No dejaron entrar a Alfonsín en la Casa Rosada para homenajear a Illia
En el Gobierno dijeron que no se había pedido permiso; para los radicales, fue un caso de autoritarismo
Fue un homenaje merecido, pero tuvo un final con gusto amargo.
Sea por error, apego a las normas o picardía mal entendida, el Gobierno no dejó ayer entrar a la Casa Rosada al ex presidente Raúl Alfonsín, que acompañado por medio centenar de radicales, pretendía dejar una corona de laureles ante el busto de Arturo Illia, en el 40 aniversario de su derrocamiento.
Para el oficialismo, "no cumplieron los pasos formales" necesarios para entrar a Balcarce 50. En la UCR, en cambio, aseguran que hicieron los pedidos correspondientes, pero no tuvieron respuesta.
Más allá de la confusión, muy parecida al juego del teléfono descompuesto, a la tarde, cuando el tema se convertía en un escándalo en los canales de televisión, las radios y los portales de Internet, desde el Gobierno llamaron a Alfonsín para disculparse y ofrecerle encabezar ese mismo día un acto conjunto con Néstor Kirchner -esta vez sí- en el Salón de los Bustos de la Casa Rosada.
Dolido, pero mesurado, Alfonsín les agradeció, le quitó importancia al incidente y rechazó la invitación, con el argumento de que el homenaje hubiera sido desvirtuado, y los radicales llegados de toda la provincia ya habían vuelto a sus distritos, según contaron a LA NACION allegados del ex presidente.
Todo había empezado pasadas las 13, cuando después de una misa de homenaje a Illia en la Catedral Metropolitana, unos cincuenta radicales, encabezados por Alfonsín y el presidente de la UCR bonaerense, Carlos Gorosito (organizador del acto), caminaron hasta el vallado de la Casa de Gobierno y pidieron a la guardia policial entrar, para dejar una corona de laureles frente a la imagen del ex presidente radical, derrocado el 28 de junio de 1966 por el golpe de Estado de Juan Carlos Onganía.
Estaban, entre otros, la secretaria del partido, Margarita Stolbizer, el dirigente porteño Nito Artaza, el jefe del bloque de diputados, Fernando Chironi, el ex canciller Adalberto Rodríguez Giavarini y Emma y Leandro Illia, hijos del ex presidente.
"La guardia consultó, no sé con quién y les dijeron que no. Así que hicimos un acto muy corto frente a la valla, porque no queríamos que los militantes armaran incidentes, dejamos la corona ahí y nos fuimos", contó a LA NACION Gorosito.
Pasos formales
Según voceros de la Secretaría General de la Presidencia, Parrilli no estaba en la Casa Rosada cuando llegó la comitiva radical para realizar el homenaje. "Se lo ubicó, se le explicó la situación y Parrilli no estaba al tanto", dijo su vocero.
"No se cumplieron los pasos formales con la Secretaría General", explicaron en la oficina de Parrilli, y agregaron que no se cursó ninguna nota del comité provincial del radicalismo pidiendo autorización para la realización del acto.
Fue el mismo Parrilli el que a la tarde se comunicó con Alfonsín y le ofreció un acto con Kirchner. También el ministro del Interior, Aníbal Fernández, le explicó al ex presidente que todo se había tratado de un malentendido.
En la otra vereda, Gorosito insistió en que hicieron el pedido telefónico en las oficinas de Parrilli y mandaron una nota por correo electrónico a la dependencia de Fernández, pero no obtuvieron respuesta.
"Hoy venimos sencillamente a depositar una corona de laureles y no podemos hacerlo a nuestro gusto, pero vamos a dejarla acá para recordar lo que significó el radicalismo y el ejemplar gobierno de Illia para la democracia", dijo Alfonsín, detrás de las vallas de la Casa de Gobierno.
Menos mesurados, sus correligionarios aprovecharon para atacar al Gobierno, y algunos apuntaron a una intencionalidad política.
"Es una muestra más del autoritarismo del presidente Kirchner", apuntó Stolbizer.
"Fue una barbaridad, un error de apreciación, un hecho que podía haber capitalizado el mismo gobierno", dijo, consultado por LA NACION, el presidente del partido, Roberto Iglesias.
El ex diputado radical Leopoldo Moreau difundió un comunicado en el que señaló que "para el Gobierno los únicos golpes de Estado repudiables son los que se hicieron contra el peronismo".
"Aunque me resulta incomprensible, calculo que el gobierno nacional sabrá por qué ha tomado una decisión de esta naturaleza", sentenció Gorosito. Desde la oposición, la líder de ARI, Elisa Carrió, se sumó al coro crítico. "Es un nuevo acto fascista del Gobierno", opinó.
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