Murió Santiago de Estrada, una voz de consenso y un tejedor del hilo entre el Estado y la Iglesia

Hábil y profundo conocedor del funcionamiento del Estado y de amplia capacidad política para construir consensos, el doctor Santiago de Estrada –fallecido a los 88 años- desplegó una rica trayectoria pública, especialmente en los últimos cuarenta años, en el campo de la seguridad social y en la definición de las normas que regulan la relación del Estado con la Iglesia. Había nacido en Buenos Aires el 17 de diciembre de 1935, la misma fecha pero un año antes que Jorge Bergoglio –hoy papa Francisco-, un detalle siempre presente en el amistoso diálogo que cultivó con el pontífice argentino.

En medio de la inestabilidad política argentina, sus primeros pasos en la función pública los dio en los regímenes de facto de Juan Carlos Onganía y Jorge Rafael Videla. Tras la recuperación de la democracia, sirvió a los gobiernos de Raúl Alfonsín, Carlos Menem y Mauricio Macri, a lo que sumó importantes funciones legislativas y en organismos de control, con un fuerte compromiso por la institucionalización del país. Fue un hombre de consulta en distintas gestiones políticas.

En reconocimiento a su trayectoria, el expresidente Macri lo despidió en las redes sociales. “Gracias Santiago de Estrada por todo. Tu aporte al país, a la Ciudad de Buenos Aires y a Pro fue siempre generoso. Te recordaré con mucho cariño”, escribió en su cuenta de X.

Por lazos familiares, Estrada heredó la vocación por el ejercicio de la actividad política. Su abuelo por vía materna, Jorge de la Torre, había sido ministro de Instrucción Pública de Agustín P. Justo, y su padre, Santiago de Estrada, de larga trayectoria judicial y militancia católica, fue embajador ante la Santa Sede durante los gobiernos de Arturo Frondizi, Roberto Marcelo Levingston y Alejandro Agustín Lanusse.

Egresado del colegio Champagnat, Santiago de Estrada se graduó de abogado en la Facultad de Derecho de la Universidad de Buenos Aires (UBA) en 1960, en un período de fuertes convulsiones políticas en el movimiento estudiantil. Adquirió experiencia como secretario de un juzgado y en 1967 fue designado subsecretario de Seguridad Social y acompañó al secretario del área, el doctor Samuel Medrano, con quien había colaborado en su cátedra universitaria. En esa gestión se universalizó la jubilación obligatoria. Años más tarde fue convocado por Videla para conducir el área de Seguridad Social (1976-1980), tomando también a su cargo el PAMI.

Tras la reapertura de la democracia en el país, Alfonsín le confió la embajada argentina ante la Santa Sede, durante el pontificado de Juan Pablo II. Siguió de cerca y tuvo intervenciones decisivas en el proceso de mediación papal que llevó adelante el cardenal Antonio Samoré, por el conflicto con Chile por el Canal de Beagle, que concluyó con la firma del Tratado de Paz y Amistad entre ambos países. En su misión diplomática participó desde la embajada en el Vaticano de los preparativos para el viaje pastoral del papa polaco a la Argentina, donde fue recibido por el presidente radical.

Llevó adelante su gestión en Roma hasta el final del gobierno de Alfonsín. Luego, Menem lo nombró secretario de Seguridad Social, donde también condujo el PAMI. Al asumir, resignó la banca de diputado nacional que había obtenido en las elecciones de 1989, por la Confederación Federalista Independiente. Dejó el cargo en 1991, en desacuerdo con la reforma previsional que derivó en la creación de las Administradoras de Fondos de Jubilaciones y Pensiones (AFJP). Propiciaba un modelo mixto. Volvió al área en el último año del gobierno menemista, previo paso por la Subsecretaría de Desarrollo Social, como parte del equipo del secretario, Ramón “Palito” Ortega. Allí compartió tareas por pocos meses con otros dos colaboradores que más tarde harían su camino por vías separadas: Horacio Rodríguez Larreta y Jorge Capitanich..

Con la llegada del nuevo siglo, Estrada accedió a la Legislatura porteña, al integrar una lista encabezada por Domingo Cavallo y cuatro años después fue reelegido, pero acompañando la candidatura de Macri a jefe de Gobierno porteño. A partir de allí, fue un hombre de permanente consulta para el líder de Pro. Elegido vicepresidente primero de la Legislatura, condujo después el cuerpo a partir de 2006.

Designado más tarde al frente de la Auditoría de la Ciudad de Buenos Aires, Macri lo llevó al gobierno nacional en 2015, al designarlo secretario de Culto de la Nación, donde desarrolló una cordial relación con la Iglesia y tuvo un buen vínculo con el Papa.

Condolencias del Episcopado

La Conferencia Episcopal Argentina, que preside el obispo Oscar Ojea, transmitió su sentido pésame y condolencias a la familia y amigos del doctor Santiago de Estrada, a raíz de su fallecimiento.

“Elevamos una ferviente oración por el alma de quien fuera secretario de Culto de la Nación y embajador ante la Santa Sede, hombre de fe profunda y testimonio evangélico. Honró con su atención y generosidad a la Iglesia Católica que peregrina en nuestra patria”, expresó el organismo episcopal en un comunicado.

Para despedir sus restos, se oficiará este martes, a las 13.30, una misa de cuerpo presente en la basílica del Pilar y el entierro se hará, a las 16, en el cementerio Parque Memorial.

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