En medio de las tensiones, Luis Lacalle Pou viaja a Buenos Aires para reunirse con Alberto Fernández
Cenarán mañana en Olivos; en la Casa Rosada dijeron que los mandatarios tienen diferentes miradas sobre el futuro del Mercosur, pero que buscarán acercar posiciones
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En medio de un clima de tensión y disidencias en torno al futuro del Mercosur, el presidente de Uruguay, Luis Lacalle Pou, viajará este viernes a Buenos Aires para reunirse con su par argentino, Alberto Fernández. Cenarán en la quinta de Olivos y serán también de la partida el canciller uruguayo, Francisco Bustillo, y su par argentino Felipe Solá.
Fuentes del gobierno argentino dijeron a LA NACION que si bien ambos presidentes “tienen diferentes miradas, la relación personal entre ambos es muy buena y la finalidad es que nos vaya bien juntos”, por lo que buscarán acercar posiciones. Según afirman cerca del Presidente, en la previa de la reciente asunción de Pedro Castillo como presidente de Perú, Fernández y Lacalle Pou se encontraron y acordaron que volverían a verse en forma presencial. Será el primer viaje de Lacalle Pou como presidente a Buenos Aires, y su último encuentro se dio en la residencia Anchorena, que el mandatario uruguayo ocupa cerca de Colonia.
El encuentro se da en momentos en que la tensión a ambos lados del Río de la Plata parecía extenderse. Separados por la flexibilización de acuerdos unilaterales con países extra-Mercosur que propone el presidente uruguayo, el gobierno de Fernández buscó en las últimas semanas “seducir” a Brasil con un rebaja consensuada del Arancel Externo Común, y así dejar en soledad a Uruguay, que insiste en su postura y asegura que el presidente Jair Bolsonaro apoya los acuerdos por fuera del Mercosur para atraer inversiones y generar bienestar en ambos países.
En la cancillería argentina leyeron en clave positiva la reunión del lunes de coordinadores nacionales del Mercosur, la primera desde que Brasil asumió la presidencia pro tempore del bloque común. “La presidencia brasileña buscará impulsar la agenda de tratados de libre comercio con socios externos, el proceso de revisión del Arancel Externo Común (AEC) y los vínculos en temas ‘no arancelarios’, como el comercio de servicios, las inversiones y la agenda digital”, expresó Itamaraty a través de las redes sociales luego del encuentro, sin menciones concretas a la “flexibilización” que propone Uruguay, sobre todo con la mente puesta en un acuerdo macro con China.
El acuerdo con Brasil por el AEC (Brasil propone una baja drástica de todos los aranceles, Argentina acepta un 75 por ciento de los productos y protege a sectores como automóviles y textiles) fue tema de conversación del embajador argentino Daniel Scioli y funcionarios de Jair Bolsonaro, que el miércoles le “festejó” su primer aniversario como embajador, con torta y velita incluidas. “A Brasil le interesa bajar aranceles, no los notamos muy entusiasmados con abrir todo y romper reglas básicas del Mercosur porque alguien se corta solo”, comentó una fuente oficial con conocimiento del vínculo bilateral, y con el lenguaje que utiliza el Presidente.
Desde el gobierno de Lacalle Pou la postura es bien distinta. “En el último encuentro de presidentes, Brasil no objetó la posición de Uruguay, la acompañó, y al día siguiente Bolsonaro explícitamente la respaldó. Uruguay entiende que al momento esa es la posición de Brasil”, afirmaron a LA NACION cerca del canciller uruguayo. Las fuentes agregaron que también en la previa de la reciente asunción de Castillo en Perú, Bustillo se reunió con su par de Brasil, Carlos Franca, “y nada cambió”. “La flexibilización pasa más por lo político que por los coordinadores”, resumen desde Montevideo.
El gobierno de Uruguay también desmiente que Bustillo no haya querido referirse a la flexibilización “porque se está negociando” en su última visita al Congreso de ese país, el pasado 4 de agosto, un dato que tampoco pasó desapercibido en la cancillería argentina. “Nos parecía que no era el momento ni el ámbito para tratar ese tema, era una rendición de cuentas de lo actuado. Nuestro plan de inserción ya se había presentado en febrero y no tenemos problema en volver a explicarlo en las comisiones que corresponden”, retrucaron desde la cancillería de Uruguay.
En tren de explicar las desavenencias, cerca del canciller Felipe Solá creen que “el antiargentinismo es consumido por un buen sector de la sociedad en Uruguay”, y que eso explica la posición de Lacalle Pou, que sostuvo un duro encontronazo con el Presidente en aquella cumbre por los 30 años del Mercosur en la que el uruguayo habló de “lastre” y Fernández terminó invitándolo a “abandonar el barco”. Hace unos días, Lacalle Pou pidió “dejar de lado la política más ideológica”, que atribuye a la Argentina.
De todos modos, los vasos comunicantes siguieron abiertos, sobre todo en lo relacionado con el inminente retorno del turismo binacional de cara a la próxima temporada, con “diálogo permanente” entre el ministro de Turismo, Matías Lammens, y su colega de Uruguay, Germán Cardoso.
Lacalle Pou anunció días atrás que, con la mejora de los índices sanitarios en Uruguay, el 1° de septiembre se abrirán las fronteras a extranjeros con propiedades en ese país, incluyendo obviamente a los residentes argentinos. “Es una decisión soberana de Uruguay, estamos en contacto pero no consultamos a Argentina”, aclararon desde el gobierno uruguayo. Ese será otro de los temas centrales del encuentro de este viernes, en el que los vecinos intentarán ponerse de acuerdo para arrancar una nueva etapa.
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