Miedo a Cristina Kirchner y al default: la trastienda de la jugada de Elisa Carrió
La líder de la Coalición Cívica se decidió tras haber hablado con economistas y ante la dilación de la presentación en el Congreso
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El martes, Elisa Carrió levantó el teléfono y se comunicó con sus principales espadas legislativas: Juan Manuel López, que preside el bloque de la Coalición Cívica (CC) en Diputados, y Maximiliano Ferraro, el presidente del partido. “Vayan escribiendo”, les indicó. Al día siguiente, el proyecto, que plantea que el Congreso solo autorice al Gobierno a contraer nueva deuda con el FMI sin votar los detalles del acuerdo, ya estaba listo. Era un intento de darle una válvula de escape a una olla de presión que Carrió sigue con preocupación.
“A Lilita, que es bastante creativa y tiene mucha experiencia parlamentaria, se le ocurrió otra forma”, apunta un integrante del partido. La CC está preocupada por las consecuencias de un posible default y observan con inquietud que la presentación del acuerdo en el Congreso se sigue demorando. La jugada de Carrió, atenta también a la discusión interna en Juntos por el Cambio, se dio, además, tras haber consultado varios economistas y “actores políticos” sobre la realidad de la situación.
Fue Maxi Ferraro quién empezó a redactar el proyecto. López y la diputada nacional Paula Oliveto le dieron los toques finales. En el medio ocurrió la primera reunión de la la Mesa Federal de Juntos por el Cambio en Olivos. Para el martes a la noche el proyecto ya estaba cerrado. El miércoles por la mañana, Carrió se volvió a comunicar con sus espadas y decidieron avanzar. Ese mismo día lo presentaron en la mesa de la CC en una reunión del partido. Tras su aprobación interna, el proyecto ya estaba listo para ser presentado.
Antes debían informarle a sus socios de Juntos por el Cambio la jugada ideada por Carrió. Ferraro fue el encargado de hablar con sus pares de los otros partidos: Patricia Bulrich, la líder de Pro, y Gerardo Morales, jefe del radicalismo. También se comunicó con el jefe de gobierno porteño Horacio Rodríguez Larreta. López se ocupó de sus colegas en Diputados y les informó a Mario Negri, que preside el bloque de la Unión Cívica Radical en la Cámara baja, y a Cristián Ritondo, de Pro. “No fue una propuesta, les dijimos ‘vamos a hacer esto’”, reconoce una fuente partidaria y coincide con las voces de Pro que dijeron que solo fueron ”avisados” pero no consultados.
La sorpresiva jugada de Carrió generó un fuerte malestar en las filas del partido liderado por Bullrich. Algunos incluso la calificaron como “funcional al kirchnerismo” y otros se quejaron porque el tema ya había sido discutido por la conducción de la principal alianza opositora.
El jueves 10 de febrero, la mesa nacional de Juntos por el Cambio se reunió y acordó, tras una cumbre de cinco horas en Olivos, que no adelantarían su estrategia legislativa hasta que el Gobierno no mostrará la letra chica del preacuerdo, pero condicionaron su eventual apoyo a que el acuerdo no incluya un aumento de impuestos.
Apenas el Gobierno anunció un principio de acuerdo con el FMI, Morales y Carrió ya habían adelantado su posición: se inclinaban por dar quorum y facilitar el entendimiento con el organismo internacional en el Congreso. Por su parte, desde Pro preferían no anticipar su respaldo hasta que la Casa Rosada diera detalles de la negociación.
Aunque son pocas las esperanzas de que se acepte esta propuesta, desde la CC remarcan que es una “herramienta que puede servir” y explican que el proyecto plantea que el Congreso solo aprueba la reestructuración, pero deja la letra chica como facultad del Ejecutivo. Buscan evitar además una discusión legislativa que se anticipa complicada.
“Delimita lo que le corresponde a cada uno. No solo para el presente, sino también para el futuro gobierno”, afirma un integrante del partido liderado por Carrió. Y repite que la idea era brindar todas las herramientas posibles para evitar el default.
“Entrar en default hoy nos aísla de un mundo que ya está en guerra. Hay que ver qué está pasando hoy por la cabeza de la vicepresidenta, si no empuja también un default”, afirmó López ayer a FM Milenium. “Si Alberto Fernández fracasa, tiene que pedir una licencia o renunciar el reemplazo natural es Cristina Kirchner”, agregó el diputado que reconoció que ese es uno de los miedos de la CC.
“No pretendemos apurar a nadie ni liderar”, apunta otro integrante ante el malestar de sus socios de la coalición pero agrega: “Hay que jugar en la cancha”.
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