Mensajes cifrados y estocadas: los destinatarios de los primeros dardos de Cristina Kirchner
La vicepresidenta inició la entrevista apuntando a “la casta” y, de inmediato, se dedicó de lleno a nombrar a jueces que la investigaron
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Cada aparición pública de Cristina Kirchner paraliza al oficialismo y, por más que busquen disimularlo, pone en guardia a más de un opositor. No importa si la realidad la muestra en auge o caída, la vicepresidenta suele destinar en sus presentaciones guiños, dardos y duras estocadas que no siempre llevan a su destinatario identificado con nombre y apellido, pero igual rara vez pasan desapercibidas. La entrevista que decidió dar este jueves por en la señal kirchnerista C5N no fue la excepción.
“La casta”, y por ende Javier Milei, fue su primera alusión a un tercero. Fue cuando dijo que hacía años que no pisaba un set de televisión y que, de hecho, solo le “ganaba” Máximo Kirchner en dar pocas entrevistas. “Tanto que hablan de ‘la casta’. Hacer política en los sets de televisión y en los tribunales es lo más fácil que hay”, dijo Cristina. “El tema es cuando te toca ser gobierno”.
Su segundo objetivo fue la Justicia en general y la Corte Suprema en particular, a la que definió como un “dispositivo de persecución”. El “partido judicial” y los jueces que viajaron a Lago Escondido -nombró solamente a Julián Ercolini- engrosaron la lista de destinatarios de sus dardos. “El dispositivo de poder, empezando por la Corte y por lugares muy puntuales del sistema federal se ha convertido en un dispositivo de persecución política y fundamentalmente de debilitamiento del peronismo, asociado con el partido Juntos por el Cambio”, afirmó.
“El juez que me procesó por Vialidad y metió presos a los dueños de este canal, armando facturas truchas para ocultar las dádivas después de haber viajado con los jefes de Clarín”, continuó señalando a Ercolini, en referencia a los supuestos chats filtrados ilegalmente donde los jueces y funcionarios conversaban sobre cómo presentar comprobantes sobre el viaje al Sur.
Luego aludió al exadministrador de la Corte Daniel Marchi, pero esta vez para usarlo como fuente de una acusación. “Esta persona dice que el juez [Horacio] Rosatti pagó contratos a la Cámara de Casación, concretamente al juez Diego Barroetaveña, que tiene a su cargo más de un expediente que involucra a la vicepresidenta.
Luego volvió sobre la Corte y en particular sobre Rosatti, Carlos Rosenkrantz y Juan Carlos Maqueda. “Vienen por el sistema democrático. Una Corte que se ha constituido en una camarilla de tres personas, con dos de sus jueces designados por decreto por el anterior presidente [Mauricio Macri] y se comporta de esta manera, debería preocupar a todos”, afirmó.
“Parece que se van a animar a todo”, continuó sobre la Corte, para responsabilizarla sobre su decisión de no ser candidata. La frase aludió a las cautelares que suspendieron los comicios a gobernador en San Juan y Tucumán y a la posibilidad de que el máximo tribunal intervenga en el proceso electoral de Formosa.
“Me encanta Maslatón, no pienso en nada como él pero me encanta, me divierte mucho”, afirmó. Su primer elogio apuntó a Carlos Maslatón, dirigente liberal exaliado de Javier Milei y defensor de la economía en negro -“barrani”, según sus palabras- que viró hacia el oficialismo en los últimos meses y ahora integra el equipo del programa Duro de Domar.
Lo que siguieron fueros conceptos con respaldos y críticas más o menos solapadas a las intervenciones del Ministerio de Economía y el Banco Central en el mercado cambiario, pero Cristina Kirchner se cuidó de no apuntar hacia sus titulares, Sergio Massa y Miguel Pesce.
“Ahí está Sergio Massa haciendo magia”, afirmó el entrevistador. “Así es”, dijo Cristina. “Yo creo que agarró una papa caliente”, continuó, para alejar de inmediato la lupa del ministro de Economía. “Creo que es una verdad de perogrullo, cualquier argentino puede verlo: estamos con dificultades y necesitamos revistar ese acuerdo con el FMI”, continuó la vicepresidenta, para luego insistir con idea de la necesidad de un acuerdo entre todos los partidos políticos sobre la “economía bimonetaria”. Si la tropa del Frente Renovador esperaba un guiño político a su jefe, el gesto no llegó.
Axel Kicillof se coló en la entrevista a través de una pregunta sobre la posibilidad de desdoblar la elección bonaerense. Cristina Kirchner no dedicó gestos a su exministro de Economía ni tampoco fijó una postura sobre el escenario que analiza el gobernador, al que no mencionó.
El primer dardo interno, destinado a Alberto Fernández, llegaría al hablar sobre las elecciones de 2019. Cristina Kirchner recordó que el Frente de Todos había ganado por una diferencia de 15 puntos en las PASO y que entonces se produjo “un cambio en la conducción de la campaña” a partir del cual perdieron puntos y diputados en las elecciones generales. Agregó que antes de ese cambio, ella y el kirchnerismo eran parte de las discusiones semanales. “Después comenzaron a tallar otras voces”, añadió y dio como un ejemplo de los errores de esa campaña el momento en que Alberto Fernández dijo que le parecía bien un dólar a $60. “No quiero ahondar en el tema”, completó, pero ya había dejado su mensaje: que las diferencias con Alberto Fernández comenzaron antes de que pusiera un pie en la Casa Rosada.
De todos modos, evitó tomar mayor distancia de gobierno del Frente de Todos. “Creo, asimismo, que nuestro gobierno, el gobierno del Frente de Todos, fue infinitamente mejor de lo que hubiera sido un gobierno reelecto de Macri”.
Milei volvió a tallar en la conversación, nuevamente silenciado. La vicepresidenta prefirió hablar del “tercer tercio” del electorado, el de “la frustración”, sin nombrar al economista. “Ahora, que me digan que vamos a mejorar esto volviendo a recetas del pasado, me parece que no”, afirmó, en una alusión solapada al libertario.
El elogio más claro tendría como destinatario a su hijo. “Creo que Máximo fue el gran artífice del acercamiento de Sergio [Massa] al Frente de Todos. Había que asegurar el triunfo del peronismo y la única manera era reagrupar las fuerzas. Fue una buena estrategia”, afirmó, sobre la conformación del Frente de Todos en 2019 y su decisión de colocarse como vicepresidenta de Alberto Fernández. “Después -recordó- todo depende de la gestión”, agregó, sobre el derrotero del Gobierno y en un nuevo dardo al Presidente.
Aclaró, de todos modos, que lejos está de dejarse llevar por rencores. “Si yo tuviera que hacer un archivo de los dirigentes [que hablaron mal de mí] me quedo con Máximo, con Wado, El Cuervo y algunos otros”, dijo entre sonrisas, sin necesidad de recordar las críticas que recibió antes de 2019 de parte de Fernández, Massa y otros miembros del Frente de Todos.
Cristina Kirchner vinculó el intento de asesinato que sufrió el 1° de septiembre con los “ataques” e “intentos de deshumanización” en su contra, por los que apuntó a los medios de comunicación y a sus directivos -”los Magnetto, los Saguier, los Rendo”, dijo-. Y luego afirmó que su preocupación luego del atentado pasa por la salud de su hija, Florencia.
Sobre el final, apuntó contra la diputada María Eugenia Vidal, que tras perder la gobernación bonaerense se mudó a Recoleta. “Vivo en el mismo departamento que vivía antes de ir a Olivos. No fui a Recoleta después de Olivos, como algunas otras vecinas que tenemos en el barrio que tuvieron la suerte de encontrar un amigo que tenía un departamento y que además le dio los dólares para comprarlo. Sin embargo la chorra soy yo, y ella...”, disparó la vicepresidenta. “Tampoco tengo una hermana que haya blanqueado 35 millones de dólares ni salí en los Panama Papers”, agregó, en alusión nuevamente a Macri.
No solo se trató de la primera visita de Cristina Kirchner a un estudio de televisión desde la campaña electoral de 2017 sino que además sucede a la carta pública que difundió el martes último para ratificar su decisión de no ser candidata a ningún cargo este año.
La gran incógnita que atraía como un imán las miradas del ambiente político era si Cristina Kirchner iba a dar alguna pista más concreta de qué postulante presidencial apoyará, cómo ve la disputa en la provincia de Buenos Aires y cuál es su visión sobre la realización o no de las PASO.
En las puertas del canal, en Colegiales, se juntó un centenar de seguidores detrás de un vallado de seguridad. “Ella o nadie”, decía un cartel escrito a mano de uno de los asistentes. Otros colgaron banderas argentinas con el nombre de la vicepresidenta. “Queremos pedirle que revea su decisión, que sea candidata”, dijo una mujer, con una vincha celeste y blanca en la cabeza con las siglas CFK. “¡Que se presente igual, rompamos la proscripción!”, añadía otro de los simpatizantes. “Ni presa ni muerta”; ponía otra camiseta que exhibía uno de los manifestantes.
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