Murió Roberto Perdía, un dirigente táctico y referente histórico de los Montoneros
El exguerrillero tenía 82 años; integró la conducción nacional de la organización, junto con Mario Firmenich y Fernando Vaca Narvaja; indultado por el presidente Carlos Menem, en los años posteriores reivindicó la lucha armada
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A los 82 años falleció Roberto Cirilo Perdía, uno de los jefes históricos de Montoneros, que militó en el peronismo. Indultado en 1989 por Carlos Menem, reivindicó en su vida política su participación en la organización armada.
Había nacido en Pergamino en 1941 y su fallecimiento fue confirmado por el Movimiento Evita, que cuenta con ex integrantes de la organización en sus filas y recordó su “lucha por una patria justa, libre y soberana”.
Lamentamos el fallecimiento del compañero Roberto Perdía. El "Pelado" como todos lo conocíamos fue un referente incansable del Peronismo Revolucionario y dedicó su vida a la lucha por una Patria Justa, Libre y Soberana.
— Movimiento Evita (@MovimientoEvita) March 20, 2024
Compañero Perdía, hasta la Victoria siempre!
Hijo de una familia dedicada a la actividad agropecuaria, Perdía empezó su militancia política, a los 15 años, en el centro de estudiantes del Colegio Nacional de Pergamino. Su abuelo era peronista y su padre era dirigente agrario y radical. Roberto Perdía militó inicialmente en la democracia cristiana y comenzó a trabajar en el Banco Nación, donde incursionó en la actividad sindical. Estudió la carrera de abogado en la Universidad Católica Argentina (UCA) y cursó dos años de sociología. Ejerció la abogacía en Reconquista, en la zona norte de la provincia de Santa Fe.
Se vinculó con el sacerdote y misionero italiano Arturo Paoli, que investigó la relación entre marxistas y cristianos, pensamiento que luego acercó a Perdía al peronismo.
Invitado por la Juventud Peronista y ligado al aparato sindical, en 1966 asistió a una reunión del Festival de la Juventud en Bulgaria y se trasladó a la Unión Soviética. Producido el derrocamiento de Arturo Illia, la delegación suspendió un viaje a China. Así, regresó al país para militar en la resistencia y se incorporó a la formación de organizaciones político-militares, que derivó en Montoneros.
El dirigente montonero era uno de los jefes de la conducción nacional de la organización guerrillera en la década del 70, junto con Mario Firmenich, Raúl Yager y Fernando Vaca Narvaja, en una etapa dominada por la violencia política. Habían caído en enfrentamientos Fernando Abal Medina y Gustavo Ramus, fundadores junto a Firmenich. Los primeros pasos de Perdía habían sido, a fines de los 60, en las Fuerzas Armadas Peronistas (FAP), integrada luego a Montoneros, y la organización le encomendó trabajos en Salta y Tucumán.
Justificaba la resistencia al régimen del teniente general Juan Carlos Onganía por la proscripción del peronismo y de otros partidos, por lo que, dijo, “los jóvenes volvieron a la política con algunas piedras en la mano”. Argumentaba que “la lucha armada era la violencia necesaria para superar los límites que el sistema establecía”.
Tras el golpe militar de 1976, Perdía estuvo exiliado en Europa y México y se le atribuye participación en la organización de la Contraofensiva, como se conoce la etapa de atentados en 1979 y 1980, que terminó con varias bajas guerrilleras. A diferencia de muchos de sus compañeros, los conductores de Montoneros -Firmenich, Perdía y Vaca Narvaja- eludieron la represión de la dictadura militar.
Perdía comandó la Contraofensiva desde el exterior, para procurar el reingreso clandestino de los cuadros de segundo y tercer grado de Montoneros, pero muchos de ellos fueron capturados por el Batallón 601 del Ejército. El exjefe guerrillero relató su experiencia tiempo después en su libro “Otra historia”.
Comando Táctico
Conocido como “Pelado” y con el nombre de guerra de Carlos, era titular del Comando Táctico de la organización, secundado por Horacio Campiglia. Tenían a su cargo la formación de los cuadros militantes, que integraban los grupos Tropas Especiales de Agitación (TEA) y Tropas Especiales de Infantería (TEI), adiestrados en la práctica de tiro, el uso de explosivos y la táctica militar. Varios de los militantes que respondían a Perdía recibieron entrenamiento en Beirut y en Siria.
La organización Montoneros hizo su aparición pública el 29 de mayo de 1970, con el secuestro y asesinato del general Pedro Eugenio Aramburu. El golpe colocó a la guerrilla en un primer plano en el escenario político y le dio una fuerte inserción en el peronismo. Implicó, también, un cambio de estrategia, al consolidarse la formación de una guerrilla urbana. Perdía se sumó a Montoneros después de la operación Aramburu.
A este ataque inicial siguió semanas después la toma de la ciudad de La Calera, en Córdoba; y posteriormente el secuestro de los hermanos Born, el asesinato del dirigente radical Arturo Mor Roig, el intento de copamiento del Regimiento de Infantería Monte 29, de Formosa, la bomba que mató a 23 personas en el comedor de una dependencia de la Policía Federal y otros ataques. Uno de los hechos más emblemáticos fue la “masacre de Ezeiza”, el 20 de junio de 1973, cuando los Montoneros disputaron espacios de poder con la derecha peronista, para estar más cerca del palco en el que iba a hablar Juan Domingo Perón.
En la sentencia a los comandantes militares, en el Juicio a las Juntas, tras la recuperación de la democracia, la Cámara Federal contabilizó 21.000 atentados de organizaciones guerrilleras, 5215 de ellos mediante el uso de explosivos, y más de 500 asesinatos, cuyos autores llamaban “ajusticiamientos”.
La conducción de Montoneros reivindicaba que los grupos que actuaban en operaciones armadas tenían “autonomía táctica”, una forma de evitar quedar comprometidos en la planificación y organización de atentados, como el asesinato del líder de la CGT José Ignacio Rucci, en septiembre de 1973, que provocó un quiebre con Perón y cuya autoría la organización nunca asumió.
La relación con Perón
Perdía reveló en una entrevista con UBACyt, en 2005, que tras la asunción del gobierno de Héctor J. Cámpora, en mayo de 1973, cuando Esteban Righi era ministro del Interior, se planteó una propuesta para que la organización Montoneros abandonara las armas, pero ese acuerdo nunca prosperó. La conducción de la organización guerrillera no lo avalaba y, en cambio, sostenía que “había que armar al pueblo”.
También declaró una vez que luego de haber sido echados de la Plaza de Mayo por Perón, el 1 de mayo de 1974, se comenzó a trabajaren un posible acuerdo para poner un freno a las operaciones armadas y dirimir en elecciones internas las conducciones de las distintas ramas del peronismo, empezando por la juventud, lo que se frustró tras la muerte del líder justicialista.
Tras la muerte de Perón, Montoneros planteó la separación de José López Rega del gobierno de Isabel Perón, a través de diálogos de Firmenich y Roberto Quieto con representantes de distintos partidos políticos, pero la respuesta de la presidenta fue terminante y mantuvo a su colaborador.
Perdía negó siempre haber participado de reuniones con el almirante Emilio Eduardo Massera en París y acusó a la Marina de haberse apropiado de un botín de la organización guerrillera, de 1,5 millones de dólares.
Tras el retorno de la democracia, el presidente Raúl Alfonsín ordenó enjuiciar a varios jefes guerrilleros, entre ellos a Roberto Perdía, quien permaneció en Madrid y esquivó la acción penal. Fue beneficiado con el indulto por Menem en octubre de 1989, una medida que alcanzó incluso a quienes todavía estaban en proceso y no habían recibido condenas judiciales. A los pocos meses, Perdía se sumó a la Subsecretaría de Derechos Humanos en la gestión del presidente justicialista. Se integró a esa área que comandaba la exdiputada porteña Alicia Pierini, en el ámbito del Ministerio del Interior, entonces al mando de Carlos Corach. Antes había sido asesor del diputado justicialista Jorge Niño en temas de educación.
Cerca del año 2000, en medio de una de las crisis sociales que vivió el país, encabezó grupos de desocupados con gravitación en La Plata, y en los partidos de San Martín y Martínez.
Hasta la victoria Montonero! Falleció el Pelado Perdía. Gran tristeza, gran vacío. Un intelectual, un cuadro, un patriota pic.twitter.com/w2HeUr5alk
— Fernando Esteche (@estechefernando) March 20, 2024
El exdirigente de Quebracho Fernando Esteche fue uno de los primeros que lo despidió. “¡Hasta la victoria, Montonero!”, exclamó y que sumó: “Falleció el Pelado Perdía. Gran tristeza, gran vacío. Un intelectual, un cuadro, un patriota”. El exlíder de la agrupación peronista de izquierda había desarrollado “muy buenos vínculos” con Quebracho en su rol con los desocupados. Se sumó a los mensajes Araceli Ferreyra, exdiputada nacional del Movimiento Evita.
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