Nervios, especulaciones y tironeos en la Casa Rosada por la indefinición con las listas
El Gobierno se abroquela en defensa de Santiago Cafiero, y quiere a Tolosa Paz de candidata, pero el kirchnerismo mantiene la presión; el clima en el Gobierno es de tensión
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El funcionario, albertista con preocupación por lo social, subía raudo las escaleras que llevan al primer piso de la Casa Rosada, donde están los despachos importantes. “A esta altura queda claro que el primer lugar lo decide el Presidente, ¿no?”, suelta el funcionario antes de reiterar que “la candidata es Victoria (Tolosa Paz)”, para luego perderse en el pasillo.
Con la mayoría de sus energías puestas en el cierre de las listas del sábado, en el Gobierno se abroquelan en defensa del Presidente y de varios de sus principales ministros, a quien en el kirchnerismo duro ven con buenos ojos para encabezar (o integrar, al menos) las listas de postulantes en la provincia de Buenos Aires. La referencia a Tolosa Paz, a quien desde un ministerio elogian por “hábil declarante y con capacidad de trabajo”, apenas esconde la resistencia a ubicar en ese lugar a Santiago Cafiero, sostenida desde el sector de los leales a la vicepresidenta. “Santiago está en un momento de enorme reconocimiento. Hoy es el mejor candidato, el mejor jefe de gabinete y el mejor padre”, lo defiende con una sonrisa un funcionario cercano, en triple alusión a la pelea en torno a su postulación y a la inminente llegada de su cuarto hijo.
Al igual que Cafiero, otros ministros y posibles candidatos tiran la pelota afuera cuando se les habla de candidaturas. “No hay ninguna posibilidad de que sea candidato. ¿ Quién va a remar la gestión?” contestaron desde uno de los ministerios clave de la gestión diaria. Desde el mismo despacho destacaban la decisión de Fernández de llevar a Gabriel Katopodis (Obras Públicas) y Daniel Arroyo (Desarrollo Social), dos de los que suenan como posibles postulantes, a su actividad del martes en Chaco.
“Va a acatar lo que diga el espacio” es el latiguillo que repiten cerca de Katopodis y Arroyo, pero también cerca de otros ministros en la mira como Matías Lammens (Turismo), quien detenta un ministerio codiciado por referentes del cristinismo. “Al final, los únicos que quieren ir son los gurkas”, afirman desde otra dependencia oficial, y suma a Gabriel Mariotto y Florencia Saintout al listado de postulantes del Frente de Todos. No sólo el cristinismo quiere un lugar en la boleta: mientras miran expectantes la definición sobre el destino de Arroyo, y con Fernando “Chino” Navarro como referente en Balcarce 50, los movimientos sociales que forman parte del Gobierno insisten en que ya tienen el sí de Fernández para que Daniel Menéndez, de Somos Barrios de Pie, y otra referente tengan lugares “entrables” en los comicios.
Luego de un lunes pleno de reuniones en Casa Rosada, y con el Presidente de viaje, el edificio lucía calmo en la mañana del martes. Se fueron los voluminosos equipos que, durante la jornada de ayer, vinieron a filmar “un spot de campaña” en el Salón de los Bustos y el patio de las Palmeras. Por allí pasaron el gobernador de Catamarca, Raúl Jalil, el economista Orlando Ferreres y el diputado José Luis Ramón, que llegó en patineta. Todos pasaron por el despacho presidencial. “Muchas cosas hechas, muchas por hacer. Mitad de mandato, compromiso entero”, rezan los carteles con aroma electoral que el Gobierno ubicó en las últimas horas en la avenida Alem, en camino hacia Balcarce 50.
Mientras insisten en que la lista, al menos los primeros cinco lugares, serán “representativos” de las tribus políticas que componen el Frente de Todos, en las oficinas no ocultan los nervios. “¿ Y vos como lo ves? ¿ Qué sabes?”, retrucan distintos voceros, sin disimular su ansiedad por el devenir de sus jefes políticos.
“Falta la reunión del G2, Alberto y Cristina. Hasta ahí, nada”, insisten desde el oficialismo, y apuntan a una convivencia pacífica luego de los tironeos de estas horas. “Son 48, 72 horas. Después pasa”, afirma un funcionario albertista con muchas campañas sobre el lomo y expectativa (casi ruego) de armonía post cierre de listas.