Mount Pleasant, la fortaleza británica para blindar las islas
En la base donde se entrena el príncipe hay modernos aviones, helicópteros y baterías misilísticas
PUERTO ARGENTINO.- En sólo media hora, el militar vestido con ropa de camuflaje tiene que salir cinco veces de la pequeña cabina color crema que lo protege de la lluvia fina que cae de a ratos en el mediodía. El viento, incesante, mantiene siempre extendida la bandera británica que flamea en el mástil, justo al lado de la barrera que el guardián levanta a mano para permitir el paso de los vehículos autorizados. La base militar de Mount Pleasant, la fortaleza construida aquí por Gran Bretaña tres años después de la Guerra de las Mavinas, está en plena actividad.
Desde el punto más alto de la ruta de ripio que lleva al aeropuerto, ubicado en un extremo de la base, puede verse la entrada y salida de tanquetas y camiones militares, color verde oscuro, que recorren la isla pero que rara vez circulan por el pueblo. El complejo de Mount Pleasant es, en sí mismo, una ciudad. Levantado en la región más llana de la isla Soledad, con acceso fácil al mar y sin obstáculos para el movimiento de aviones y helicópteros, allí habitan más de 2000 personas, de ellas, 1500 militares. La población total de la isla, sin contar la base, apenas supera las 3000 personas.
El más famoso de los habitantes actuales de Mount Pleasant es el príncipe Guillermo, el segundo en la línea sucesoria de la corona británica; llegó aquí el jueves pasado para un entrenamiento de seis semanas como piloto de helicópteros de búsqueda y rescate. Después de la llegada del príncipe, el comandante de las fuerzas británicas en las islas, Bill Aldridge, restringió el acceso de periodistas a la base y suspendió las entrevistas. En la última que concedió al periódico local, Penguin News, confirmó que el Reino Unido reforzará la seguridad en el archipiélago en coincidencia con el 30° aniversario de la guerra y dejó en claro cuál es su misión aquí. "La amenaza [de la Argentina] no es un asunto militar por el momento, pero por supuesto que estamos aquí para hacer lo que sea necesario para defender las islas", dijo.
La flota
La dotación permanente de la base, ubicada a 700 kilómetros de la costa de Santa Cruz, cuenta con dos barcos de guerra de la Real Navy: un HMS Clyde y un HMS Montrose. Este último será reemplazado a fines del mes próximo por el HMS Dauntless, uno de los más sofisticados buques de guerra británicos, cuyo envío, anunciado por el gobierno del primer ministro David Cameron, el 31 de enero, llevó a la presidenta Cristina Kirchner a denunciar al Reino Unido ante las Naciones Unidas por la "militarización" del Atlántico Sur.
En la zona también realiza patrullajes el HMS Protector, un barco científico destinado a la Antártida. De todos modos, el principal aporte a la fortaleza de Mount Pleasant, sede de las fuerzas británicas para las Malvinas y para el resto de los territorios bajo su poder en el Atlántico Sur, lo hace la Royal Air Force, donde revista el príncipe.
En la base, hay un Hércules C130 que dos veces por semana une este lugar con la isla de Ascensión y con Londres, un avión de cuatro hélices, dos helicópteros Sea King, cuatro aviones caza Tornado y uno de carga combustible aérea. La fortaleza se completa con más de 30 baterías tierra-aire fijas, de misiles Rapier, los mismos que se usaron en 1982. Esos cohetes pueden alcanzar objetivos distantes hasta ocho kilómetros.
Junto a los grandes galpones de chapa verdes, que ocupan la mayor parte de los cerca de 3 kilómetros cuadrados que tiene la base, pueden verse estacionadas 52 tanquetas Land Rover y 6 camiones, todos con acoplado cubierto con lona verde oscuro.
A las 12.07, uno de esos camiones obliga al guardián de la entrada a salir a la lluvia para levantarle la barrera. Al lado, un letrero dice: "Usted está ingresando en zona militar. Deténgase".
Entre los 1500 militares, hay una compañía de infantería, de unas 120 personas, que se renueva cada cuatro meses. La mayor parte de los soldados británicos llegan aquí para realizar entrenamientos de combate. Desde la ruta también puede verse el helicóptero Sea King amarillo, que anteayer aterrizó al lado del hospital de la ciudad para dejar un turista enfermo y provocó revuelo entre los lugareños. Los que se acercaron para saludar a los tripulantes y sacarles fotos se preguntaban si al mando de la nave estaba el príncipe, una incógnita que las fuerzas británicas y el gobierno local prefirieron no despejar.
Pero no es trabajo en la base. Junto a un grupo de casas prefabricadas de tejas plásticas marrones, donde viven unos 500 civiles, se ve el Music Club, donde los efectivos apostados en este lugar pueden disfrutar de los conciertos de la banda de la isla. También hay un complejo con cines y bares, una cancha de fútbol, con el césped algo pelado, y otra de rugby.
Todos los años, la base le cuesta al gobierno británico más de 150 millones de dólares. La cifra es similar al PBI de 165 millones de dólares que tienen las islas.
PODER MILITAR. La base de Mount Pleasant, a una hora de la capital de las islas, alberga a más de 2000 personas, en su mayoría militares. Por la presencia del príncipe Guillermo se reforzaron los controles para ingresar y se suspendieron las visitas de periodistas.
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