Michetti, protagonista de un nuevo festejo de Pro sin mucha euforia
La candidata al Senado buscó relativizar la sorpresa de UNEN y marcó la ventaja que le sacó al oficialismo
"¿Cómo, ya empezaron?", se preguntó Gabriela Michetti en la coqueta esquina de Bulnes y Arenales, frente al bar Pepper, y casi sin poder creerlo.
A pocos pasos, dentro del bar, el jefe de gobierno Mauricio Macri y el resto de los candidatos porteños de Pro contestaban las preguntas de los periodistas. La primera candidata a senadora no lo pensó dos veces: con indisimulado enojo partió del lugar y no acompañó a su jefe a votar a la escuela, a dos cuadras del curioso episodio.
Más allá de la tensión y las explicaciones de compromiso que ensayaron voceros y ministros de Pro, sólo un diálogo telefónico entre ambos terminó con el entuerto, pasado el mediodía. Y Michetti pasó del enojo a la alegría: fue a votar pasado el mediodía y a la noche pudo disfrutar de lo que Pro trató de exhibir como un triunfo , ya que el porcentaje obtenido (31 por ciento) igualaba el de 2009, cuando superó a Fernando "Pino" Solanas por algo menos de siete puntos porcentuales. Con la diferencia de que, esta vez, UNEN la superó sumando sus cuatro listas al Senado, lo cual deja abierto el resultado para octubre.
"La política debe ayudar a que la gente viva mejor. Si no lo hace, no sirve para nada", dijo la diputada minutos después de las 21, subida al escenario de Costa Salguero y cuando la diferencia con el kirchnerista Daniel Filmus superaba ya los diez puntos porcentuales. Un rato después, y luego de que la ya candidata a senadora elogió la gestión porteña, Macri la felicitó y la incluyó entre los dirigentes que "siempre han trabajado para ponerle límite a un gobierno autoritario y prepotente".
Para el macrismo, el triunfo de Michetti y, en menor medida, los casi 28 puntos que obtenía Sergio Bergman como candidato a diputado se sumaban a la buena performance que evidenciaban sus candidatos propios, como Miguel del Sel en Santa Fe, Alfredo de Angeli en Entre Ríos (ambos con 25 puntos) y Héctor Baldassi en Córdoba, que superaba con creces los votos necesarios para obtener una banca de diputado en octubre.
"Este panorama consolida las chances de Mauricio como principal opositor a nivel nacional", afirmó a LA NACION el ministro de Gobierno, Emilio Monzó, que monitoreó los resultados desde las 17 junto con Michetti y el resto de los candidatos en el VIP del pabellón 6 del complejo ubicado en la Costanera.
Al promediar la tarde, había satisfacción por la hasta entonces ajustada victoria que obtenía Sergio Massa en la provincia de Buenos Aires, porque eso supuestamente acotaba su proyección política a la provincia, aunque después los números mostraron una diferencia más holgada a favor del intendente de Tigre.
Planes
Más allá de la alegría por el triunfo -que no fue euforia en ningún momento-, en Pro reconocieron la buena performance de la centroizquierda de UNEN. Insistieron en que los votos de las cuatro listas "no se deben sumar" de manera automática. "Le sacamos mucha ventaja en el Senado. Y muchos de los que votaron a (Rodolfo) Terragno y (Alfonso) Prat-Gay nos van a votar a nosotros en octubre", explicaban en un búnker donde no faltaron los sandwichitos, las gaseosas y un selecto catering de dulces.
Ubicada en el VIP desde las 17 y junto a la primera plana de Pro (el jefe de Gabinete, Horacio Rodríguez Larreta; el secretario de Gobierno, Marcos Peña, y el resto de los candidatos, Michetti siguió paso a paso las alternativas del comicio.
Había votado a las 13.30 en el colegio San José, de Balvanera, y allí dio por terminado el enojo de la mañana. "Tenía sólo un rato, y parientes esperándome en la puerta de casa", se disculpó antes de intentar cambiar de tema. Ocho horas después, y mientras sonaba el tema "Ella tiene swing", de Tan Biónica, salió al escenario a enfrentar a la prensa y los militantes. Con una cruz plateada alrededor del cuello, habló de "trabajar en equipo y escuchar a la gente, sin que nadie esté encima de otro, con diálogo".
A su turno, Macri evitó hablar de sus planes presidenciales, aunque ya lo habían hecho sus colaboradores. Pareció diferenciarse de Massa al hablar de "una propuesta política clara" y de lo que "podemos hacer si nos dan la oportunidad". Se diferenció de "los políticos de siempre" antes de bailar con su esposa, Juliana, y con su hija Antonia. Y claro, también con Michetti.
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