Ochoa analiza renunciar a su banca
Lo dijeron sus colaboradores directos y dirigentes del PJ en el Senado; mientras, avanzan las gestiones para destituirlo

El senador Raúl Ochoa (peronista disidente-San Luis) podría renunciar hoy a su banca, como consecuencia de la condena a dos años y diez meses de prisión en suspenso y nueve años de inhabilitación para ejercer cargos públicos que le dictó la justicia federal de su provincia por haber votado en dos oportunidades en los comicios de octubre de 2001.
Así lo aseguraron a LA NACION colaboradores directos del senador. La versión acerca de la inminente dimisión de Ochoa fue confirmada por dirigentes del PJ puntano y del bloque oficialista de la Cámara alta.
La renuncia sería el resultado del agravamiento de la situación política del legislador en las últimas horas, que lo pondría con un pie afuera de la Cámara alta tras el fallo de la justicia federal puntana.
Por lo pronto, la Comisión de Asuntos Constitucionales de la Cámara alta aceptó ayer tratar en su próxima reunión un proyecto de la senadora Diana Conti (Frepaso-Buenos Aires), que reclama la expulsión de su colega por aplicación del artículo 66 de la Constitución Nacional. Esa cláusula reconoce a las cámaras legislativas la facultad de excluir a cualquiera de sus miembros por "inhabilidad moral sobreviniente".
Posteriormente, el bloque de senadores de la UCR sumó ayer un pedido de expulsión de similares características. En los fundamentos del proyecto se recuerda que el radicalismo puntano había planteado, en diciembre de 2001, que no se le tomara juramento como senador a Ochoa como consecuencia de la denuncia que pesaba en contra de él.
A esto se suma que el presidente provisional del Senado, Marcelo Guinle (PJ-Chubut), giró ayer una nota al tribunal oral que condenó a Ochoa para que remitiera todas las actuaciones del proceso y, en particular, los fundamentos de la sentencia que tan sólo se leería el próximo lunes.
Así, la precaria situación de Ochoa será motivo de debate en el Senado, si es que no renuncia antes a su banca, tal como anticipó ayer LA NACION.
La situación del senador comenzó a complicarse anteanoche, cuando el consejo provincial del PJ de San Luis le pidió, mediante un comunicado público, que "diera un paso al costado y cediera su banca" a un representante del peronismo puntano (sobre lo que se informa por separado).
A esta presión pública se habrían sumado otras de carácter soterrado, como la ejercida por varios de sus colegas, que le transmitieron a Ochoa que lo mejor era dejar la banca por propia voluntad antes que ser expulsado por el pleno del cuerpo. Eso, sumado a que la Cámara alta se abocaría a tratar la posibilidad de desplazarlo del cuerpo, no habrían hecho más que solidificar una decisión que, según sus colaboradores, Ochoa ya tenía decidido adoptar ayer.
Doble sufragio
Ochoa fue encontrado culpable del delito electoral de haber sufragado en dos oportunidades en la elección de octubre de 2001, en la que obtuvo la banca de senador que hoy ocupa como compañero de fórmula de la otra representante del peronismo puntano en la Cámara alta, Liliana Negre de Alonso.
Según el tribunal oral que lo condenó, el senador votó con su documento nacional de identidad en el pueblo de Tilisarao -base de operaciones políticas del legislador, nacido hace 49 años en Cortaderas, al norte de San Luis-, y después volvió a sufragar, esta vez con su libreta de enrolamiento, en la localidad de Naschel.
En su defensa, Ochoa manifestó que se le había sustraído un portafolios con documentación personal y que otra persona fue la que votó en nombre suyo.
Sin embargo, la coartada fue desmentida por la mayoría de los 38 testigos que declararon en el sumarísimo juicio oral que se le realizó en su provincia: se inició el 31 de marzo último y finalizó anteayer.
La sentencia no es firme, ya que puede ser apelada ante la Cámara de Casación de Mendoza. Esa será una de las variantes que deberá tener en cuenta la Comisión de Asuntos Constitucionales en el momento de analizar la situación de Ochoa.
Al respecto, legisladores consultados por LA NACION reconocieron que, legalmente, el senador tiene derecho a permanecer en su banca hasta tanto la condena no sea confirmada por un tribunal superior.
Sin embargo, esos mismos legisladores aseguraron que, desde el punto de vista político, Ochoa debería renunciar a la banca ante la gravedad moral del delito por el que se lo encontró culpable.
Anoche, todo parecía indicar que ése sería el camino que seguirá el legislador.
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