.
De la Rúa y Duhalde, entre Boca y Banfield
Durante sus breves mandatos, Eduardo Duhalde (2002-2003) y Fernando de la Rúa (1999-2001) supieron tomar descansos en el complejo presidencial de Chapadmalal. En cuanto a sus vínculos con el deporte, Duhalde –hincha de Banfield– solía jugar al fútbol y disputar partidas de ajedrez junto su entonces secretario de Deportes, Daniel Scioli; incluso, confesó haber jugado partidas a bordo del Tango 01 y en su despacho de la Casa Rosada. El expresidente radical, por su parte, no ocultó su fanatismo por Boca Juniors, e intentó no perderse los partidos memorables de su equipo, como la final de la Copa Intercontinental del 2000 ante el Real Madrid en Japón, la cual se lo registró seguir desde su despacho.
Alfonsín, un presidente que “no tuvo ocio”
El presidente que abanderó el regreso de la democracia “no tuvo ocio”, según remarcó Fraga. “No tenía ocio. Su ocio era la política. No hacía deporte. No iba a teatro, no sabemos qué música le gustaba”, indicó el historiador. Era hincha de Independiente, pero no jugaba al fútbol. Durante su mandato tuvo lugar el Mundial de 1986, en el que la selección argentina se llevó la copa del mundo, de la mano de Diego Armando Maradona; en ese entonces, el Presidente recibió al equipo en su regreso de México. “Nos han dado alegría, que es lo que necesitamos los argentinos. Una de esas cosas que se sienten sin ninguna división, ideologías ni partidos políticos”, dijo Alfonsín al director técnico Carlos Bilardo, tras el triunfo.
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