Cecilia Moreau: "La legalización del aborto es una cuestión de salud, no de creencias religiosas"
Confiada, Cecilia Moreau asegura que esta vez el proyecto de legalización del aborto será ley. Vicepresidenta del bloque del Frente de Todos y diputada enrolada en el movimiento feminista, Moreau sostiene que, a diferencia de lo que ocurrió en 2018 –cuando el Senado rechazó el proyecto–, en esta oportunidad el debate será netamente político porque tanto Alberto Fernández como Cristina Kirchner acompañan la sanción de la ley como una política de Estado.
"Todos podemos tener nuestras creencias religiosas, pero nuestra obligación es dejarlas en la puerta del Congreso y actuar como representantes de la ciudadanía –enfatizó Moreau en diálogo con LA NACION–. Alberto Fernández tiene una mirada abierta y humana y su objetivo, así lo ha dicho, es ampliar derechos: por eso esta ley es una prioridad en su agenda, una política de Estado. Cuando un gobierno tiene semejante compromiso el debate cambia porque se lo enfoca desde otro lugar".
El Gobierno tenía previsto enviar el proyecto al Congreso en marzo, pero el brote de coronavirus en el país alteró los planes, y se presentó este martes. En los próximos días, el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, definirá los giros de las comisiones que arrancarán la discusión.
–¿Cuánto durará el debate en comisión?
–A diferencia de lo que ocurrió hace dos años esta vez el debate en las comisiones no va a ser tan extenso. Estimamos dos semanas antes de ir al recinto. Es que partimos de otra base: en 2018 dimos una discusión amplia, con la participación de todos los sectores, especialistas y médicos. Fue una discusión que no se limitó a la Cámara de Diputados, sino que se trasladó a la calle, a las mesas de familia, a las reuniones de amigos, a los colegios. Nunca este tema, que fue postergado durante años, tuvo tanta visibilidad como en 2018. Por eso ahora todos sabemos de qué estamos hablando. Confío en que Sergio Massa tiene la capacidad para manejar el debate con ecuanimidad. Y tengo la certeza de que esta vez será ley.
–¿Por qué está tan segura?
–Porque hubo más comprensión del tema en este tiempo. Ya no lo abordamos con los tabúes y la doble moral como en 2018. Se trata de un tema de justicia social: los abortos existieron y existen, la diferencia es la condición económica de quienes pueden realizarse la práctica de manera segura y de quienes no. Entonces, el asunto es cómo nosotros generamos condiciones de igualdad para aquellas chicas que lleguen a la situación de practicarse un aborto. Y esto debe ir de la mano con la educación sexual integral. No se trata de promover la práctica del aborto, sino de prevenir el embarazo no deseado.
–Pero muchos legisladores sostienen que hay vida desde la concepción y priorizan el cuidado de las dos vidas.
–Nosotros también estamos protegiendo el derecho a la vida, el derecho a la vida de las mujeres. Pero también se va a garantizar que todas aquellas mujeres que llegaron a la situación de un embarazo no deseado y no quieran practicarse un aborto legal, puedan seguir adelante con su embarazo; a esa mujer hay que acompañarla, asistirla. Por eso el Plan de los 1000 días que también se va a discutir en el Congreso. Esta integralidad en el planteo permitirá que se deje de demonizar este debate.
–¿Cree que en este debate predominará lo político?
–Sí, porque partimos de otra base de conocimiento. Hace dos años era un tema tabú. Yo me hice un aborto a los 16 años y nunca pensé que iba a hablar de esto con la tranquilidad que hoy lo hago. A mí no me quedaron consecuencias psicológicas, porque fue mi decisión. Yo tuve la suerte de tener los medios para poder acceder al aborto en un medio seguro. Eso sí, lo que todavía siento es el peso de la clandestinidad. El mayor temor del médico era que el portero no se diera cuenta de que yo estaba mareada por la anestesia. Yo en ese momento no estaba preparada para ser madre; me había fallado el método anticonceptivo y quedé embarazada. Era una nena que no quería ser madre, ¿eso me convertía en una asesina? De ninguna manera.
–Los detractores de la ley sostienen que el Gobierno agita este debate para distraer a la gente de los problemas no resueltos de la economía.
–Alberto Fernández no está especulando con este tema. Si se planteara un debate largo en el tiempo con este proyecto como único tema de discusión en el Congreso se podría pensar eso, pero lo cierto es que simultáneamente estamos legislando sobre distintas cuestiones. El Congreso no se va a paralizar por el debate del aborto. Nuestra prioridad sigue siendo la economía, cómo hacemos para poner a la Argentina de pie y revertir la situación social de los más vulnerables.
–¿Qué margen tiene un diputado del oficialismo de votar en contra?
–Nosotros sabemos que hay compañeros del Frente de Todos que no están de acuerdo. Les vamos a pedir que participen de la discusión con los equipos de salud y de otras áreas del Gobierno, aunque sabemos que no va a haber una posición homogénea en el Senado ni en Diputados.
-Pongamos la hipótesis de un senador oficialista que está en contra de la ley y que está en la disyuntiva de responder a su electorado o a sus creencias personales o cumplir con el Gobierno. ¿Qué debería hacer?
–Creo que si un legislador tiene la duda no debería perder de vista que estamos tratando una cuestión de salud y que el gobierno plantea esta ley como una política de Estado. Alberto no especuló, él sabe que un sector de la sociedad está en contra. Pero como no especuló Alberto tampoco deberíamos hacerlo nosotros.
–¿Qué pasará si se pierde la votación? ¿No sería una fuerte derrota para el Gobierno?
–Si se pierde, quedará en la conciencia de aquellos legisladores que no acompañen el proyecto las muertes que se produzcan por abortos clandestinos. Tiene que haber madurez en el debate. Por eso, tanto Alberto como los funcionarios y nosotros, los legisladores, vamos a plantear, desde el respeto, que sea ley.
–¿Cristina Kirchner también militará esta ley?
–Esta es una decisión de Gobierno, y como tal la toman Alberto y Cristina. La vicepresidenta ya expresó su posición y sabe que es un tema que la democracia tiene pendiente, seguramente, desde ese lugar, se va a comprometer como lo hizo en el 2018 y cuando en la campaña electoral le volvieron a preguntar por el tema. Creo que va a ser ley y que dentro de algunos años nos vamos a preguntar cómo pudimos dar tantas vueltas para aprobarla. Lo mismo sucedió en su momento con la ley de divorcio, con la de matrimonio igualitario, con la de identidad de género. ¡Las barbaridades que se dijeron en esos debates! Hoy no nos imaginamos vivir sin esas leyes. Lo mismo va a suceder con la legalización del aborto.
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