Neuquén y Río Negro abren el juego electoral y exponen las debilidades del Gobierno y Juntos por el Cambio
Ambas provincias inauguran el domingo el calendario electoral; Macri respaldó a un candidato que acaba de abandonar el Movimiento Popular Neuquino y desencadenó malestar en su propia coalición; con un armado que incluye a referentes de todas las fuerzas, Weretilnek está muy cerca de volver a ser gobernador
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El calendario electoral empieza en la Patagonia. Neuquén y Río Negro, que elegirán gobernador el próximo domingo, serán el primer sondeo del estado de ánimo del electorado. Como en la mayoría de los comicios provinciales, hay interrogantes que pueden hacerse también con una mirada nacional: qué porcentaje del padrón va a las urnas; qué grado de aceptación tiene el Gobierno, y, más específicamente, si los hastiados de la política han encontrado candidato. “Es una primera mirada para sondear el ánimo de la gente”, resume el politólogo Ignacio Labaqui.
Desde esa óptica, ambas plazas presentan escenarios muy diferentes. Pero es Neuquén la que reviste mayor complejidad e incidencia sobre lo que pasa con las fuerzas de todo el país. El territorio donde culmina el mandato de Omar Gutiérrez tendrá, por lo pronto, y a diferencia de Río Negro, resultado incierto hasta último momento. Las encuestas anticipan por ahora una ventaja del vicegobernador, Marcos Koopmann, miembro del Movimiento Popular Neuquino (MPN) y aliado de Jorge Sapag. “Koopmann es MPN puro”, lo definió el exgobernador.
La incógnita reside de todos modos en si estará en condiciones de revertir esa tendencia quien lo sigue a una distancia de entre 2 y 8 puntos porcentuales por debajo según el sondeo, Rolando Figueroa, un diputado nacional del mismo partido que decidió competir por afuera porque, dice, desconfía de la transparencia del MPN en los comicios. Figueroa no sólo armó una fuerza propia, Comunidad, sino que consiguió un respaldo que todavía provoca reproches en Juntos por el Cambio y, principalmente, la UCR: el de Mauricio Macri.
El expresidente decidió apuntalarlo pese a la presencia de quien compite en la misma elección con el sello oficial de la coalición, Pablo Cervi. Y su movimiento no fue inocuo: las proyecciones sobre Cervi, que no son buenas, exponen al radical a quedar quinto, detrás de Ramón Rioseco, candidato del Frente de Todos, e incluso de Carlos Eguía el referente de Javier Milei en la provincia. Un embrollo interesante que explica en parte la dispersión de la oposición en el nivel nacional.
Mucho de lo que pase el domingo dependerá una vez más, en una provincia gobernada desde 1962 por el MPN, del peso del aparato partidario. En estos días, consultores que recorrían las calles haciendo sondeos presenciales se sorprendieron al ver que eran seguidos por camionetas ploteadas con el sello del MPN que, casi en paralelo, entregaban volantes entre los propios encuestados. “Hay que ver qué pasa con el voto miedo: a mí me da que un 8% no quiere decir a quién vota”, dijo Gustavo Córdoba, director de Zurban Córdoba. “Si llega a ganar Figueroa va a ser un batacazo”, agrega Rodolfo Lasse Paniceres, otro de los que hizo trabajo de campo.
Más allá de quien resulte ganador, Neuquén anticipa aspectos que podrían merecer una lectura nacional. Entre ellos, cómo le va a Eguía, candidato de Milei, a quien algunos encuestadores ven con posibilidades de quedar tercero, arriba de Rioseco, que integra la fórmula con Ayelén Gutiérrez, líder de La Cámpora en Neuquén. Diputado nacional desde 2021 y empresario de medios local, Eguía decidió en octubre abandonar la Coalición Cívica y sumarse al espacio de Milei. Una buena elección suya indicaría que parte del electorado se ha entusiasmado con una fuerza nueva sin necesidad de que el popular economista traccione desde la boleta.
Los radicales se vienen quejando desde el año pasado del desdén de los propios. Consideran que el Pro no sólo reduce a Juntos por el Cambio a la condición de “colectora del MPN”, sino que lo expone además a un deterioro más abarcador si se contrasta con lo que pasó en otras elecciones. Tanto en 2015 como en 2019, en ambas con Horacio “Pechi” Quiroga como candidato, la coalición salió tercera. Algunos del espacio terminaron de explotar la semana pasada, al ver el último y más explícito aval de Macri a Figueroa: en un video grabado en Villa La Angostura con Leticia Estévez, dirigente del Pro y candidata a diputada provincial de esa lista, el expresidente dice: “Queridos neuquinos: no tengan miedo. Terminemos con esto de que la provincia es de unos pocos”.
La situación parece bastante más nítida en Río Negro, aparentemente encaminada a ser gobernada por una amplia alianza, Juntos Somos Río Negro, que tiene como líder a Alberto Weretilnek, actual senador de la Nación y exgobernador de la provincia. Caudillo indiscutido local y con una imagen positiva que llega al 65%, Weretilnek terminó de pulverizar el sueño reeleccionista de la propia gobernadora, Arabella Carreras, que desistió de competir pese a que tenía una imagen del 50%. La gestión desgasta.
Este espacio oficialista incluye a muchos sectores. Peronistas, dirigentes afines a la UCR y una rama camporista cuyo líder es Martín Doñate, el candidato frustrado de Cristina Kirchner al Consejo de la Magistratura. “Weretilneck será sin dudas un actor relevante de la política patagónica durante los próximos diez años”, agrega Córdoba, que destaca la importancia que irá ganando la región con Vaca Muerta y las explotaciones de litio e hidrógeno verde.
Lo siguen en los sondeos Aníbal Tortoriello, diputado nacional del Pro y candidato de Juntos por el Cambio, y dos listas del PJ: una, más ortodoxa, que postula a Gustavo Casas (Unidad para la Victoria), y otra, la de Silvia Horne (Vamos con todos), que integran militantes del Movimiento Evita y seguidores de otro referente provincial, Martín Soria, ministro de Justicia.
El candidato de Milei en Río Negro es Ariel Rivero, intendente de Campo Grande, por ahora bastante lejos de instalarse. Las encuestas proyectan el espíritu indignado más bien entre posibles ausentes: se supone que no irá tanta gente a votar como en los últimos comicios, cuando la asistencia fue del 74%. Hace menos de un mes, en la elección para intendente de General Roca que volvió a consagrar a María Emilia Soria, apenas votó el 66% del padrón.
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