Un año de gobierno: Sergio Massa, un equilibrista incómodo en la puja entre Cristina y Fernández
"Qué paciencia… te felicito". Sergio Massa colgó 8.30 el llamado de Alberto Fernández y encaró viaje a su casa de Tigre, en busca de un sueño reparador tras veinte horas de sesión. El oficialismo le había dado media sanción al proyecto que recorta los fondos a la Ciudad. Massa sentía, por un lado, satisfacción. No solo por haber cosechado una mayoría difícil, sino porque la iniciativa salió con cambios, una versión en apariencia más moderada que la que había llegado del Senado.
Había también en el líder del Frente Renovador un dejo amargo. La aprobación del proyecto significó una radicalización y el cese de la paz con Horacio Rodríguez Larreta. Massa fue, del campamento del Frente de Todos, el único que dialogó con el jefe de gobierno porteño tras el episodio. No hubo rencores entre los dos amigos que la política unió hace dos décadas en un vínculo que resiste a la grieta."Es su rol. No es con él", soltó a su entorno Rodríguez Larreta, convencido de que la aceleración del proyecto fue una empresa de Cristina y Máximo Kirchner, articulada por el ministro del Interior, Eduardo "Wado" De Pedro, que deambuló en la Cámara de Diputados durante toda la sesión. Massa no se pronunció sobre la coparticipación en toda la semana. Cumplió con su parte en silencio.
"Mis triunfos son sutiles. Yo no puedo hacer el gol y cantárselo a la tribuna contraria", repite Massa a sus colaboradores de confianza. Socio minoritario del Frente de Todos, el presidente de la Cámara baja camina haciendo equilibrio en el sendero de hielo que se trazó entre Fernández y Cristina. Mientras se cuida de no irritar al kirchnerismo, intenta de tanto en tanto forzar a un viraje hacia el centro, más amigable con el círculo rojo. Por eso tiene una estudiada lista de temas con los que salió a desmarcarse, como la toma de tierras, el inicio de clases, el uso de las Taser o Vicentin .
En la Casa Rosada descuentan que Massa cometerá alguna picardía política y lo miran de reojo cuando viaja a las provincias con aires proselitistas. Pero esperan que sea orgánico en los temas importantes. Con la vicepresidenta, el líder del Frente Renovador mantiene un diálogo acotado a la operatividad parlamentaria. Y con Máximo Kirchner la relación es pragmática y oscilante. Demostraron poder trabajar en tándem cuando hubo que consolidar mayorías en el Congreso, pero también fuera del ámbito del palacio. Cuando Carlos Acuña -un jefe de la CGT muy cercano a Massa- dijo que el hijo de la vicepresidenta "no laburó en su vida", el líder del Frente Renovador se ocupó rápidamente de suturar las heridas.
Uno de los objetivos que se trazó Máximo Kirchner este año fue derribar el muro que La Cámpora levantó con el establishment durante el kirchnerismo. Massa ofició de celestino, cuando en marzo reunió al hijo de la vicepresidenta con un grupo de grandes empresarios en la casa del fallecido banquero Jorge Brito. Meses después de ese debut, a la dupla Massa-Kirchner se le hizo costumbre organizar reuniones informales para aceitar contactos con el mundo privado.
Hasta entonces, Máximo Kirchner, siempre amparado en su bajo perfil, se mostró en consonancia con los tiempos y las prioridades legislativas que marcaba el Gobierno con Massa como principal articulador con el resto de los bloques. De hecho, se resignó a que durante meses quedara relegado su preciado proyecto para gravar las grandes fortunas. Massa nunca comulgó con aquellas embestidas y las frenó cuanto pudo. Sin embargo, compelido por sus propias bases electorales, en medio del ajuste fiscal que había decidido adoptar el Gobierno, el líder de La Cámpora decidió tomar las riendas y marcar el ritmo de la agenda legislativa.
Así, aceleró los proyectos más incómodos para el líder del Frente Renovador. El anuncio de la sesión para tratar el impuesto a las grandes fortunas partió del despacho de Máximo Kirchner, no de la presidencia de la Cámara, que debió dejar hacer.
En las horas previas a su tratamiento, el "anfitrión" Brito –amigo personal de Massa- salió a fustigar públicamente el proyecto y advirtió que sólo crearía "una rebelión fiscal". Tres días después el empresario falleció trágicamente en un accidente de helicóptero. Según pudo reconstruir LA NACION, Máximo Kirchner le envió un mensaje con un sentido pésame a Massa. Le dijo que entendía que para él significaba la pérdida de un tío, de un amigo y de un consejero.
La vida te arranca las personas que querés mucho de la manera más extraña e inesperada. Gran banquero. Gran empresario. Gran argentino. Gran familiero. Y amigo leal hasta lo inexplicable. CHAU AMIGO. TE QUIERO MUCHO. pic.twitter.com/zz9RMtMlCJ&— Sergio Massa (@SergioMassa) November 20, 2020
El líder del Frente Renovador y su esposa, Malena Galmarini, no tuvieron consuelo por la inesperada muerte de su padrino y mentor, clave en su red de relaciones. La política se preguntó si, además de un amigo de treinta años, Massa perdió con Brito a su mecenas. "Lo ayudó económicamente mucho menos de lo que se dice", aseguran en el entorno del presidente de Diputados. Quienes conocían de cerca a la relación supieron del impacto que tuvo la muerte del banquero en la casa de los Massa. Brito los visitaba casi todos los fines de semana para tomar mate y Coca-Cola.
Agenda de diciembre
La performance de Massa se pondrá a prueba en el sprint final del año y en las sesiones extraordinarias. Hay en agenda una batería de temas espinosos, que no tienen la mayoría garantizada. Para el tratamiento de la ley de legalización del aborto , el líder del Frente Renovador se ocupó de dar gestos de neutralidad. Nunca se pronunció a favor o en contra. Galmarini, en cambio, está "pintada" de verde. Tras los cruces por los escandalosos incidentes durante el velatorio de Diego Maradona, el presidente de la cámara de Diputados reunió en su despacho a la ministra de Seguridad, Sabina Frederic, y al vicejefe de gobierno porteño, Diego Santilli, para evitar que se repita la escena el día de la votación del proyecto.
El oficialismo también tendrá una prueba de fuego cuando trate el nuevo cálculo jubilatorio. Por de pronto, la diputada massista Mirta Tundis salió a recordar que "se volvió a la fórmula que había hecho Massa". Respecto a la suspensión de las PASO, el presidente de la Cámara baja no se pronunció en voz alta, aunque está a favor de saltearse la cita electoral de agosto de 2021.
Massa también tiene en sus manos los temas más candentes de la agenda judicial. Luego de que el proyecto durmiera el sueño de los justos, el Poder Ejecutivo incluyó a la reforma judicial en extraordinarias, junto con la modificación de la ley orgánica del Ministerio Público Fiscal, iniciativa que lleva la marca indeleble del kirchnerismo. El presidente de la Cámara baja apunta a tratar ambos proyectos sin premura, recién el año próximo.
El congreso partidario que tenía previsto hacer el Frente Renovador, en cambio, quedó postergado sin fecha. No es momento de hacer olas. "Él va a hacer lo que tenga que hacer para que los proyectos salgan en Diputados, así no lo representen", aseguró alguien que conoce de cerca al líder del Frente Renovador. Y reflexionó: "Está muy jugado para que le vaya bien a la coalición. Sabe que si el Frente de Todos fracasa, él no tiene futuro".
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