Nicolás Massot: “No hay riesgo de fractura en Juntos por el Cambio si Mauricio Macri es candidato a presidente”
El exjefe de bloque de Diputados de Pro hace equilibrio en medio de la pelea entre Larreta y Bullrich, y dice que el expresidente deberá atravesar una interna para postularse
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Nicolás Massot mueve sus fichas en medio del terremoto político que sacude a la cúpula de Pro. El exjefe del bloque del macrismo en Diputados relativiza las diferencias de fondo entre los proyectos presidenciales de Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich. Y, atento a un posible giro en la política argentina, dice que Juntos por el Cambio (JxC) tendría un mayor “crédito social” para encarar reformas estructurales en caso de volver al poder y olfatea que Mauricio Macri puede ser candidato o el gran elector en 2023. Es más, cree que “no hay riesgo de fractura” en la coalición opositora si el expresidente decidiera jugar en los próximos comicios.
“La gente se dio cuenta que no había caminos alternativos o caminos facilistas y quiere probar otra cosa”, remarca Massot, concejal en Tigre desde diciembre, en una entrevista con LA NACION.
El ladero de Emilio Monzó hace equilibrio a la hora de zambullirse en la interna de JxC. Es que Massot tiene lazos con todas las tribus del espacio. De hecho, ocupa una silla en el Banco Ciudad -un acuerdo que selló Larreta con Monzó a fines de 2019-, integró el frente de Facundo Manes en las legislativas pasadas y ahora se acerca a Bullrich con el objetivo de ser candidato a intendente de Tigre en 2023.
-¿Le sorprende que Macri haya recuperado poder de influencia en JxC?
-No. Eso va a tono con la dinámica de la política argentina en los últimos años, en donde los electorados se mueven más por los fenómenos “anti”, es decir, a la negativa, que por los fenómenos a la positiva. Entonces, la recuperación de los liderazgos está asociada más al deterioro del adversario que una revalorización propia. Aspiraría a que no solo la figura de Macri, sino la de nuestro gobierno vaya a tener una suerte de reivindicación respecto del rumbo que se trazó hacia seis años y que, por la falta de crédito social hacia el cambio, que hoy sí veo presente, no tuvimos un final feliz.
-¿Macri recuperó la centralidad por la crisis y el fracaso de la gestión del Gobierno de Alberto Fernández? ¿Eso le devuelve el “crédito social”?
-Bueno, creo que sí, porque la situación económica le sacó crédito a nuestro gobierno. Hoy, vemos presente un fenómeno social -tal vez se vea reflejado en el ascenso de Milei-, que es una mayor conciencia de la urgencia y necesidad de un cambio profundo. Cuando nosotros llegamos al poder, eso no estaba. Hoy, se habla con soltura de privatizar a Aerolíneas Argentinas u otras empresas públicas. Probablemente, nos haya faltado audacia en plantear esas cosas, pero eso ocurrió en gran medida porque la sociedad no estaba preparada ni estaba exigiendo cambios tan drásticos. Todavía había una creencia de que los cambios podían ser graduales. Eso no está más. Y eso es una oportunidad para JxC y para la Argentina. La gente se dio cuenta que no había caminos alternativos o caminos facilistas y quiere probar otra cosa.
"La gente se dio cuenta que no había caminos alternativos o caminos facilistas y quiere probar otra cosa"
-A Macri también le faltó apoyo político en el Congreso. ¿A qué se debió?
-Si nos toca volver a gobernar, el segundo crédito que vamos a tener a favor es el político-institucional. Eso no es menor porque nos quita otros de los fundamentos del gradualismo de aquel momento: que no teníamos la musculatura política para avanzar hacia un cambio radical. Hoy, la sociedad quiere desde el momento cero un cambio más rápido y tenemos más musculatura para encararlo.
-¿Ese “crédito político” podría estar en riesgo si el peronismo desdobla la elección en la mayoría de las provincias?
-Es probable, pero soy optimista en Entre Ríos, San Luis, Chubut, Córdoba o Santa Fe. Y creo que vamos retener Jujuy, Corrientes, Mendoza y la Capital. Obviamente, la gran batalla de todas es Buenos Aires.
-¿Macri puede ser el gran elector o candidato en 2023?
-Ha dicho que esa decisión la va a tomar en marzo. Puede ser cualquier de las dos cosas. Hay un rol en la Argentina que está por ser cumplido: el del expresidente. En muchas democracias consolidadas del mundo suelen ser referencias locales e internacionales de un sistema político en su conjunto. Él tendrá que decidir si quiere ocupar ese rol institucionalmente y ser el gran elector en la vida interna del partido o, por el contrario, ser uno de los contendientes.
Ahora, lo más importante que tiene que resolver JxC no es quién conduce el próximo proceso. El esfuerzo tiene que estar puesto en tener al detalle los proyectos de ley, decreto y resolución que vamos a impulsar de arranque en los temas más sensibles. Por ejemplo, cómo vamos a hacer para resolver rápidamente la escasez energética.
-¿Se puede conducir esa discusión si un liderazgo claro?
-Más importante que la definición del presidente es la de las políticas públicas. La política está más desprestigiada que nunca. El crédito del próximo gobierno será recontra corto, va a tener medidas que no son del todo populares. De manera tal que el propio Macri y todos debemos trabajar en cómo hacemos para no repetir las discusiones internas que se dieron en el seno de JxC a la hora de encarar reformas. No veo que lo estemos haciendo.
-¿Ese plan es “más de lo mismo y más rápido”, como dijo Macri, o JxC debe revisar el rumbo?
-No. Obviamente, el planteo de la readecuación tarifaria estuvo plagada de errores. Entonces, no hay que hacer “lo mismo y más rápido”. El tema tarifario seguirá siendo un nudo a desenredar. Y no lo podemos hacer igual y más rápido. Pero lo tenemos que hacer distinto. Ahora, la discusión que tiene sentido hoy es qué vamos hacer. Los problemas siguen vigentes y nos va a tocar encararlos.
Además, es muy importante para la Argentina no solo que vuelva un oficialismo mejor y más profesionalizado, sino que es clave lo que ocurra en la futura oposición, es decir, cómo se terminan resolviendo los liderazgos en el peronismo. Eso va a dictar cuán cuesta arriba será el próximo gobierno y cuán sustentable en el tiempo las medidas que se tomen.
"Ni Macri ni nadie en JxC está en condiciones de alzarse con una candidatura sin atravesar una PASO"
-¿En JxC no hay dos modelos de país? Bullrich dice que Larreta “quiere un acuerdo corporativo” con su apuesta por un gobierno con el 70%.
-Ahí hay una batalla dialéctica. De mis conversaciones con ambos no veo que piensen diferente en ese punto. Lo expresan distinto. Patricia pone un énfasis en la construcción de la mayoría social y electoral, que es lo que le da más legitimidad a un gobierno. Ahora, lo que dice Horacio –que comparto y estoy seguro de que Patricia también- es que una vez que estás en el poder, deberías observar la representación parlamentaria y tratar de ampliar esa coalición electoral y social en pos de los cambios que vas a proponer a través de acuerdos políticos. Creo que las dos cosas van en la misma línea. Son momentos diferentes.
-Si Macri es candidato a presidente, ¿JxC corre el riesgo de fracturarse?
-No, para nada.
-¿Los socios de Pro van a aceptar que Macri vuelva a liderar el espacio?
-No hay un escenario posible con un candidato único, que no tenga que sortear una interna. Sea Macri o quien sea, va a existir una PASO en JxC. En todo caso, la decisión de Macri puede tener más efecto en la vida de Pro e impacto sobre Bullrich o Larreta, pero no creo que eso detenga en lo más mínimo al radicalismo a presentar un candidato propio.
-¿Macri no tiene rival en una interna de JxC?
-No. Yo creo que sí. Nadie está en condiciones de alzarse con una candidatura sin atravesar una PASO.
-¿Larreta cometió un error al no capitalizar el triunfo electoral de 2021, después de haber apostado fuerte por el enroque Vidal-Santilli o no podía hacerlo?
-Fue una jugada arriesgada. Creo que había dirigentes valiosos que podrían haber tenido un papel tan bueno sin la necesidad de que la coalición rechinara tanto con estos movimientos.
No creo que haya lugar para una tercera vía en 2023
-¿Larreta necesita administrar su vínculo con Macri y no romper para ser candidato de Pro?
-No. Como en toda construcción política hay valores que compartimos todos los que estamos en un espacio. Después hay planes y políticas públicas. Ahí empiezan a encontrarse diferencias. En un tercer nivel hay atributos personales, virtudes y defectos. Eso hace que las candidaturas no sean accidentales. A veces, los momentos históricos requieren atributos distintos. Bullrich y Larreta tienen atributos diferentes. Dependerá en qué momento histórico llegue la Argentina a decidir presidente, qué atributos va a priorizar el electorado. Es una buena noticia para el Pro tener dos candidatos tan diferentes.
-¿Te entusiasman más los atributos de Bullrich que de Larreta?
-No. Yo trabajo en la gestión con Horacio y, políticamente, he estado más cerca de Patricia, por la realidad de mi distrito: Tigre. Allí, ella ha tenido una consideración mayor conmigo que Santilli o Larreta, quienes deciden construir a través de otros espacios políticos. Pero bienvenida la discusión.
-¿Su alianza con Bullrich solo se vincula más al escenario local que a una sintonía política?
-En mi caso, tiene que ver con mi objetivo actual de tratar de ser intendente de Tigre. He encontrado más recepción en ella.
-¿Ese acuerdo con Bullrich lo incluye a Monzó, quien sigue en conversaciones para sumarse al proyecto presidencial de Larreta?
-Emilio no solo tiene conversaciones con Horacio y Patricia, sino con todos los integrantes de la coalición. Todos se lo reconocen. Un articulador o armador es eso: es alguien respetado y querido por todos los actores. Él está preocupado por la falta de pensamiento crítico respecto del para qué y no del quién. La mesa que armaron el otro día con Juan Schiaretti, Juan Manuel Urtubey o Gerardo Morales tiene ese cometido. Ya les comunicó a todos que va a trabajar para que JxC mantenga la unidad y que crezca con un contenido.
-¿Monzó no va a trabajar ni para Larreta ni para Bullrich en la PASO?
-Va a articular JxC y va a seguir trabajando en la provincia con la aspiración a ser candidato a gobernador. El mejor gobernador que tendría el espacio es Emilio.
-¿Es llamativo que ustedes se acerquen a Bullrich, que rechaza el diálogo con Massa u Schiaretti?
-No, eso no es así. Patricia no rechaza el diálogo. Ella dijo que en la medida en que esas reuniones sean para ampliar detrás de un objetivo de cambio, será la primera en apoyar. Mucha gente se va a llevar una sorpresa con Patricia. Hace política hace cincuenta años. Es muy difícil destacarte en una carrera si no haces del diálogo y el ejercicio político una práctica. Ella lo tiene. Y para nada está en contra de este tipo de diálogo.
-Pero Bullrich rechaza el diálogo con Massa o Schiaretti
-Es que ellos dos no representan nada parecido. Massa forma parte de un oficialismo, responsable de muchas cuestiones que le ocurren a la Argentina hoy. Y Schiaretti es una de las figuras más importantes desde hace 24 años de una provincia como Córdoba, que le clavó los tacos al kirchnerismo. Schiaretti tiene mucha legitimidad para ser parte de una alternativa. Y creo que Patricia los distingue muy bien.
-¿Sospecha que Macri se terminará inclinando por Larreta o por Bullrich?
-Creo que lo que ocurrió en la elección en la Capital del año pasado nos tiene que enseñar que hay menos espacio en la sociedad para discusiones de candidaturas en mesas chicas. La gente adoptó la idea de las PASO y querer ser parte de quién los va a representar. Entonces, no creo que sea tan fácil ir en contra de las preferencias de la ciudadanía. Eso calculo que Macri lo está observando y no me imagino que él vaya a adjudicarse un costo que la sociedad quiere asumir como propio.
-¿Cómo debería resolver sus candidaturas el Pro? Por primera vez, el partido no está encolumnado detrás de un candidato a presidente.
-El único mecanismo que existe para dirimir las candidaturas de manera transparente y representativa son las PASO.
-¿Es viable en la provincia una interna cruzada, con listas mezcladas de Pro y UCR en todos los niveles?
-Yo creo que sí. Es muy poca la gente que vota por sello partidario.
-¿Hay que fortalecer a JxC o al Pro para la contienda electoral?
-A JxC, sin ninguna duda. El vehículo de transformación y gobierno será JxC. Lo que nos saca el sueño es que podamos ir hacia un punto de inflexión, más que si lo encabeza uno u otro.
-¿Por qué salió a denunciar un supuesto pacto entre Santilli y Zamora? ¿Le molestó que no le hayan avisado o debería haber ocurrido en otro ámbito?
-No. Frente a una noticia que hacía público el encuentro y ante la falta de aclaración de sus integrantes, yo sentí la necesidad de diferenciarme de un supuesto pacto de gobernabilidad y me sorprendió que nadie explicara el contenido de la reunión. Eso me llama poderosamente la elección.
-¿El larretismo comete muchos errores en la provincia?
-No, son decisiones. En este caso, Cernadas estaba en la reunión. Como en todo espacio políticos, hay estrategias que no se comparten.
-¿Entiende que Vidal quiera seguir teniendo injerencia en Buenos Aires tras el regreso a la Capital?
-Lo entiendo de mucha gente que está con ella y no se fue a la Capital y está en la provincia. Muchos de ellos se referencian en Ritondo.
-¿Es posible un acuerdo entre Bullrich y Ritondo en la provincia?
-La verdad que no escuché nada. Hasta donde yo sabía Ritondo apoyaba a la candidatura de Santilli.
-Ritondo quiere ser candidato a gobernador.
-¿Con Bullrich de presidente?
-De hecho, Ritondo y Bullrich compartieron una actividad el jueves en La Matanza.
-Ah, desconozco.
-¿Le preocupa la falta de liderazgo en Buenos Aires, el distrito donde se define la elección nacional, cuando falta un año y medio para las presidenciales?
-No creo que haya falta de conducción. La provincia tiene una particularidad: elige a gobernador e intendentes el mismo día que el presidente. Eso genera una efervescencia muy particular, que parece falta de conducción pero que va a terminar encausándose en las primarias.
-¿Es viable desdoblar la elección en Buenos Aires? ¿Eso perjudicaría a JxC?
-No sé a quién le convendría, pero estoy seguro que les conviene a largo plazo a todos los bonaerenses. Si ese debate se plantea, JxC no debe dudar en apoyar el desdoblamiento.
-Habló de la mesa “antigrieta”: ¿hay lugar para una tercera vía u opción de centro o visualiza un giro de la sociedad hacia la derecha?
-Hay una toma de conciencia de la sociedad de que hay que cambiar de raíz y no se puede maquillar. Eso no estaba presente en 2015.
-¿No hay lugar para el “buenismo”, como dice Pichetto?
-Sí, comparto muchas de las cosas de Miguel. Esta vez no creo que haya lugar para una tercera vía. Entiendo que eso se puede canalizar muy efectivamente por dentro de las PASO. Eso pasó el año pasado con Manes y Monzó en la provincia.
-¿Esa tercera vía no puede ser Milei, que canalice ese hastío con la dirigencia política?
-Sí. No asocio a Milei con el concepto de tercera vía de los últimos años en la Argentina. Es un subproducto del fuego cruzado entre dos grandes frentes. Se presenta como una nueva capa de la grieta.
-¿Milei rompe la grieta?
-La supera, la lleva a otro nivel [risas]. Lo que destaco del surgimiento de Milei es que es la expresión de este nuevo crédito social que existe en la Argentina.
Puede ser muy sano para JxC es que Milei funcione como el “interpelador” (sic) del espacio. La gran discusión es: ¿Cambiemos fracasó por un error de concepto, de diagnóstico y plan o por una cuestión de implementación, falta de musculatura política y crédito social? Una vez que en la Argentina se discute quién conduce y el rumbo, la implementación tiene que ser sin dudar con todos los apoyos que podamos recoger, desde Randazzo hasta Milei.
-¿Usted esperaba que Alberto Fernández tuviera estos resultados en la gestión?
-Todo el país esperaba otra cosa. Nadie se hubiera imaginado un gobierno tan catastrófico.
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