Nicolás Massot: "No tenemos que confundir oposición con obstrucción ni parecernos al kirchnerismo"
"Subí unos cuantos kilos con la cuarentena", reconoce Nicolás Massot al otro lado del teléfono. Su nueva vida-alejada del Congreso, dónde fue titular del bloque macrista durante el gobierno de Cambiemos-pasa hoy por su asiento de director del Banco Ciudad y la consultoría compartida con su líder político, Emilio Monzó, y su socio, Rogelio Frigerio. Enrolado como ellos en el sector dialoguista, Massot propone "no confundir oposición con obstrucción" y pide que JxC "no se parezca al cristinismo". Critica, sin nombrarlos, a los "halcones" de Juntos por el Cambio, a quienes acusa de querer "apropiarse" del 17A, y les retruca que la postura de Horacio Rodríguez Larreta no debe ser considerada "tibia", sino "de grandeza, porque pone lo colectivo por sobre lo individual". Con un toque de ironía celebra, además, que el expresidente Mauricio Macri "quiera generar nuevos liderazgos" en la oposición.
-Parece haber una distancia entre quienes fueron y los que no al banderazo…
-Personalmente no fui porque nos cuidamos, tengo un hijo muy chico y otro en camino. Está muy bien que los dirigentes políticos acompañemos a la sociedad abiertamente, aunque tenemos además los resortes institucionales para limitar o detener avances en la Justicia. Creo que hay que evitar las descalificaciones que estamos escuchando por parte de miembros del kirchnerismo a quienes fueron, y también es equivocado intentar apropiarse o ponerse por delante de algo muy complejo, las demandas fueron muy variadas.
-¿Qué se reclamó, para usted?
-Hubo un manifiesto de desahogo por tanta angustia causada por la incertidumbre económica, mientras desde la política se plantea una agenda absolutamente desligada de la realidad, con una reforma judicial que requiere de consensos políticos, y no la mera obtención de una mayoría forzada. Se busca cambiar la parte de la Justicia que le interesa a la política, no la que le haría más fácil la vida a la gente.
-Habla de intentos por apropiarse del banderazo. ¿De quienes?
-Dentro de nuestro espacio, lo primero que tenemos que ser es coherentes, intentar parecernos a la oposición que pretendíamos y que no tuvimos, parecernos lo menos posible a lo que criticamos. Eso es lo que algunos miembros de nuestro espacio parecen no recordar. Con Frigerio y Monzó creemos que tenemos que oponernos con firmeza y poner límites a los avances sobre la ley, pero a la vez estar dispuesto a la búsqueda del diálogo y los consensos que hacen a un país sustentable en el corto plazo. La lógica de oponernos a todo, como hizo el kirchnerismo, hay que dejarla atrás, no hay que confundir oposición con obstrucción.
-La gente reclamó contra el Gobierno…
-La mayor parte de la sociedad quiere consensos para salir del estancamiento económico, estamos decididos a construir una alternativa de centro, y volver al objetivo original de Cambiemos en 2015, unir a los argentinos. La grieta sirve para ganar elecciones, no para gobernar, y es alentador escuchar a Elisa Carrió hablar de salir de la grieta y optar por la moderación, sin por eso abandonar la firmeza a la hora de poner límites.
-Patricia Bullrich habló de un castigo social para los "tibios". ¿La relación de Larreta con el Gobierno es la ideal?
-Ganar una elección explotando tensiones es siempre más fácil que tener éxito en la gestión buscando subsanar esas divisiones. Paradójicamente los que nos negaban en nuestro gobierno la posibilidad de mayores consensos son los que gritan más fuerte en contra de un kirchnerismo, al que con nuestra endogamia le permitimos regresar. Espero que la dinámica colaborativa que vemos en lo sanitario se traslade a lo económico, social, a la seguridad. No veo ninguna tibieza en eso, al contrario: veo la grandeza de poner lo colectivo por encima de lo personal, eso no lo hacen todos.
-¿Hay con quien dialogar? Larreta recibe críticas del Gobierno también…
- Las dos coaliciones tienen esta misma dicotomía, en el Gobierno veo la misma tensión entre aquellos que ponen por delante lo electoral y quienes se dan cuenta la gravedad de la situación del país y buscan una discusión sobre el rumbo económico. Nuestro mensaje a los votantes no puede ser que esperen al 2023 y ahí voten bien. Vamos a ejercer la oposición pero estamos preparados para consensuar con el Gobierno salidas económicas sustentables.
-¿Cristina tiene demasiada influencia?
-El tango se baila de a dos, en la medida en que nos vayamos a los extremos y nos apartemos del dialogo convalidamos esas posturas del otro lado y también nos estamos pareciendo a ellos.
-¿La postura de Macri ayuda a esos consensos? ¿Cuál sería su rol?
-El rol de Macri va a depender principalmente de él, aún no lo ha explicitado, y desde ya que el rol de ex presidente en Argentina es muy difícil de cumplir. Lo único que escuché fue que quiere fortalecer los nuevos liderazgos de JxC, es un desafío que celebro. Afortunadamente no dependemos de un liderazgo unipersonal, tenemos muchos buenos dirigentes que despiertan expectativa, como Larreta, Monzó, Frigerio, Vidal, Lousteau, y algunos más.
-Ustedes están fuera de JxC pero fuera de Pro. ¿Está garantizada la unidad del espacio?
-Sí, está garantizada. A los liderazgos los legitima la sociedad, no es algo para declamar en los medios. Se puede seguir dialogando o votando en elecciones internas con reglas claras, algo que se dio en 2015 y después inexplicablemente se dejó de lado. Todos tenemos claro que la unidad es lo más importante, aunque no alcanza para recuperar la confianza perdida en buena parte de la sociedad.
-¿A quien convocarían?
-Más importante que los nombres de dirigentes es que volvamos a seducir al electorado. Hay que reconocer errores, proponer nuevos liderazgos que expresen esa autocrítica, y propuestas.
-El monzoísmo tiene un bloque aparte en la legislatura bonaerense. Los "duros" preguntan dónde se ubican…
-Esas son discusiones muy alejadas de la realidad social. No hace falta compartir todo para considerarse parte de JxC, y preguntarse dónde estamos nosotros, que estuvimos cuando muchos rechazaban la alianza con la UCR, es una locura.