“Hablamos del nuevo encuadre internacional de la Argentina”: Milei fue recibido en la Casa Blanca y regresa a Buenos Aires para continuar con la transición
El presidente electo se mostró “muy satisfecho” luego del encuentro con Jake Sullivan y Juan González; las reuniones en el Tesoro y el FMI quedaron a cargo de Luis Caputo y Nicolás Posse
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WASHINGTON.- Javier Milei salió del hotel Hay-Adams, saludó a un puñado de simpatizantes que se habían acercado a saludarlo –”¡Tiene miedo! ¡La casta tiene miedo!”, cantaron–, y se subió a una camioneta Cadillac negra y salió hacia la Casa Blanca, donde fue recibido por el asesor de Seguridad Nacional de Joe Biden, Jake Sullivan, y Juan González, principal asesor de la administración demócrata para América Latina. Una hora después, regresó al hotel jubiloso tras cosechar una primera señal de respaldo por parte del gobierno de Biden para encarar la nueva y crítica negociación con el Fondo Monetario Internacional (FMI).
“Fue una excelente reunión. Estamos muy satisfechos y muy contentos con lo que ocurrió en la reunión”, afirmó el libertario a la prensa argentina, al término del encuentro en la Casa Blanca, al que asistieron todos los miembros de la comitiva libertaria. “Hemos hablado de la situación económica y social de la Argentina en este momento y también hemos hablado de lo que será el nuevo encuadre internacional de la Argentina dentro de las naciones que respetan la libertad”, abundó.
La crítica situación de la economía argentina consumió una buena parte de la reunión con Sullivan y González, que se extendió por alrededor de una hora. Pero Milei y Sullivan y sus colaboradores también dieron vuelta la página, resetearon el vínculo bilateral y delinearon una agenda de trabajo que tendrá, como punto de partida, la negociación con el Fondo. Sullivan le dijo a Milei que hará todo lo posible para ayudar a que esa negociación tenga un desenlace favorable para la Argentina, indicaron fuentes del entorno de Milei, e incluso habló de “extender el financiamiento”. En la reunión también se discutió el papel que puede jugar la Argentina en el mercado de litio, de energía y semiconductores. Y Milei dijo que se posicionará a favor de las democracias liberales y el libre mercado, una postura que cuadra con la batalla global que ha planteado Biden con las autocracias.
Milei expresó “su mirada sobre la agenda geopolítica internacional alineada con Occidente y su defensa de los valores de la libertad”, dijo el comunicado oficial de la Oficina del Presidente.
Esa nueva postura diplomática, que ofrece un contraste con la mirada del gobierno de Alberto Fernández, aparece como una de las llaves de Milei para abrir el vínculo con la Casa Blanca. La defensa de las democracias liberales en particular aparece como un punto de diferenciación –entre otros– respecto de Donald Trump, por quien el libertario ha expresado su admiraicón y con quien ya dialogó tras su victoria. Ese espacio de concordia parece opacar, por ahora, las divergencias o los roces que pueden despuntar en los mensajes sobre derechos humanos o respecto de la lucha contra el cambio climático. De hecho, el presidente electo enfatizó el buen momento que compartió con los funcionarios de Biden. “Absolutamente, muy confortable”, remarcó, sobre el clima de la conversación.
La Casa Blanca dijo en un comunicado que la reunión fue para discutir “la importancia de continuar fortaleciendo la sólida relación entre Estados Unidos y Argentina en temas económicos y en prioridades compartidas como la inversión en tecnología y energía limpia, abogar por los derechos humanos y defender las democracias en todo el mundo”, y que Sullivan felicitó a Milei por su victoria y “se comprometió a continuar con una estrecha cooperación entre nuestros dos países”, una señal de apoyo en aras de la pronta negociación con el Fondo.
Tras la reunión en Casa Blanca, Milei volvió al hotel, se cambió y salió al aeropuerto junto con su hermana, Karina, y su mano derecha, Santiago Caputo, para emprender el regreso a Buenos Aires a continuar con la transición. Hubo tiempo para una parada luego de Casa Blanca, antes del retorno al hotel: el monumento a Abraham Lincoln, donde se tomaron una foto. Milei la publicó luego en su cuenta de Instagram con su slogan en mayúsculas: “VIVA LA LIBERTAD CARAJO”.
Luego de la reunión en la Casa Blanca, Posse y Caputo fueron al Fondo. Por la mañana, habían estado en el Tesoro con el embajador norteamericano en Buenos Aires, Marc Stanley. “Fue una muy buena reunión”, dijo Caputo sobre el encuentro en el Tesoro, al regresar al hotel.
Milei llegó anoche a Washington proveniente desde Nueva York y se instaló cerca de las 21, hora local, en el Hay-Adams, un histórico hotel de lujo ubicado frente a la Plaza Lafayette, en el lado opuesto de la Casa Blanca. Milei ingresó al hotel junto con su hermana y Caputo, y unos pasos detrás se sumó luego el resto de la comitiva que integran Gerardo Werthein, Caputo y Posse. Con ellos también llegó al hotel Stanley, quien los acompaña en su gira.
Su visita a la Casa Blanca ocurrió un día después del almuerzo de Milei en Nueva York con el expresidente Bill Clinton y Chris Dodd, exsenador demócrata y asesor Especial para las Américas del presidente Biden, a quien conoce literalmente desde hace décadas y de quien es amigo personal.
“Tuvimos un excelente almuerzo con Chris Dodd y Bill Clinton en el que les expresamos nuestra visión para la Argentina y los cambios que hacen falta. Ambos se mostraron muy alineados con nuestras ideas”, dijo anoche Milei al llegar al hotel. “Tenemos una reunión en Casa Blanca con Jake Sullivan en la que vamos a expresar nuestra posición y las medidas que vamos a implementar a partir del 10 de diciembre”, adelantó.
Milei no fue al Fondo ni al Tesoro. Luego del encuentro con Sullivan, volvió a Buenos Aires. Las reuniones técnicas –o “protocolares”, en la mirada de la comitiva– q en manos de Caputo, quien se encamina a ocupar la oficina del 5º piso del Ministerio de Economía, y Posse, futuro jefe de gabinete.
Ayer, la llegada de Milei a Washington marcó el punto final de un día agitado. Aterrizó a las 4 de la mañana, hora local, en el aeropuerto Teterboro, en Nueva Jersey –el comunicado oficial lo llamó erróneamente “Tererboro”-, y comenzó su periplo en Estados Unidos con una visita muy temprana a “El Ohel”, la tumba del rabino Menachem Mendel Schneerson, mejor conocido como “el Rebe de Lubavitch”, un lugar sagrado para el judaísmo ortodoxo. “Voy a dar gracias”, había anticipado en una entrevista LN+. Milei estuvo allí menos de una hora, con su hermana Karina y con Werthein, quien se perfila como futuro embajador en Washington.
Unas horas después, mientras Milei almorzaba con Clinton y Dodd, el embajador Marc Stanley y sus asesores, la Casa Blanca le brindó la primera señal de bienvenida.
“Queremos seguir buscando formas de cooperar con la Argentina”, dijo en la sala de prensa de la Casa Blanca el director de Comunicaciones del Consejo de Seguridad Nacional de la Casa Blanca, John Kirby, al ser consultado sobre la visita de Milei. “Esperamos obviamente escuchar las ideas del presidente electo y dónde quiere ir con sus políticas y asegurarnos de mantener el canal de comunicación abierto”, completó.
Con su paso por la Casa Blanca, Milei buscó la oportunidad de brindar su visión para el país, los principales temas de la agenda global, y despejar las dudas y los interrogantes que dejó su campaña para forjar, cara a cara y en persona, una primera impresión en Washington. Las declaraciones de Kirby volvieron a dejar en claro la férrea intención de la Casa Blanca de minimizar las inocultables diferencias ideológicas entre Milei y Biden en pos de las afinidades y el fortalecimiento del vínculo bilateral, una actitud que el gobierno de Biden ya ha desplegado con otros socios regionales. Pero la Casa Blanca se ha preocupado de todos modos de reforzar una agenda de “prioridades compartidas” entre las que mencionó la democracia, los derechos humanos y el cambio climático, que Milei niega.
La visita tiene como foco ineludible la ardua tarea de reparar la economía argentina. En el Tesoro y en el FMI, Caputo y Posse discutirán el perfil del programa económico, que apunta a imprimir un fuerte ajuste fiscal y un reacomodamiento de las variables monetarias para comenzar a estabilizar la economía. Caputo ya ha mantenido contactos virtuales con el staff del Fondo, una primera aproximación para poner en marcha una nueva negociación a partir del 10 de diciembre.
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