Milei volvió a atacar a la prensa: “Los periodistas son mentirosos y calumniadores seriales”
El Presidente habló con el medio británico y analizó la coyuntura del país; “El ajuste más grande lo está pagando la corporación política”, aseguró
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En la previa de su gira por Estados Unidos, Javier Milei recibió a la BBC en la Casa Rosada y dio una extensa entrevista. Desde la agenda política del Gobierno al contexto geopolítico de las potencias en el mundo y su relación con la Argentina, el Presidente opinó acerca de distintos temas, entre los que destinó también nuevas críticas a la prensa. “Los periodistas son mentirosos y calumniadores seriales”, dijo.
Además de reiterar sus elogios a la ex primera ministra de Reino Unido, Margaret Thatcher, y de defender la visita del Ministro de Asuntos Exteriores del Reino Unido, David Cameron, a las islas Malvinas el pasado mes de febrero, indicó que la soberanía de las Islas Malvinas “no está en discusión”, pero que es un tema que deberá tratarse cuando corresponda y de “forma diplomática”.
De esta forma -y en diálogo con la corresponsal para América Latina de la BBC, Ione Wells- el Presidente reiteró su compromiso de campaña en contra de la casta política, y aseguró que “el ajuste más grande lo está pagando la corporación política”.
“Hemos bajado la inflación al consumidor. Esto es importante, porque el impuesto más regresivo y que pega con mayor fuerza sobre la gente, es el impuesto inflacionario”, indicó.
La entrevista de Milei con la BBC
—La gente lo describe de muchas maneras diferentes. ¿Cómo se describiría usted en tres palabras?
—Un amante fanático de la libertad.
—Me gustaría empezar esta entrevista hablando en primer lugar de la economía, a la que usted ha dado prioridad. Usted logró bajar la inflación, pero prometió que el ajuste lo pagaría la “casta” política, no el pueblo. Hablé con una jubilada aquí que me dijo, entre lágrimas, que esto, según sus palabras, era mentira, ya que son personas como ella las que pagan con los recortes en las pensiones, en los salarios, en el valor del dinero. ¿Qué le diría a ella?
—Bueno, la verdad es que eso es falso, que el ajuste más grande lo está pagando la corporación política. Nosotros cuando llegamos, la economía argentina tenía déficits gemelos por 17 puntos del PBI (Producto Interno Bruto). Y la inflación, venía viajando el 7.500% anual. De hecho, en el mes de diciembre la inflación mayorista estuvo en el 54%, que anualizado es 17.000%. Y nosotros la inflación mayorista del 54% ya la llevamos al 5%. Además, hemos bajado la inflación al consumidor. Esto es importante, porque el impuesto más regresivo y que pega con mayor fuerza sobre la gente, es el impuesto inflacionario.
—Pero la mayoría de los analistas coinciden en que una de las formas en que se ha logrado el superávit fiscal es mediante el recorte de las pensiones. Representa alrededor del 35% de los recortes que se han introducido.
—Eso es falso. Son críticas infundadas. Nosotros les devolvimos a los argentinos 13 puntos del PBI y cuando termine el año le estaríamos devolviendo 15 puntos del PBI.
En lo que tiene que ver con el ajuste, en el Tesoro heredamos un déficit de cinco puntos del PBI y en la primera parte sobrereaccionamos y fuimos al equivalente de un ajuste de siete puntos del PBI, que nos permitió además generar un superávit excedente.
De ese ajuste hay un punto que lo aporta los mayores impuestos y hay cuatro puntos que tienen que ver con la reducción del gasto público. Solamente impacta en las jubilaciones y pensiones el 0,4% del PBI. Es decir, que el 90% del ajuste recae en la casta y solamente recayó el 10% del ajuste sobre las pensiones.
—Pero, específicamente, ¿qué le diría a esta jubilada y a las personas que están luchando contra los aumentos de precios en este momento? Porque puede que no les tranquilice oír hablar de recortes al PIB cuando sus precios aumentan todos los días, mientras que sus pensiones y salarios no aumentan.
—Bueno, pueden mirarlas en dólares, y de ser de US$80, pasaron a ser de US$200. ¿A dónde está el ajuste, entonces?
—Pero quiero saber específicamente ¿qué le diría a la gente en este momento? ¿Les diría que lo siente? ¿Le daría las gracias a las personas que están teniendo que pagar mucho más que antes como resultado del ajuste que se está produciendo?
—Lo que pasa es que, en el escenario alternativo, estarían ganando US$10 y hoy ganan US$200. Que es más que el doble de lo que ganaban en el gobierno anterior con US$80. A veces, desde los medios de comunicación se miente intencionadamente y la gente toma esas mentiras que surgen de los medios.
Probablemente en el lugar del mundo donde más podrido está el periodismo es en Argentina, donde gran parte de los periodistas son, digamos, mentirosos y calumniadores seriales. Entonces yo le estoy explicando la lógica del ajuste. Usted siempre puede encontrar un caso donde se va a quejar.
—Pero ¿acaso personas como esta jubilada están mintiendo cuando dicen que tienen dificultades para comprar sus provisiones básicas en el supermercado?
—A ver, el punto es el siguiente: usted no puede hacer una evaluación macroeconómica por la situación particular de un agente. Eso se llama falacia del todo por la parte. Entonces, si usted cree que va a ser política económica por un caso especial, donde además puede estar influenciado por el tipo de información a la que accede, la realidad es que, bueno, digamos, esas cosas suceden.
—Pero la gente en las calles no son economistas. ¿Qué les diría a las personas que han visto que el precio de la leche se ha duplicado desde que usted llegó al poder y que sienten que están pagando por el ajuste? ¿Cuál es su mensaje para ellos? ¿Cuánto tiempo deberían esperar para que las cosas mejoren?
—Bueno, de hecho, ya en el último mes los salarios empezaron a ganarle a la inflación, porque subieron 14% y la inflación fue del 11%. El mes que viene la inflación va a ser todavía más baja y van a seguir recomponiendo lo que tiene que ver con los salarios.
Además, las jubilaciones con la nueva fórmula están ajustando por la inflación pasada. Entonces, en la medida que la inflación siga cayendo, los ajustes que va a haber en las jubilaciones, como vienen rezagados, van a estar por encima de la inflación, y eso va a implicar una recomposición de las jubilaciones. Por lo tanto, eso ya está ocurriendo.
(También hay un) diseño macroeconómico para dar contención a los sectores más vulnerables, porque no es solamente el caso de las pensiones, también duplicamos la Asignación Universal por Hijo, duplicamos la tarjeta Alimentar, duplicamos el programa de asistencia a embarazadas, quintuplicamos el programa de asistencia para que los chicos puedan seguir estudiando. Entonces, la realidad es que es un programa que tiene un fuerte contenido de contención social, contiene a los más vulnerables y el ajuste más fuerte recae sobre el Fisco.
—Entonces, ¿cuál es el mensaje para la gente? ¿Es que aguanten un poco más? ¿Podría darme un plazo de cuánto tiempo tienen que esperar las personas que están pasándola mal en este momento?
—A ver, lo primero que hay que entender es que usted en economía no tiene milagros. Lo más fácil, ¿qué era? Seguir como el gobierno anterior, imprimiendo billetes. Bueno, usted iba a generar inflación y lo que va a hacer es golpear a los más vulnerables. Por lo tanto, no es eso la receta. La receta era poner la economía en orden.
Si nosotros no hacíamos lo que hicimos, hubiéramos enfrentado una crisis que combina lo peor del “Rodrigazo”, que fue la crisis que tuvimos el ‘75, lo peor de la hiperinflación del ‘89 y lo peor del plano social de 2001, sea la madre de todos los males.
O sea, si hubiéramos mantenido las políticas populistas, hoy tendríamos una inflación en torno al 15.000% y tendríamos cerca del 95% de pobres y 60% de indigentes.
—Entonces parece que el mensaje a esas personas es simplemente esperar un poco más.
—Usted no puede hacer magia. Nosotros tuvimos que enfrentar un contexto de un país que ya venía de incumplir el acuerdo con el Fondo (Monetario Internacional). Es decir, un país que es un defaulteador serial, un país que ha tenido dos hiperinflaciones sin guerra. Y en ese contexto usted no puede generar confianza de manera instantánea y eso hace que la inversión no reaccione de manera instantánea.
Entonces usted en el corto plazo va a sufrir las consecuencias de una recesión. Y eso es lo que ocurrió en la última parte del año anterior hasta ahora. Lo que estarían mostrando los números es que Argentina tocó el piso entre el mes de marzo y el mes de abril. De hecho, ya tenemos sectores que claramente están creciendo, como es el caso de minería, petróleo, gas, y el sector agropecuario. Muchos sostienen que Argentina podría estar saliendo en la forma de una V corta. Pero usted no puede hacer milagros.
—Me gustaría pasar ahora a la política exterior. Usted ha prometido a los argentinos una hoja de ruta para que las islas Malvinas/Falklands sean argentinas. ¿Cómo es específicamente esa hoja de ruta?
—Nosotros creemos que eso siempre tiene que ser hecho en el marco de la paz y como consecuencia de un proceso de negociación de largo plazo, donde se plantee una discusión adulta entre dos países que tienen mucho en común y tienen un elemento de discordia. Obviamente que no es una solución instantánea, sino es una solución que va a demandar tiempo. Entonces nosotros no vamos a resignar nuestra soberanía y tampoco vamos a tener una situación de conflicto con el Reino Unido.
Nosotros lo que buscamos es una solución en la cual entablar un diálogo para que en algún momento las Islas Malvinas vuelvan a la Argentina.
—¿Qué le hace pensar que Reino Unido estaría de acuerdo con eso? Porque han sido muy claros en que no quieren negociar esto.
—Bueno, puede ser que hoy no lo quieran negociar y después, más tarde en el tiempo, sí lo quieran hacer. Muchas de estas posiciones a lo largo del tiempo han cambiado.
—¿Cómo los convencerá? ¿Qué usará para convencerlos?
—Voy a tratar de convencerlos que ese territorio es argentino y que acorde a las especificaciones que se suele utilizar para definirlo de esa manera, Argentina tiene el derecho y la soberanía sobre las islas.
—Pero cuando han dicho muy claramente que no están dispuestos a negociar y utilizan el referéndum realizado en las islas como prueba de que no quieren volver a discutir este tema. ¿Cómo los convencerá? ¿Qué herramientas usaría?
—Bueno, no se discutirá ahora. Se discutirá más tarde.
—¿Qué tipo de plazo les ofrecería a los argentinos para ello?
—Yo creo que es una negociación de largo plazo y que se puede establecer de la misma manera que pasó con China y Hong Kong.
—Podría tardar décadas
—Sí, obvio. Hay que entenderlo como una cuestión de Estado de largo plazo. Nosotros no vamos a resignar nuestra soberanía, pero si no es el momento para discutirlo hoy, bueno, se discutirá en otro momento.
Me parece una posición mucho más seria y además tenemos un montón de cuestiones en la agenda que podemos trabajar en común y estamos dispuestos a hacerlo. Creo que es la manera adulta para hacerlo y sin dolor.
—¿Diría que no es una prioridad para usted en este momento?
—No estoy diciendo que no sea prioritario. Estoy diciendo que hay un conjunto enorme de elementos en común en el que nosotros podemos trabajar con el Reino Unido, sin que tenga que estar discutiendo y peleándonos por un tema que entendemos que su solución va a demandar tiempo, porque estamos yendo por la vía diplomática. O sea, nosotros creemos en la solución pacífica.
—¿Fue, en su opinión, una provocación que (el canciller británico) David Cameron visitara las islas en febrero?
—No, porque ese territorio hoy está en manos del Reino Unido. O sea, tiene todo el derecho de hacerlo. No lo tomo como una provocación. De hecho, tengo un diálogo de muy alta calidad con David Cameron.
—¿Diría aún que admira a Margaret Thatcher, quien fue primera ministra durante la guerra de las Malvinas/Falklands?
—Pero ahí hay que diferenciar. Hubo una guerra y a nosotros nos tocó perder. Eso no quiere decir que uno no pueda considerar que quienes estaban en frente eran personas que hacen bien su trabajo.
Y no solo admiro a Margaret Thatcher, lo admiro también a Ronald Reagan en Estados Unidos. Y admiro profundamente a Winston Churchill. ¿Y cuál es el problema?
—Me gustaría pasar a un tema diferente de política exterior. Usted se ha posicionado como un aliado muy cercano a Israel. ¿Está de acuerdo con algunos de los otros aliados cercanos de Israel, como EE.UU., en que Israel debería mostrar cierta moderación en el conflicto en Gaza?
—Nosotros defendemos y apoyamos el derecho a la legítima defensa del pueblo de Israel. E Israel hace sus operaciones acorde a las reglas internacionales.
Entonces, si hay un conjunto de reglas internacionales para moverse dentro de estos eventos y lo están respetando, ¿por qué debería ser cuestionado?
—¿Sigue pensando que Israel no ha cometido ni un solo exceso en el conflicto hasta el momento?
—Sí, obvio, porque todavía no ha habido una condena formal. En el momento que aparezca algún exceso habrá una condena internacional seria, no de opiniones.
—¿Aún planea trasladar su embajada a Jerusalén?
—Nosotros pensamos mudar la embajada argentina en Israel a Jerusalén Occidental.
—¿Teme que su postura corra el riesgo de convertir a Argentina, que tiene la comunidad judía más grande de la región, en un objetivo de grupos terroristas como lo fue en la década de 1990?
—Eso es falso, totalmente. Primero, porque Argentina ya recibió dos ataques terroristas, y se ha probado el vínculo con Irán. Con lo cual Argentina es parte de los blancos de ataque.
Segundo punto, hay otros países que han manifestado posiciones contrarias a Israel, posiciones neutras y también fueron atacados, así es que eso no es una condición bajo la cual a usted lo expone. Y, por otra parte, dado nuestra forma de ver el mundo, tener una posición distinta sería de pusilánimes, sería de cobardes. Y aquellos que son cobardes son los que más probablemente puedan ser víctimas del terrorismo.
Porque, justamente, el terrorismo trata de sembrar terror y cuanto más cobarde sea su actitud, más víctima va a ser usted de los de los ataques del terrorismo.
Lo que es determinante es que usted tenga convicciones. Que usted decida estar del lado correcto de la vida, del lado correcto del mundo. Nosotros estamos del lado de la libertad, del lado de EE.UU., del lado de Israel y del lado de Europa occidental.
—Pasemos ahora a otra parte del mundo. ¿Podría describirme en una frase qué piensa de Xi Jinping?
—Bueno, no tengo una afinidad con los sistemas comunistas. Yo creo fuertemente en la libertad. Pero no lo conozco personalmente como para hacer un juicio de valor. Eso sería, imprudente de mi parte.
Lo que yo sí puedo decir es yo no tengo problemas que el sector privado argentino haga negocios con los sectores de China.
—¿Sigue creyendo, como dijo en su campaña, que los chinos son, según sus palabras, “asesinos”?
—Yo dije que el comunismo es un régimen asesino. El comunismo ha asesinado a 150 millones de seres humanos. Es decir, ha sido la mayor maquinaria asesina de la historia de la humanidad.
Entonces es muy difícil adherir a ese conjunto de ideas que tanto daño le han hecho a la gente porque, además, donde se aplicó el comunismo fue un fracaso en lo económico, en lo social y en lo cultural.
Entonces yo creo en la libertad, no creo en los sistemas colectivistas, yo creo en la libertad de los individuos, no del Estado oprimiendo a los individuos.
—Usted habla en duros términos sobre China, pero ¿no es cierto que realmente no puede cambiar nada con respecto a su relación con ellos porque depende de China para el comercio, la inversión extranjera y las divisas? El dinero chino en este momento es un salvavidas para Argentina.
—Lo único que es un salvavidas para Argentina es hacer las cosas bien y en eso nos estamos ocupando activamente, independientemente de la relación con cualquier país.
Nosotros, como liberales, tenemos una posición abierta con todo el mundo. Ahora, lo que podemos hacer en materia comercial, financiera, no necesariamente tiene que tener una contraparte política.
—¿Seguiría usando esa palabra, “asesinos”, para describir al gobierno chino?
—Yo voy a seguir usando esa palabra para describir el comunismo.
—Su lenguaje parece haberse suavizado un poco desde la campaña. ¿Hay alguna razón por la que ahora sea menos crítico con el gobierno chino que entonces?
—Las cosas que sigo diciendo son siempre las que dije. Con el comunismo siempre dije lo mismo. Yo soy liberal libertario, Entonces tienen que entender que yo piense de otra manera.
—Pasando a EE.UU., ¿quién le gustaría que ganara las elecciones allí?
—Mire, independientemente de quien gane, yo soy aliado de EE.UU., sea demócrata o sea republicano.
Lo que voy a hacer es tener excelentes relaciones, estén los demócratas o estén los republicanos, porque mis preferencias no son lo relevante. Lo relevante es de qué lado del mundo decido estar.
—Se reportó que usted le dijo a Donald Trump en una conferencia en EE.UU. que esperaba que él ganara. ¿Qué cree que tienen en común?
—Lo más importante es que él identifica con total claridad que el enemigo es el socialismo.
—Me gustaría pasar a otro de los temas de su campaña. ¿Derogará el derecho al aborto que se logró recientemente en Argentina?
—Eso no fue parte de las promesas de campaña. Aún cuando yo tengo una posición clara, pro-vida. Pero no fue una promesa de campaña. Y no es algo que esté hoy en la agenda de la Argentina.
—Usted hizo campaña con una motosierra. Ha modelado su imagen sobre la base de Elvis, de los Rolling Stones. Y algunos lo apodaron “El Loco”. ¿Teme que su reputación como “El Loco” haga que algunas personas no lo tomen en serio? ¿O cree que un poco de locura es lo que el país necesita?
—A ver, los supuestamente cuerdos de este país, de ser el país más rico del mundo lo hicieron 140. Por lo tanto, los motes que me puedan poner los fracasados que hundieron a este país me tienen absolutamente sin cuidado.
Y en el fondo, todos esos que me han adjetivado y me han dicho esas cosas hoy sufren horrores, lloran por los costados por el reconocimiento internacional que tengo, porque cuando voy al exterior escuchan lo que digo y, sobre todas las cosas, miran lo que estoy haciendo.
—Finalmente Presidente, quiero hacer una pregunta sobre el futuro. Muchos presidentes han dicho que serán ellos quienes reviertan los problemas económicos de Argentina. ¿Qué le hace pensar que podrá tener éxito donde tantos otros no lo han logrado?
—En primer lugar, si no creyera que lo pudiera hacer, no estaría sentado en este lugar. Uno tiene que creer en que eso puede ocurrir.
Ahora, la diferencia frente a otros casos es que yo sé qué hay que hacer, cómo hay que hacerlo y tengo el coraje para hacerlo. Pero sobre todo las cosas, tengo la materia prima que otros no han tenido: que estoy convencido. Yo tengo la convicción que de esto se sale abrazando las ideas de la libertad.
Y, dada la convicción que tengo, no me importa cuantas piedras se encuentren en el camino, cuantos obstáculos, cuántas trampas me hagan, cuantas zancadillas me tiendan, no me importa porque voy a seguir hacia mi norte, que es la libertad. La gran diferencia es la convicción. La clave es no rendirse nunca. Nunca me rendí en mi vida. No me voy a rendir ahora.
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