Hace casi 20 años, el Bafici presentó una retrospectiva cuyo título era ¿Quién diablos eres, Johnnie To? con una selección de filmes del ahora célebre –pero casi nunca estrenado comercialmente en nuestro país– realizador asiático. "Selección" porque To, que nació en Hong Kong en 1955, a la fecha ha realizado solo como director (si se suman, donde únicamente fue productor, duplica el número) 60 filmes desde 1980. Muchos lo conocen exclusivamente por el cine de acción, pero básicamente tocó todos los géneros y los ha mezclado en cualquier cantidad de combinaciones. Es tal la variedad del cine de Johnnie To que puede resultar complicado encontrarle un tema o un estilo, pero realmente existe. Aunque es considerado un gran autor en todo el mundo y es frecuente su participación en grandes festivales, To es también un gran empresario, uno de los actores de mayor peso en la industria cinematográfica de Asia.
Ahora bien: es difícil encontrar películas de Johnnie To. En algún momento, aparecieron algunas en DVD. Al mismo tiempo, las plataformas tienen una serie de contenidos muy promocionados de los que todos hablan, pero esa es la punta del iceberg: debajo de ello hay muchísimo más que desconocemos, y muchas veces tenemos que trabajar como arqueólogos para encontrar joyas. Bueno, con la pandemia, estas búsquedas se potenciaron utilizando la curiosidad y ¡bingo! Netflix tiene subidas nada menos que seis películas de Johnnie To. En general, pertenecen a su primera época, cuando se dedicaba a lo que era más comercial: las comedias de artes marciales y aventuras. En ese campo aparecen The Bare-Foot Kid, Justice My Foot y The Mad Monk. En las tres aparecen elementos muy interesantes: en primer lugar, To demuestra una gran pericia para rodar acción física, aunque en estos filmes realizados entre 1992 y 1994 está aún afilando su habilidad. Pero sobre todo para encontrarle ironía y humor, muchas veces paródico, de cada relato, donde la ironía suele mandar. Hay siempre una contradicción en sus personajes que los lleva a decisiones morales a veces absurdas. Si bien el espectador cree estar en un campo conocido (en este caso, el cine de artes marciales que estaba totalmente codificado), To se las ingenia para incluir alguna sorpresa, un personaje que no se comporta como debería, un anacronismo o algo disparatado que nos coloca en un lugar absolutamente inestable. A eso hay que sumarle una intención constante por la espectacularidad utilizada para mostrar despliegue de poder y "distraernos", para que un detalle mínimo, pero crucial, pase por detrás o por debajo de esas imágenes en apariencia poderosas. En las películas de To, el aleteo de una mariposa puede causar un terremoto.
Otra película presente en la plataforma es Lifeline, un poco posterior, donde To narra la historia de un grupo de bomberos. Aquí, el tono es completamente dramático, aunque también aparecen momentos de humor y de ironía; pero el realizador muestra una gigantesca pericia para contar solo con las imágenes y, sobre todo, para la sincronía: que un detalle se relacione con el resto de las cosas que aparecen en la escena y crear un mundo completo lleno de tensión de resultado incierto. Justamente, algo que no podemos decir de las películas de Johnnie To es que sean previsibles. Sucede lo mismo con un melodrama de esos años, parte del conjunto de películas que estamos describiendo: Mi amor por ti, que es al mismo tiempo el drama amoroso de un policía alcohólico y un thriller imprevisible sobre la redención y el sacrificio. Cuando se ven todas estas películas juntas, uno se asombra de la habilidad del realizador para ser creíble en cualquier tono.
El filme más reciente del conjunto es Don’t Go Breaking My Heart 2, una comedia romántica sobre una pareja a punto de casarse, el regreso de alguien del pasado y una serie de enredos que se generan a partir de ese triángulo. La película es aireada, vital, realizada con amor por los personajes y por el espectador, llena de luz y de música, pero nunca carente de ironía y un dejo agridulce, porque la vida es así. El cine de To, lleno de estridencias, de comicidad imprevisible, de tensión constante, es probablemente del mejor del mundo. Ahí, en la parte baja del iceberg de Netflix, tiene la oportunidad de comenzar a conocerse.
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