"No puede ser un gueto el Museo de la Memoria"
La senadora Kirchner quiere "integrar a toda la sociedad"
La senadora nacional Cristina Fernández de Kirchner (PJ-Santa Cruz) instó ayer a que el futuro Museo de la Memoria, que se emplazará en la sede de la ESMA, sepa integrar "a toda la sociedad", al tiempo que reiteró que es decisión política del Gobierno "poner punto final al proceso de impunidad" que imperó en el país a raíz de los crímenes cometidos durante la última dictadura.
"Este espacio de la memoria nos presenta desafíos. Uno de ellos es el de mostrar el mayor grado de generosidad posible. Debemos integrar [en él] a toda la sociedad; el museo no puede ser un gueto de una determinada forma de pensar o de los deudos de las víctimas", aseveró la primera dama, al pronunciar el discurso de cierre del primer seminario internacional sobre derechos humanos.
Estos fueron los párrafos finales de un enfático discurso, en el que la legisladora insistió en que "el rechazo a la impunidad no es de derecha ni de izquierda, sino sencillamente una cuestión de vigencia democrática". Estallaron los aplausos en el auditorio y, a renglón seguido, la legisladora avanzó en un concepto hasta ahora no demasiado evidente en los discursos oficiales sobre derechos humanos: la necesidad de que el futuro Museo de la Memoria sea concebido con una mirada más abierta, no dominada por una determinada ideología.
"Si no cumplimos con este desafío [el de mostrar generosidad y ánimo de integración], ganarán los otros, los que nos acusan de que tener memoria para un solo lado", advirtió la senadora santacruceña.
Con atención la escuchaban tres especialistas norteamericanos en derechos humanos especialmente invitados al seminario: Kerry Kennedy, presidente del Consejo de Liderazgo de Amnistía Internacional; Sara Bloomfield, directora de Museo del Holocausto de los Estados Unidos y Michael Posner, director ejecutivo de Human Rights First.
Los tres especialistas arribaron anteayer a nuestro país y recorrieron junto a la senadora Kirchner las instalaciones de la ESMA, lugar clandestino de secuestro y tortura durante la última dictadura. También se reunieron con el presidente Néstor Kirchner y, por la tarde, participaron del seminario internacional que organizó la Secretaría de Derechos Humanos de la Nación en el Teatro Cervantes.
Kerry Kennedy, hija del asesinado senador norteamericano Robert Kennedy, elogió la política de derechos humanos llevada adelante por el Gobierno, al reseñar, por ejemplo, la anulación de las leyes de punto final y obediencia debida y la decisión de emplazar un Museo de la Memoria.
"En 2003, la Argentina votó por la Justicia. Con este coraje se motivó a que se adopten medidas para rectificar el pasado en pos del progreso y de la justicia", aseveró.
Bloomfield aportó las experiencias del Museo del Holocausto en los Estados Unidos. "Nuestro objetivo es que los visitantes sean testigos de la memoria comunitaria y formen comunidades de conciencia", expresó.
"Mirarse en el espejo"
Tanto Kennedy como Posner -que también tuvo palabras elogiosas hacia el Gobierno- aprovecharon para criticar con dureza "las violaciones a los derechos humanos" y "la impunidad de las acciones" que encabeza el gobierno de George W. Bush con el argumento de su "lucha contra el terrorismo global".
El cierre correspondió a la senadora Kirchner, que, en otro de los pasajes de su discurso, instó a los argentinos a "mirarse en el espejo". La primera dama destacó: "No pocos argentinos, para mi gusto demasiados, deseaban que esto [la dictadura militar] sucediera y justificaron el golpe del 24 de marzo de 1976".
Acto seguido, destacó la necesidad de que "todos los argentinos nos miremos al espejo".
El encuentro fue inaugurado por Eduardo Luis Duhalde, secretario de Derechos Humanos de la Nación, y la presidenta de Abuelas de Plaza de Mayo, Estela Barnes de Carlotto.
En su discurso, la dirigente alentó a "dar vuelta la historia que nos quisieron imponer" construyendo una memoria "sin venganza ni odio, sino con vida".