Michetti criticó al ex vicepresidente y dijo que dejó "un enorme desorden" en la Cámara alta

La gestión de Amado Boudou al frente del Senado se puede resumir en tres palabras, según la opinión de la vicepresidenta Gabriela Michetti : "desorden", "aberrante" y "disparatada".

La auditoría de los cuatro años en los que Boudou estuvo al frente de la Cámara alta tardó un mes más de lo previsto y los resultados son desalentadores. "Encontramos un enorme desorden. Todo lo que eran contrataciones y compras no tienen un expediente abierto, documentación ni se hicieron licitaciones", detalló ayer Michetti en declaraciones a LA NACION pm. "En los precios había relaciones disparatadas. Algo que antes pagábamos $ 7 se podía pagar a $ 1", describió la vicepresidenta en una entrevista con el periodista Juan Miceli .

La compañera de gobierno del presidente Mauricio Macri también afirmó que el resultado general de la auditoría da cuenta de que "todo estaba manejado de una manera como quien no quiere ni respeta el dinero de la gente" y que se debe "hacer una enorme "reestructuración".

Parte de ese reordenamiento del Senado fue el que se inició poco después de la asunción del nuevo gobierno, cuando comenzaron los despidos de empleados contratados a último momento al final de la gestión kirchnerista. "Lo que encontramos en recursos humanos fue aberrante. Se nombró al doble de la planta permanente en diez meses con gente que en la mayoría eran militantes con sueldos altos y que no iban a trabajar."

Gestión macrista

Además de la herencia de su predecesor, la vicepresidenta habló sobre los temas que involucran a la gestión actual, como el anuncio del Presidente sobre la repatriación del dinero que tenía depositado en una cuenta en Bahamas, la relación con el papa Francisco y el vínculo con el peronismo.

"[La repatriación] es una medida lógica, razonable. Es una manera de tratar de que todos los que formamos parte del Gobierno demos el ejemplo. Ojalá hubiéramos tenido funcionarios ejemplares antes. Por algo estamos como estamos", sostuvo Michetti.

En tanto, la vicepresidenta admitió que hay roces en la relación con el Papa, aunque afirmó que el propio Jorge Bergoglio le dijo a ella que "no cree que Macri sea mala persona" y que lo considera "de buena madera" para gobernar. "El problema es que el Papa tiene dudas sobre hacia dónde va nuestro proyecto. La única manera de sanarlo es que haya una conversación absolutamente relajada y sin intermediarios entre Macri y Francisco", dijo.

Por su parte, Michetti también se refirió a la relación del gobierno de Cambiemos con el peronismo y la posibilidad de un acuerdo de gobernabilidad, que considera lejano, al menos por el momento. "Hay demasiada fragmentación. Sí se puede trabajar en un acuerdo parlamentario con leyes del Gobierno y la oposición que se quieren sancionar este año. Estamos camino de lograrlo", concluyó Michetti.

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