Nicolás Posse viajó a Florida para reunirse con las autoridades del Comando Sur, el brazo militar que se encarga de América latina
La nueva escala de su gira fue anunciada este viernes, sin detalles sobre su agenda
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WASHINGTON.- El jefe de Gabinete, Nicolás Posse, continuó su gira por Estados Unidos con nuevas reuniones en Florida en la sede del Comando Sur, el brazo militar que tiene bajo su órbita a América latina y maneja, entre otros temas, la lucha contra el narcotráfico y el terrorismo, informó la Jefatura de Gabinete. Posse sigue acompañado por jefe de la AFI, Silvestre Sívori.
La visita de Posse a la sede del Comando Sur, que el Gobierno anunció este mismo jueves, continuará mañana viernes, indicaron fuentes oficiales, sin brindar precisiones acerca de cuándo tiene previsto su regreso a Buenos Aires. La oficina de prensa del Comando Sur no respondió a una consulta de LA NACION sobre las reuniones de Posse en Florida.
Posse ha manejado su visita de alto nivel a Estados Unidos con un fuerte hermetismo, y el Gobierno no ha brindado detalles ni temas en la agenda tanto en su reunión con el director de la Agencia Central de Inteligencia (CIA, según sus siglas en inglés), William Burns, como en esta visita al Comando Sur, que dirige la general Laura Richardson, quien ha visitado la Argentina y tiene, entre sus múltiples objetivos en la región, mantener a raya el avance de China.
En uno de sus últimos testimonios en el Congreso, Richardson dedicó un trecho a la creciente presencia de China y Rusia en la región, los llamó “actores malignos”, y alertó sobre las inversiones chinas en infraestructura crítica, puertos, instalaciones cibernéticas y espaciales, al señalar que pueden tener un doble uso para actividades comerciales y militares. Ante cualquier conflicto global, China podría aprovechar puertos estratégicos para “restringir el acceso de barcos comerciales y navales” de Estados Unidos.
“Lo que me preocupa como comandante es la miríada de formas en que la República Popular China está extendiendo su influencia maligna, ejerciendo su poderío económico y realizando actividades en zona grises para expandir su acceso militar y político y su influencia”, indicó Richardson. “Este es un riesgo estratégico que no podemos aceptar ni ignorar”, agregó.
El viaje de Posse a Washington refuerza la intención del gobierno de Milei de elevar la relación con Estados Unidos –además del vínculo con Israel, donde Milei llegará de visita la próxima semana, su segundo viaje oficial al exterior– en un franco realineamiento de la política exterior de la Argentina respecto del gobierno de Alberto Fernández, quien mantuvo también un estrecho lazo con Pekín.
Estados Unidos y China mantienen una puja regional que, en el caso de la Argentina, tiene varias aristas e incluye la compra de aviones de combate. El gobierno de Milei, decidido a tender puentes con las democracias liberales y a mantener distancia de las autocracias, avanza en un acuerdo que involucra directamente a Estados Unidos: la compra de aviones F-16 a Dinamarca y Noruega, una operación que tiene el aval de Washington.
Además de la relación con el Fondo Monetario y la compra de aviones F-16, la relación bilateral también gira estos días alrededor del papel que puede jugar la Argentina en el desarrollo de energías limpias, y la provisión de gas natural y alimentos, y la cooperación multilateral en seguridad y en la defensa de la democracia, una prioridad del gobierno de Joe Biden.
El fortalecimiento de la relación bilateral cobrará un impulso adicional la próxima semana, cuando llegue a Buenos Aires Brian Nichols, subsecretario de Estado para Asuntos del Hemisferio Occidental del Departamento de Estado, el diplomático de mayor rango del gobierno de Biden para América latina.
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