Murió ayer el doctor Angel Federico Robledo
Fue un destacado dirigente justicialista
A los 87 años falleció el doctor Angel Federico Robledo, un dirigente del justicialismo que ocupó varios puestos de primera línea durante el gobierno peronista de 1973 a 1976.
Nació en Santa Fe el 18 de julio de 1917, se recibió de abogado en la Universidad Nacional del Litoral y desde muy joven militó en la política local. Fue profesor de enseñanza secundaria en varios colegios de su provincia natal, jefe de policía del departamento de Iriondo y diputado provincial.
En 1949 fue convencional constituyente por el peronismo. Un año después de la caída de Juan Domingo Perón, en 1955, Robledo integró un triunvirato dentro del movimiento político para reorganizarlo y mantenerlo unido en torno del líder que lo dirigía desde el exterior.
Ya en los convulsionados años 70, tras el triunfo electoral de Héctor J. Cámpora, fue un dirigente al servicio de la estructura vertical del movimiento peronista, aunque por ética y temperamento no le agradara esa posición.
Fue ministro de Defensa entre mayo de 1973 y agosto de 1974. Tras la muerte del presidente Perón, cuando José López Rega se convirtió en el hombre fuerte del gobierno, Robledo, que lo había hostilizado desde el principio, entró en un cono de sombras. Entonces fue designado embajador en México, donde estuvo diez meses, y luego en Brasil, donde sólo pasó dos días, pues fue convocado para asumir la Cancillería, luego de que, por las presiones políticas y militares, López Rega debiera dejar el gobierno y abandonara el país.
En septiembre de 1975, a instancias del presidente provisional del Senado, Italo Luder, Robledo asumió como ministro del Interior. Sus discursos para explicar la barbarie de la guerrilla desatada eran piezas de tono mesurado que intentaban llamar a la reflexión a quienes sembraron el caos y una violencia que cobró centenares de vidas inocentes pero que ha sido beneficiada por la amnistía.
Frente a la compleja situación política derivada de la lucha contra la guerrilla, la inquietud militar y los problemas económicos, Robledo -que tenía sólidos contactos castrenses- fue visto como la pieza clave de una operación orientada a buscar una salida institucional que evitara la irrupción de los militares, que se presentía inminente. Sus movimientos generaron conflictos con representantes del ultraverticalismo, que lo acusaron de traidor, al tiempo que suscitaron enfrentamientos con la llamada "patria metalúrgica", liderada por el sindicalista Lorenzo Miguel, y cierta desconfianza de Isabel Perón. Se alejó del gobierno el 15 de enero de 1976.
Iniciado el proceso de reapertura democrática, Robledo buscó diferenciarse de los sectores verticalistas. "Con Perón se concretaba un movimiento personalista, pero estos movimientos, para tener éxito, requieren un liderazgo auténtico, que en la vida de los pueblos se da excepcionalmente. El verticalismo en el Partido Justicialista terminó con la desaparición física del general Perón", afirmó.
Dirigentes justicialistas lanzaron su precandidatura presidencial en 1983, pero finalmente Robledo apoyó la fórmula Luder-Bittel, que fue derrotada por el radicalismo.
Durante la presidencia de Raúl Alfonsín, Robledo fue asesor ad honórem del Gobierno, además de miembro del Consejo Nacional de Consolidación de la Democracia, hecho que da cuenta de su clara vocación de diálogo y de la aceptación de su figura por los sectores democráticos del país.