Milei se muestra con Bolsonaro, se ausenta del Mercosur y agranda más la grieta con Lula
En Camboriú se verá con el expresidente brasileño en una cumbre de la ultraderecha, gesto considerado como una provocación en Brasilia; envió a Mondino a la cumbre del bloque regional
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La cita del lunes en Asunción apuntaba a ser el inicio de la reconciliación, o al menos la posibilidad de un primer encuentro formal, entre el presidente Javier Milei y su par de Brasil, Luiz Inácio Lula da Silva. Pero no solo esa foto no tendrá lugar, sino que en cambio Milei la reemplazará por otra tal vez más provocativa, cuando este domingo se vea con el exmandatario Jair Bolsonaro en Camboriú. Allí se verán en la Conferencia de Acción Política Conservadora (CPAC), una cumbre de la ultraderecha, en la que confluirán también el chileno José Antonio Kast y el mexicano Eduardo Verásategui. El tono del mensaje que vaya a dar allí Milei es seguida con mucha sensibilidad por la diplomacia brasileña.
Frustrada la idea de ir a Asunción por expresa decisión del presidente argentino, su delegada en esa reunión, la canciller Diana Mondino, llevará a la mesa de discusión de los líderes del Mercosur la propuesta de una “inyección de modernización y desregulación” del mercado común, que a tono con el credo mileista incluye la posibilidad de acuerdos de libre comercio con países o bloques sin necesidad de unanimidad de sus cuatro socios. Otra muestra de la distancia entre Milei y Lula.
La propuesta argentina en Paraguay, diametralmente opuesta a la que sostenía la diplomacia durante el último gobierno kirchnerista, coincidirá con la del presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, quien en cada una de las últimas reuniones con sus pares insistía en la necesidad de un tratado de libre comercio con países como China o el bloque de Oceanía. Una jugada a la que Lula se viene oponiendo desde que volvió a la presidencia de Brasil, argumentando que las decisiones en el bloque se toman por consenso absoluto de sus miembros.
“Queremos hacer todo con el Mercosur, y todo con Brasil. Pero si por alguna razón no nos pusiéramos de acuerdo, queremos ver la forma en la que se flexibilicen los acuerdos con países y bloques extra zona”, contaron a LA NACION cerca de la delegación argentina, que también integrarán el secretario de Relaciones Económicas Internacionales, Marcelo Cima, y el vocero de Mondino, Gerardo Díaz Bartolomé. Aún sabedores del “ruido” que generó y generará la ausencia de Milei en sus pares regionales, la expectativa argentina en las discusiones en los encuentros entre cancilleres de hoy, y de presidentes, mañana, es que el anterior “3 contra 1″ (Lula, más Alberto Fernández y el paraguayo Mario Abdo, contra un solitario Lacalle Pou) se convierta a partir de ahora en un “dos contra dos” o hasta en otro“tres contra uno”, si el presidente de Paraguay, Santiago Peña, se alineara con Milei y Lacalle Pou en torno a una mayor apertura, y dejara a Lula en soledad con una posición más proteccionista.
“Brasil es la octava potencia mundial, eso no se puede ignorar. Pero eso no debería impedir que tomemos nuestras propias decisiones”, afirmaron cerca de la canciller Mondino, cuyo jefe de gabinete, Federico Barttfeld, se irá en las próximas semanas a Portugal, donde ya fue oficialmente designado embajador, según se comunicara el miércoles pasado en el Boletín Oficial.
En el caso de China, y más allá de las coincidencias ideológicas, en la Cancillería no están convencidos sobre la conveniencia de aceptar ese acuerdo. “Hoy tenemos un déficit de U$S 9000 millones. Si se abren las importaciones, sería mayor”, sostienen fuentes diplomáticas. La reciente crisis en Bolivia, con el presidente Luis Arce invitado a la reunión y Bolivia aceptado como flamante socio (aún sin voz ni voto), también será parte de la discusión. Mondino deberá escuchar, en nombre del Presidente, las quejas de la delegación boliviana por haber hecho suyas las denuncias de Evo Morales -enemistado con Arce- sobre el “falso golpe de Estado” en ese país.
Más allá de lo que se discuta en Asunción, en el gobierno y en la diplomacia de Brasil no terminan de entender la decisión del presidente argentino, el primer mandatario nacional en rechazar un convite de reunión del Mercosur desde que el entonces presidente Fernando de la Rúa cancelara su viaje a Montevideo y prefiriera concentrarse en la gravísima crisis económica que atravesaba el país en aquel explosivo 19 de diciembre de 2001, horas antes de la caída de su gobierno.
Molestia de Brasil
Luego de haber hecho llegar a Milei, según fuentes diplomáticas, la propuesta de una reunión bilateral en Asunción, en la diplomacia de Itamaraty apuntaron a tomar distancia del viaje del presidente libertario a Camboriú, sobre todo luego de que los principales medios de comunicación de San Pablo dieran cuenta de la imputación policial a Bolsonaro por presunto robo de alhajas, regalos de lujo recibidos en su época de presidente, que no solo quedaron en su poder y el de otros altos funcionarios, sino que además habrían sido vendidos.
Mientras los presidentes siguen distanciados-quienes asistieron al apretón de manos entre ambos en el G7 de Bari, Italia, aseguran que fue tan breve como gélido-,la diplomacia intenta sostener los puentes. El vicecanciller Leopoldo Sahores conversó largo y tendido con el embajador de Brasil, Julio Bitelli, el jueves pasado, en el encuentro organizado por el relacionista diplomático Ariel Blufstein. Y el domingo, Mondino se verá en Paraguay con su par Mauro Vieira, en el quinto encuentro entre ambos desde que Milei se sentara en el sillón de Rivadavia.
“No es que entre Milei y Lula haya una mala relación. No hay relación”, definen de uno y otro lado, sin soluciones en el corto plazo, y en la víspera de otro encuentro regional en el que volverán a quedar claras las diferencias entre ambos presidentes.
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