Mientras evita condenar las violaciones a los derechos humanos del chavismo, la Argentina aumenta los negocios con Venezuela
En un año, las exportaciones subieron un 80%; el aumento coincide con distintas votaciones de Argentina en favor del régimen de Nicolás Maduro, como sucedió la semana pasada en Ginebra
- 7 minutos de lectura'
Al amistoso intercambio de embajadores entre la Argentina y Venezuela, a principios de año, le siguieron distintas y polémicas votaciones de la diplomacia local en los organismos internacionales, como la abstención de la semana pasada a la continuidad de una comisión investigadora del régimen chavista en el Consejo de Derechos Humanos de la ONU. En paralelo, las relaciones económicas entre nuestro país y la Venezuela de Nicolás Maduro viven hoy un fuerte repunte que ya se torna evidente en los ingresos argentinos por exportaciones de productos –sobre todo agrícolas– hacia una Venezuela que parece acentuar un “giro capitalista” que atrae inversores en esta y otras áreas.
Y quizás porque el amor con amor se paga, a través de sus renovados vínculos con Argentina y otros países de la región, el denunciado régimen venezolano busca acallar las repetidas denuncias en organismos internacionales sobre violaciones a los derechos humanos.
Los números son concluyentes. Según datos del Indec que llegaron a la diplomacia argentina y pudo conocer este diario, las exportaciones argentinas a Venezuela, que se redujeron a US$126 millones en 2019 (último año del gobierno de Cambiemos), bajaron aún más en 2020 (pandemia y cuarentena estricta) a US$104 millones, subieron a US$175 millones el año pasado y treparían (con el proyectado de los últimos meses de este año) a cerca de US$300 millones en 2022.
La comparación de este año con el pasado es aún más concluyente: entre enero y setiembre la Argentina exportó por US$232 millones, contra US$131 millones del mismo período del año pasado. Aún lejos de los cerca de US$2000 millones que se exportaban en el período 2012-2013, el vínculo político comienza a rendir frutos en lo económico.
“Nuestro objetivo al llegar era mejorar el intercambio comercial y sostener el superávit histórico que teníamos con Venezuela. Estamos logrando el objetivo”, afirmó a LA NACION el embajador Oscar Laborde, quien a fines de julio presentó sus cartas credenciales ante Maduro en el palacio Miraflores.
Optimista, Laborde asegura que al tradicional flujo de exportaciones agroalimentarias y otros prometedores negocios como los vinculados a la industria vitivinícola, le seguirán, si todo sale de acuerdo a lo previsto, “suplantar con producción nacional los medicamentos que Venezuela recibe de la India y otros alimentos que le compra a Turquía”. Las negociaciones en ambos casos ya comenzaron, y en el caso de la industria de los medicamentos aparecen los laboratorios Richmond, involucrados en la fabricación y provisión de la vacuna rusa Sputnik V en el país. “Hay también otros laboratorios”, se atajan desde el Gobierno.
Semanas atrás, según consignó LA NACION, un grupo de empresarios argentinos llegó a Venezuela en misión agroindustrial, con el declarado objetivo de “detectar oportunidades comerciales para productos argentinos, así como evaluar diversas posibilidades de inversión en el agro venezolano”. Seis empresas de la agroindustria especializadas en maíz, soja y girasol (Tedeschi, Rizobacter, Kioshi, Chemtec, entre otras) y dos productores interesados en realizar inversiones y transferencia tecnológica para producir en el agro venezolano conformaron el grupo, recibido en la sede diplomática argentina por el embajador Laborde y el denominado ministro del Poder Popular para la Agricultura Productiva y Tierras chavista, Wilmar Castro. Incluso Maduro se refirió al tema: “Estamos recibiendo aquí a un grupo de empresarios argentinos que están viendo el país y las tierras, trayendo la experiencia productiva de una potencia en alimentos como es Argentina”.
Mientras aseguran que todo se hará de modo “prolijo” y que lejos quedaron aquellos tiempos de la “embajada paralela” de Claudio Uberti y los negocios sospechados con Caracas, en el Gobierno aseguran que en el vínculo bilateral prima el “pragmatismo” y que distintos pasos dados por Maduro (el pedido de ingreso al FMI y a la CAF, la liberación del flujo de dólares, la apertura de importaciones) favorece el vínculo, no sólo con Argentina, sino con otros países de la región como Colombia (su presidente Gustavo Petro normalizó relaciones con Venezuela días atrás) o Brasil, que “al día siguiente que gane Lula, repondrá su embajador allá”, aseguran.
“No es un trueque de negocios por votos, pero sí es cierto que los mejores vínculos políticos influyen en el flujo comercial”, sostienen fuentes diplomáticas argentinas.
Desde la Cancillería negaron de modo enfático que exista una relación entre el mayor vínculo comercial y la sintonía política. “La Argentina viene señalando las violaciones de derechos humanos en Venezuela y fue el principal impulsor de la instalación de la Oficina del Alto Comisionado y la Corte Penal Internacional, que es el que tiene labor concreta en territorio, en Caracas”, afirmaron cerca del canciller Santiago Cafiero. Y agregaron que se trata de una “mayoría de inversores y empresas privadas” en las que el Estado no intervendría.
Votaciones polémicas
El auge del intercambio comercial coincide con recientes apoyos de la Argentina a Venezuela en los foros internacionales. El más sorpresivo ocurrió el viernes, cuando la Argentina se abstuvo de apoyar la continuidad de la comisión investigadores sobre violaciones a los derechos humanos en Venezuela, creada en 2019 desde el Consejo de Derechos Humanos de la ONU que hoy preside el embajador argentino Federico Villegas Beltrán.
Con guiño previo del presidente Alberto Fernández y del canciller Santiago Cafiero, la representación argentina coincidió con los argumentos de Venezuela, que prefiere dar prioridad al trabajo de la oficina que en Caracas tiene el Alto Representante para los Derechos Humanos, y que no permitió el ingreso de la comisión, conformada por tres diplomáticos, para desarrollar la investigación in situ.
“La noticia completa tendría que ser que la Argentina se abstuvo en la continuidad de la misión internacional, pero respaldó la actividad del Alto Comisionado, como también la de la Corte Penal Internacional. ¿Por qué renovar permanentemente una misión que es ad-hoc? Se crea para un momento y un tema. Si uno la renueva permanentemente, deja de ser ad-hoc y pasa a ser permanente”, dijo Laborde el lunes en diálogo con AM 750. Desde la Cancillería agregaron que “la abstención sobre la extensión de la comisión independiente es porque hace tres años que existe y no ha podido avanzar, de hecho en 2020 Argentina acompañó la prórroga por dos años pensando que podía avanzar en las investigaciones”, destacaron.
“Pido perdón a nuestros queridos hermanos venezolanos por la abstención de la Argentina a la condena de crímenes de lesa humanidad en su país. Los argentinos de bien sentimos vergüenza por este gobierno que no defiende ni la libertad ni los derechos humanos”, escribió el expresidente Mauricio Macri en su cuenta de Twitter luego de conocida la abstención argentina.
Después de acordar con Caracas una estrategia conjunta en relación al avión de Emtrasur retenido en Ezeiza (ambos acusaron a la Justicia y evitaron entrar en una polémica bilateral), según fuentes oficiales la diplomacia argentina cuida el vínculo con Venezuela por una razón adicional: Fernández quiere ejercer por otro año la presidencia de la Celac, cuyo mandato debería renovarse en enero. Necesita, otra vez, del apoyo de Maduro, satisfecho por una relación bilateral que crece a pesar de los cuestionamientos hacia el régimen chavista.
“Siempre que entren divisas al país es positivo, aunque dudo que los venezolanos paguen en dólares. Lo que no me parece positivo es acrecentar nuestra relación con una dictadura, en un error trágico y triste para un país que tiene la historia de defensa de los derechos humanos como el nuestro”, criticó el excanciller Jorge Faurie.
Otras noticias de Alberto Fernández
Más leídas de Política
Análisis. Milei, entre Lula y el Gordo Dan
"Guardia pretoriana". Preocupación en los intelectuales por la idea de crear “un brazo armado libertario” para defender al Gobierno
"Ficha limpia". Fracasó la sesión para discutir el proyecto que preocupa al kirchnerismo
Senado. Impulsan un proyecto para penalizar las falsas denuncias por violencia de genero