Moyano llenó River y pidió un esfuerzo por los jubilados
Ante 70.000 personas dijo que el gremialismo debe ser "un instrumento de poder"; respaldó el veto del 82% móvil, pero reclamó más medidas previsionales; exigió apoyo para el reparto de ganancias
Hugo Moyano le hablaba a la multitud de militantes gremiales con una mano en alto, mientras Cristina y Néstor Kirchner saludaban a la gente desde el palco. El líder gremial anunció entonces el espíritu de la convocatoria: "¡Los trabajadores tenemos que dejar de ser un instrumento de presión para ser un instrumento de poder!", gritó, entre los vítores y los aplausos de sus seguidores.
Eran las 13.40 de ayer. Ante unas 70.000 personas, el jefe de la CGT dio otra masiva demostración de fuerza, esta vez en el estadio de River Plate. Usó el festejo del Día de la Lealtad para ratificar su objetivo de convertirse en factor de poder político. Aseguró que el acto era para "concientizar a los trabajadores" de su fuerza. Y aprovechó la escena multitudinaria para plantear dos reclamos clave ante la primera plana del Gobierno: "Un esfuerzo más" en favor de los salarios de los jubilados y apoyo legislativo para el proyecto de la CGT de participación obrera en las ganancias empresariales.
"Me voy a permitir hacerle una sugerencia a la Presidenta", sorprendió Moyano en pleno discurso. Espió los apuntes que tenía preparados sobre el atril, y dijo: "Ningún gobierno hizo más por los jubilados, pero todo lo que se haga es insuficiente. Le pido que hagamos un esfuerzo más para que estén un poco mejor". Cristina Kirchner lo miraba en silencio, tomando agua de un vaso de vidrio. Tras su reclamo, el líder gremial hizo un guiño a la Presidenta y criticó a la oposición, al decir que no había que "engañar" a los jubilados con "leyes que no tienen sustento".
Pocas horas antes del acto, Moyano había sentido una inocultable "preo- cupación" después del veto de anteanoche a la ley del 82 por ciento móvil, según confirmaron a LA NACION tres fuentes de su círculo íntimo. Decidió llamar a una reunión urgente, a primera hora de ayer. El jefe de la CGT llegó a River convencido de que no podía dejar de hablar de la bandera histórica sindical del aumento jubilatorio sin plantear algún reclamo. Pero lo hizo con especial cuidado para que no se interpretara como un ataque a la Casa Rosada.
En el acto, Moyano también pidió "sumar más viviendas para los trabajadores" y, sobre todo, presionó para que el Congreso apoye el proyecto de la CGT de participación en las ganancias de las empresas, el último propósito clave del gremialismo en el Congreso. "Les pido a los senadores y a los diputados que apoyen el proyecto. ¡Queremos que se dicte esa ley revolucionaria!", gritó mientras volvía a espiar los apuntes que había preparado horas antes.
Su principal obsesión discursiva, sin embargo, fue presentarse como un nuevo personaje político. Y hablar del "futuro" del movimiento obrero ante Cristina y Néstor Kirchner, los gobernadores Daniel Scioli (Buenos Aires) y Sergio Urribarri (Entre Ríos), ministros, funcionarios, sindicalistas y legisladores. Enfrentados por los espacios de poder, ayer se vio a pocos intendentes (ver aparte). El atril resumía la consigna de fondo: "Es la hora de los trabajadores".
Después de elogiar al Gobierno, agradecer las paritarias y cuestionar "la política de los 90", Moyano optó por colocarse en el centro de la escena. Blandiendo su nueva jefatura en el PJ bonaerense, no sólo habló de que los trabajadores debían convertirse en un "instrumento de poder". También cuestionó a la oposición, dijo que quería que la sociedad le tuviera "respeto" y volvió a espiar los apuntes para leer una cita de Juan Domingo Perón y justificar su avanzada.
"¿Por qué vamos a renunciar a la política?", preguntó. Anunció después que quería trabajadores en "los tres poderes del Estado". Y repitió cuál era el espíritu de la convocatoria: "Tenemos que concientizar políticamente a los trabajadores para tener a un trabajador en la Casa de Gobierno". El discurso terminó con una ovación y otro anuncio: el próximo 1° de mayo Moyano quiere volver a llevar un millón de personas a la 9 de Julio.
"También soy trabajadora"
Después fue el turno de Cristina Kirchner. La Presidenta agradeció "la lealtad de los trabajadores", dijo que había "conocido las traiciones más profundas" y anunció que no iba "a aflojar ni abajo del agua". Eso sí: evitó cuidadosamente toda referencia al veto del 82 por ciento móvil y a los pedidos públicos del jefe de la CGT.
Sólo habló de Moyano para ponerle límite a su avanzada política. "Compañero, usted que anda pidiendo un trabajador para que sea presidente, le digo que trabajo desde los 18 años", le espetó desde el atril. "Hice toda mi carrera de abogada laburando, como el último orejón del tarro." A esas alturas, los militantes de la Uocra ya se habían ido del acto. El resto de las columnas también empezaban a dejar el estadio. El discurso terminó con otro llamado a "profundizar el modelo" del Gobierno.
La Presidenta se quedó un buen rato sobre el escenario después de que todo había terminado. Bailaba con la música de fondo y se sacaba fotos, mientras su esposo se escabullía por el fondo del palco, hablando con legisladores y funcionarios. Facundo Moyano se acercó con banderas de la Juventud Sindical y se quedó charlando con el ministro de Economía, Amado Boudou.
Un grupo de legisladores caminó contento hasta un salón preparado especialmente para comer sandwichitos y tomar gaseosas. Cansado, el ex presidente buscó el auto oficial, ansioso por irse, mientras el jefe de la CGT se acomodaba en unos sillones blancos que le habían preparado en una salita especial, alfombrada y llena de televisores digitales. Pablo, su hijo mayor, iba y venía entre los invitados. Los líderes gremiales se preguntaban si había sido buena idea colar el reclamo jubilatorio en el acto. Todos asintieron satisfechos.
Entre charla y charla también sonreían por sus nuevos objetivos políticos. "Hay que prepararse para pelear los lugares en las listas", adelantó ante La Nacion un hombre de confianza de Moyano.
Los deseos de dominio los mostrará otra vez en la próxima reunión del PJ bonaerense. Ansioso, ya anunció entre su gente que está listo para cambiar de sede inmediatamente y darle, por fin, una impronta "moyanista" al partido en la provincia más influyente del país.
LLENO TOTAL
70.000
Asistentes
Moyano copó River y logró mostrarse como el aliado más poderoso de los Kirchner.
- Presentes : Cristina y Néstor Kirchner, los gobernadores Scioli y Urribarri, los intendentes Curto (Tres de Febrero, Gutiérrez (Quilmes), Insaurralde (Lomas) y Díaz Pérez (Lanús) y la cúpula de la CGT oficial. También hubo presencias curiosas, como la de Aldo Rico.
- Ausentes : la gran mayoría de los gobernadores del PJ y los intendentes del conurbano. Y "los Gordos" del sindicalismo.
LAS FRASES
"Nuestra fuerza tiene que dejar de ser un instrumento de presión y ser un instrumento de poder"
HUGO MOYANO
Secretario General de la CGT
"Quiero agradecerles la lealtad. Yo he conocido las traiciones más profundas"
CRISTINA KIRCHNER
Presidenta de la Nación
LA UOCRA SE FUE DE RIVER EN PLENO ACTO
- Es conocida la rivalidad entre la Uocra y los camioneros. Pero fue sorpresivo que los militantes de la construcción abandonaran la tribuna Centenario alta justo cuando hablaba Moyano. Su líder, Gerardo Martínez, miró atento desde el palco, mientras el jefe de la CGT prefirió disimular. Los delegados de la Uocra decidieron desconcentrarse, según se informó, para evitar disturbios. Moyano y Martínez habían sido abucheados por el gremio contrario cuando los presentaron por los altoparlantes.
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