Nisman: la junta médica concluyó que no hay pruebas de un homicidio
Lo afirmaron 13 de los 15 peritos que participaron del estudio; los dos especialistas de la querella presentaron el viernes sus propias conclusiones
La junta médica convocada para el caso Nisman afirmó ayer que no encontró ningún indicio que permita sostener con rigor médico que la muerte de Alberto Nisman fue un homicidio.
Así lo aseveraron 13 de los 15 peritos que participaron del estudio: los diez especialistas del Cuerpo Médico Forense, que depende de la Corte; los dos de la Policía Federal, y Mariano Castex, el perito designado por la defensa de Diego Lagomarsino. La fiscal Viviana Fein le había preguntado a la junta si alguna de las observaciones de la querella indicaban con "certeza pericial" que a Nisman lo mataron. Los trece firmaron ayer por la tarde el informe final de la junta médica, que tiene 203 hojas y ya está en poder de la fiscal.
Los peritos designados por la familia de Nisman, en cambio, abandonaron la junta antes de la redacción final de las respuestas. Presentaron el viernes pasado, en sobre cerrado, sus propias conclusiones.
Esto generó un conflicto porque el resto de los peritos sostuvieron que el trabajo no estaba terminado y que, para cumplir con su obligación legal, los 15 debieron haber conocido las conclusiones finales de todos y debatirlas, máxime cuando el objetivo de esta junta era "zanjar las disimilitudes" entre la autopsia oficial y un informe posterior, elaborado por los peritos de la familia de Nisman, que había descartado el suicidio.
En el informe de ayer, los 13 expertos firmantes advirtieron que ellos no podían descartar ninguna hipótesis y que no les correspondía hacer la calificación legal del hecho.
Además, incorporaron a su trabajo una observación final crítica de la actitud de los peritos de la querella, Osvaldo Raffo y Julio Ravioli. No solo cuestionaron que no los hubieran dejado conocer sus conclusiones; afirmaron también que en varias oportunidades del debate Raffo y Ravioli habían omitido exponer los fundamentos de sus opiniones y sólo se habían remitido a su informe anterior.
El documento de ayer de la junta no fue dado a conocer. LA NACION reconstruyó su contenido de fuentes con acceso a él.
Las diferencias centrales que había entre los peritos oficiales y los de la familia de Nisman se mantuvieron. Mientras la querella afirma que la muerte fue 36 horas (más/menos cuatro) antes del inicio de la autopsia -que empezó a las 8 del lunes 19 de enero-, los demás sostuvieron que no pudo haber sido más de 24 horas antes. Para unos fue el sábado; para la mayoría, el domingo.
Parámetros evaluados
Para eso, la junta evaluó más de media decena de parámetros; entre ellos, las córneas, las livideces, la rigidez cadavérica, la temperatura del cuerpo y la falta de putrefacción. En este último aspecto, el documento dejó asentada una discusión entre Ravioli y Castex. Para Castex, al igual que para los demás peritos de la mayoría, las fotos y demás documentos no dejaban dudas: no había putrefacción. Para Ravioli, había síntomas de una putrefacción incipiente. Castex lo acusó entonces de estar introduciendo el "absurdo" en la junta ante la claridad de las pruebas.
Otro debate se dio en cuanto al contenido gástrico del cuerpo, que permitiría saber cuáles fueron las últimas comidas de Nisman. Para Castex, las pruebas serían de una comida ligera. La hipótesis es que fueran frutas. Ravioli dijo que según las fotos podrían ser ñoquis.
También debatieron sobre otro parámetro para datar la muerte: el potasio en el humor vítreo. La querella dijo haber tomado la fórmula de Fernando Trezza, pero Trezza (presente porque es uno de los peritos oficiales) les dijo que según esa vieja fórmula suya daría 50 horas, no 36, como ellos afirmaron. Todos coincidieron en que este parámetro da horarios muy diversos según los distintos autores. Para la mayoría de la junta, si se toman los más modernos, nunca podría ser más de 27 horas. Igual desaconsejaron usar este parámetro.
Sí coincidieron en que hubo "sobrevida", algo que no había dicho la autopsia. Según la mayoría, "de minutos".
Otra discusión fue la del "espasmo cadavérico", que según la querella llevaría a pensar en un suicidio y que, a su juicio, no existió. Para la querella, con sobrevida no hay espasmo.
El documento de la junta dedicó varias páginas al estudio teórico y ratificó que Nisman tenía en su mano el signo en los dedos que la autopsia había referido como espasmo (el dedo índice y el pulgar en semiflexión y los otros tres, flexionados), pero concluyó, no obstante, que eso no podía interpretarse en solitario como una prueba de que Nisman se hubiera disparado. Castex, en cambio, dejó asentado que, para él, la diferencia entre una mano y la otra podría sugerir un suicidio. Trezza desarrolló que no está demostrado por la ciencia que no pueda haber sobrevida con espasmo. La querella, en cambio, mantuvo su posición original.
Otro punto tratado fueron las marcas de golpes que tenía el cuerpo. Dos en la cabeza, internos, que la junta vinculó con los efectos del disparo, y tres en las piernas que, según la opinión mayoritaria, no puede saberse de cuándo son (para un perito de la Policía, uno verdoso es claramente viejo).
Ahora, Fein abrirá el sobre de las conclusiones de la querella. Se encontrarán, otra vez, con dos informes claramente discrepantes.
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