Miguel Ángel Pichetto: “Milei no se parece a Menem, quien tenía una formación política de mucho volumen”
En su último día como auditor general y antes de regresar al Congreso, el diputado nacional electo dice que el libertario debe “reconsiderar el concepto de casta”; asegura que JxC se “autodestruyó”
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Miguel Ángel Pichetto transita sus últimas horas en el piso 9 de la Auditoría General de la Nación, el despacho que habitó durante los últimos cuatro años y que ya luce desmantelado. “Se cierra una etapa”, desliza apenas irrumpe en el salón. En el ánimo de Pichetto no hay señales de añoranza. Al contrario, después de su travesía como auditor, se alista para volver a la primera línea de fuego en el lugar que más lo moviliza: el Congreso. Allí, sobre todo desde su llegada al Senado, acumuló poder y capacidad de influencia durante los gobiernos de Carlos Menem, Eduardo Duhalde, los Kirchner y Mauricio Macri.
Antes de jurar como diputado nacional de Juntos por el Cambio, Pichetto rompe el silencio después de un largo tiempo en una entrevista con LA NACION. Se entusiasma con el regreso a la Cámara baja, donde estuvo ocho años, y tiene una “mirada esperanzadora” sobre el futuro del país, pero su experiencia lo obliga a actuar con mesura frente a la nueva era que se abre con Javier Milei. Atento a la falta de sustento legislativo del nuevo gobierno, el exsenador le aconseja al presidente electo que “reconsidere el concepto de casta” y apele a la política para “construir mayorías” en el Congreso. “Milei no se parece a Menem”, subraya, mientras niega con la cabeza. Ahora sí lo invade la nostalgia.
–¿Con qué expectativas vuelve al Congreso y qué evaluación hace de las primeras señales de Milei?
–Siempre en una primera etapa de un gobierno que acaba de ganar fuertemente el proceso electoral, mediante el mecanismo de balotaje, hay que dar un crédito, una mirada positiva respecto a las acciones que piensa encarar en el Congreso. Tiene un crédito abierto en la sociedad y el Congreso también debe actuar de manera responsable en función de los cambios que la ciudadanía ha votado. Tengo expectativa, una actitud personal de acompañar y actuar responsablemente frente a la etapa.
–¿Cómo definiría el rol de JxC: oposición constructiva y contrapeso a Milei o una pata del oficialismo?
–No, es un rol institucional en el Congreso. El deber de actuar democráticamente, de estar comprometido con nuestros diez gobernadores, de acompañar los temas con responsabilidad, de actuar con prudencia y mesura, y de que el Congreso sea un ámbito de debate democrático, en donde podamos participar. Y espero que el Gobierno también tenga actitudes inteligentes, de respeto y de construcción de acuerdos para con el Congreso.
"Milei va a tener que reconsiderar el concepto de casta; sin política no hay democracia"
–¿Qué opina de la candidatura de Martín Menem como titular de la Cámara?
–Es auspiciosa la designación de Martín, a quien conozco. Es un hombre joven y, además, tiene cualidades que vienen de una familia política, con buena predisposición al diálogo. Está todo abierto para que el Congreso funcione, no para que sea un mero observador y espectador de la realidad o comentarista en los programas de televisión.
–¿Usted conformará un bloque con Massot, Monzó, Stolbizer, López Murphy y los gobernadores? [NdR: ayer se oficializó que presidirá Cambio Federal]
–Estamos conversando con diputados de distintas extracciones políticas. Lo que nos unifica es una visión de una Argentina moderna, capitalista, productiva, y vamos a trabajar con esos lineamientos. Aspiramos a tener un espacio, que lo estamos definiendo en estos días, con diputados que representan también al interior del país, con el aval de algunos gobernadores. Queremos estar también en el marco de un esquema de interbloque con JxC, y aunar criterios con el radicalismo, la CC y otras fuerzas. No se trata de actuar de manera autónoma, sino al contrario. La Argentina necesita de criterios de unidad. El gobierno requiere la construcción de mayoría para temas importantes y sensibles. Y el Congreso es fundamental para que las medidas que Milei plantee salgan convalidadas por las leyes.
–¿Subsiste JxC o ya es parte del pasado? ¿Puede reciclarse sin conducción política?
–Existe en la figura de los gobernadores, en los liderazgos que se han mantenido en Pro, como el expresidente, que es una figura gravitante, o en dirigentes como Horacio Rodríguez Larreta. Hay una vocación para que esa estructura política continúe. Hay que tener la sabiduría y la inteligencia de ver cómo en el tiempo también se van saldando las heridas de la derrota, que fue realmente muy importante.
–¿JxC perdió por los errores no forzados o porque surgió Milei?
–Uno de los hechos más relevantes de la política argentina, además de la irrupción de Milei, es la autodestrucción de JxC. En un período de dos años pasó de ser la fuerza política que iba al gobierno, con el 42% en la elección de medio tiempo, a sacar el 23,8% en la primera vuelta del 2023. Eso sin gobernar la Argentina. Algo hemos hecho mal. Todos, porque no me autoexcluyo.
"La sociedad votó para estar mejor, no para un ajuste que la haga vivir peor"
–¿Y por qué se autodestruyó JxC? ¿A qué lo atribuye?
–Yo creo que la búsqueda de un liderazgo alternativo a la figura de Macri fue traumática. Después la comunicación… JxC tuvo una visión demasiado extrema y dura de los ajustes tremendos que había que hacerle a la sociedad. E, indudablemente, ese discurso no genera expectativas esperanzadoras.
–Pero Milei ganó con la “motosierra”.
–No, Milei ganó con la dolarización. Esta fantasía creada a través del imaginario popular de que la dolarización se reinstalaba en la Argentina e implicaba una mejora del salario. La motosierra también era un símbolo de la necesidad de estructurar el Estado y ordenarlo fiscalmente. El orden fiscal es inherente hoy a los buenos gobiernos. No se puede gobernar gastando más de lo que se recauda.
–¿JxC tiene futuro o Milei lo reemplazó como contracara al kirchnerismo?
–En algún momento JxC debe analizar cómo sigue de cara al futuro inmediato, cómo se vincula con el Gobierno, qué actitudes tiene en el Parlamento, cómo se construyen porque del otro lado, indudablemente, van a estar La Cámpora y el kirchnerismo.
–¿El kirchnerismo se terminó con la derrota de Massa?
–Está agazapado con esta visión de que [Milei] van por los derechos, van por todo. Van a ser los defensores de derechos que no existen, pero van a construir una narrativa que los va a volver a reposicionar en el debate político. El mejor escenario para Cristina Fernández de Kirchner, que no se retira, ha sido el triunfo de Javier Milei.
–¿Cómo se imagina la oposición del peronismo? ¿Obstruccionista o colaborativa?
–Depende de quién ejerza el liderazgo del peronismo. Así como hay diez gobernadores en lo que fue la coalición de JxC, el peronismo tiene nueve gobernaciones. Hay que escucharlos, porque el apremio en sus administraciones será muy importante. Habrá un núcleo duro que se caracteriza en La Cámpora, que tiene una posición más intransigente en el peronismo kirchnerista, y que todavía tiene un fuerte posicionamiento en Diputados y también con algo de gravitación en el Senado, pero allí también empiezan a tallar los gobernadores y sus intereses. Por lo tanto, el debate no cruza únicamente a JxC, sino también al peronismo.
–¿Quién va a ser la principal oposición a Milei?
–A priori, hoy parecería que ese rol lo va a ocupar La Cámpora, desde el primer día. Basta analizar la palabra de Cristina Fernández de Kirchner, que no habla por hablar, y que aún en la retirada, en el atardecer, en la caída del sol, dice: “Estanflación es una catástrofe social”. Ya signa un camino de cómo va a actuar ese sector.
–En este escenario tan incierto, ¿qué rasgos ve en el liderazgo de Milei? Eligió a Martín Menem, no a Cristian Ritondo o Florencio Randazzo
–Bueno, son decisiones que han tendido a fortalecer la propia fuerza.
–Cristina Kirchner dijo que solo votarían un candidato de LLA. ¿Le tendió una trampa a Milei?
–Hay que reconocerle que también ocurrió cuando asumió Mauricio Macri. En el repliegue del kirchnerismo en ese momento, la definición de ella fue de que el presidente provisional de la Cámara de Senadores, que está en la línea sucesoria, debía ser un hombre del Pro. Y lo respetamos. Estamos frente a un hecho nuevo en donde el presidente que ganó no tiene mayoría o ni siquiera se aproxima a la mayoría. Se podría haber actuado fortaleciendo al sector propio o ampliándolo mediante la designación de una alternativa para contener a otro sector y empezar a configurar la mayoría. Optar por una definición propia es una decisión de naturaleza política.
"JxC se autodestruyó; la búsqueda de un liderazgo alternativo a Macri fue traumática"
–¿La decisión de Milei llega tarde dado el paquete de reformas que necesita aprobar en el arranque de la gestión?
–Lo importante es ver cómo empieza a funcionar el modelo de los acuerdos. Debería haber una ley de ministerios para que la tratemos inmediatamente. Y sería conveniente para el futuro gobierno que el equipo económico trabaje en una ley de presupuesto para el mes de marzo.
–¿Está viendo falta de experiencia u oficio político en el equipo de Milei?
–No voy a poner calificativos. Son herramientas. Por ejemplo, la bicameral de DNU es fundamental para el nuevo gobierno. Además, supuestamente viene ley ómnibus, que nadie sabe el contenido. Todos tenemos predisposición para analizarla y ver qué hay. Vamos a ver qué volumen tiene, qué materias abarca, para poder trabajar en la misma. Para eso tiene que tener constituida la Comisión de Constitucionales y de Legislación General. Hay un conjunto de cuestiones que, por supuesto, las conoce el nuevo presidente de la Cámara, pero que hace a la construcción de diálogos, acuerdos y consensos internos. Las comisiones deberían haber estado ya constituidas hace dos semanas.
–¿Ve una demora alarmante en el futuro oficialismo o que puede complicar el arranque de la discusión?
–Estamos contra reloj.
–¿Le sorprende que Milei se muestre más pragmático y moderado desde que ganó los comicios? ¿El teorema de Baglini está vigente o usó otra estrategia para ganar?
–No, no me compro el teorema de Baglini, pero lo que sirve para ganar una elección no sirve para gobernar. También va a tener que reconsiderar el concepto de casta.
–¿Por qué lo dice?
–Porque la política es fundamental. No existe un mundo sin política. En la Argentina se votó con total libertad, no hubo un problema en todo el territorio ni un hecho de violencia. Y el candidato a presidente que perdió reconoció el resultado antes de que se dieran los números. Ganó un hombre que no tenía estructura ni partido. Nadie tomó el Capitolio. Las instituciones funcionan y la política es inherente a los gobiernos democráticos. Sin política no hay democracia.
–¿Le preocupa que Milei desestime a la política?
–No existe la democracia plebiscitaria. Vos podés hacer un plebiscito por un tema central de la República, pero no se puede plebiscitando todas las semanas la acción de gobierno. Nuestro sistema es representativo, republicano y federal. Se necesita aval social y la construcción de mayorías en las cámaras para poder llevar adelante las reformas. Este es el desafío que tiene el nuevo presidente. Para eso necesita de la política. La política bien entendida, no la del acuerdo vil, ‘dame algo para que yo te vote’.
–¿Le incomoda que Milei brinde su discurso inaugural ante la militancia y no en el Congreso? ¿Percibe un gesto de menosprecio a la institución parlamentaria?
–No le quiero poner calificativo, pero rompe una tradición histórica de los presidentes después de 1983. Todos los presidentes que han asumido en esta etapa democrática han recibido los atributos del cargo y le han hablado al Congreso. No es un discurso extenso, pero sí es un mensaje que tiene que ver con el futuro, las expectativas y los grandes lineamientos. Lo calificaría mínimamente como un error, no hablo de desprecio. Va a jurar ante el pleno de la asamblea y sería conveniente para el propio Presidente elaborar un mensaje. Después, tiene toda la libertad de hacer un gran acto con la gente en la calle.
"El mejor escenario para Cristina Kirchner, que no se retira, ha sido el triunfo de Milei"
–¿Macri y Bullrich fueron claves para que Milei ganara o irremediablemente el electorado de JxC iba a volcarse a LLA?
–Macri le dio un marco de confiabilidad y de certidumbre. Fue muy importante su rol. Había en el electorado una vocación de cambio. Había una intención de la sociedad de terminar con el proceso… Yo califico el gobierno de Alberto Fernández como el más nefasto de la vida democrática. Es un presidente irrelevante y ha sido un gobierno desastroso.
Y, como dice Pierre Rosanvallon, que es un politólogo de nota, lo peor que le puede pasar a la democracia es un pésimo mal gobierno como el que tuvimos, porque eso coloca en crisis a todas las instituciones y le hace perder la confianza al ciudadano. Por eso, el discurso de Javier Milei penetró. Pero la catástrofe fue el Gobierno. Y en la cuarentena también hay que buscar el trasfondo de lo que le pasó. Además, el error manifiesto de JxC que no fue capaz de continuar con la tarea de cautivar a la sociedad para ser la alternativa previsible de gobierno.
–¿Macri tiene una responsabilidad mayor en la derrota por ser el único expresidente del espacio?
–Él tomó una decisión política. Y siempre están las decisiones de los hombres que hay que respetar.
–¿Piensa que Macri debería haber sido el candidato?
–JxC tenía un bloque de ideas –la visión capitalista, el rechazo al mundo del pobrismo, la eliminación ordenada de los planes y pasar a una economía productiva–, pero le faltó la centralidad de un líder que, como es el caso de Macri, tenía reconocimiento y prestigio internacional.
–¿Bullrich acertó o cometió un error al aceptar la propuesta de Milei de ingresar al Gobierno?
–No voy a hacer ningún tipo de valoración. Es una decisión personal y no tengo por qué calificarla. Creo que en el área que fue designada es eficaz y ha sido una gran ministra.
"Sería un error que Milei no hable ante la Asamblea Legislativa; rompería una tradición democrática"
–¿Enfrenta un alto riesgo por la posible conflictividad en las calles?
–Bueno esperemos que ese tema no ocurra y que los procesos sociales se puedan ordenar y que no haya que recurrir a ningún mecanismo de represión en la calle. Yo tengo una visión optimista. Trato de tener una mirada esperanzada de que se puedan ir ordenando los procesos sociales. Siempre hay que atender mucho –y a mí me preocuparon mucho en mi carrera– las fiestas. Son momentos de mucha sensibilidad.
–Hablaba del crédito con el que asume Milei, ¿la sociedad va a tolerar el ajuste que planea el presidente electo?
–Yo creo que la sociedad argentina votó para estar mejor, no para un ajuste que lo haga vivir peor. Esta es mi interpretación. Hay que ordenar el Estado y tener previsibilidad fiscal, que son elementos centrales de una buena administración, pero hay que tener mucho cuidado porque en la Argentina lo que no ha habido es recomposición del salario. La gente, aun trabajando, está sufriendo mucho. Yo también miraría eso.
–¿No ve margen en la clase media para soportar un ajuste?
–Creo que la clase media va a darle un crédito al Presidente. Pero el gobierno debería mirar con detenimiento también eso: cómo están los salarios. Se han deteriorado mucho y no ha habido recomposición frente a una inflación que va a tener supuestamente el 20% este mes.
–¿Le recomendaría a Milei que tienda puentes con un sector de la CGT o debe confrontar ante la actitud amenazante y de alerta de los sindicalistas?
–Yo recomendaría al diálogo como elemento central de la democracia. Yo creo que Guillermo Francos es un hombre que tiene capacidades políticas reconocidas. El presidente también las debe desarrollar. No hay que entrar en el proceso de descalificación. Hay que encontrar las alianzas estratégicas para que la Argentina se ponga en marcha, sea productiva y genere empleo. Este es el gran tema.
–¿Usted estaría dispuesto en el Congreso a apoyar privatizaciones como ha planteado el Presidente?
–El concepto en las empresas públicas tiene que ser la eficiencia. Hoy, en el balance contable, el global de las empresas públicas pierde casi 5000 millones de dólares anuales. Hay que tratar de que sean eficaces y funcionen.
–¿Es un error que si el Presidente incluye en el paquete la ley ómnibus la reforma política, como la eliminación de las PASO?
–Sería un capítulo interesante. Yo estoy de acuerdo en la eliminación de la PASO y en la eliminación del financiamiento estatal de la primaria.
A priori, el principal rol de la oposición lo va a ocupar La Cámpora
–¿Milei se juega mucho de su gobierno en estos primeros seis meses?
–Siempre el gobierno signa los grandes trazos de la gestión de los cuatro años y los define indudablemente en los primeros 180 días o en los primeros 90. Estos 90 días van a ser muy importantes. Es más, yo defino una etapa muy importante que es la del día 10 al 31, en donde el gobierno tiene que, digamos, aterrizar con todos sus ministros.
–Milei admira mucho al expresidente Carlos Menem. Incluso ha dicho que fue el mejor presidente de la Argentina. ¿Se parecen o no ve similitudes?
–No, Menem tenía una formación política de mucho volumen. Ojalá pueda llegar a parecerse, a imitar la decisión, la audacia, la institucionalidad que tuvo Menem. Menem hacía reuniones de gabinete todas las semanas. Menem era un hombre que respetaba, digamos, al opositor, nunca persiguió a nadie. Ojalá [Milei] se parezca.
–¿Hubo una reivindicación de los 90 en el triunfo de Milei o es una victoria del hartazgo de los jóvenes?
–El voto joven estuvo más vinculado al rechazo, a la protesta y al ‘rompamos todo, esto no va más’. Ahí estaba el sustrato del voto joven y Milei implicaba o conllevaba lo disruptivo, lo que JxC no supo expresar.
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