Menem apura una dolarización de hecho
El proyecto causó reacciones adversas en la Alianza; Duhalde no se definió aún
El presidente Carlos Menem apuró ayer a sus ministros para que avancen en una dolarización de hecho y no se descarta un decreto que autorice a las empresas y al Estado a pagar en dólares tanto los sueldos como los impuestos y a proveedores.
"La dolarización es prioridad número uno desde ahora; quiero que se concrete antes de terminar mi mandato", dijo Menem ante su gabinete en la reunión semanal, en la residencia presidencial de Olivos.
El controvertido asunto causó reacciones adversas tanto dentro del propio partido oficialista como en la Alianza.
El precandidato presidencial del PJ Eduardo Duhalde, en diálogo con La Nación , dijo: "No rechazo ni acepto la dolarización". Empero, su virtual aliado Domingo Cavallo la rechaza categóricamente.
Para el economista de la Alianza José Luis Machinea, el proyecto "es un disparate".
En rigor, con la nueva embestida, anticipada por La Nación el domingo último, Menem procuró enviar una señal contundente a los mercados, con el fin de restablecer la confianza ante las últimas versiones sobre una probable devaluación. "Es una prueba categórica de que no se saldrá de la convertibilidad", dijo una fuente de la Casa Rosada.
En lo político se interpreta que el jefe del Estado espera el respaldo de los Estados Unidos en momentos en que pierde poder por el inminente final de su mandato presidencial.
Desde Washington, empero, el viceministro de Economía, Pablo Guidotti, dijo a La Nación que la dolarización "no es una cuestión inminente" y que "llevará años poder instrumentarla".
El secretario de Planeamiento Estratégico, Jorge Castro, viajará a los Estados Unidos la semana próxima para explicar el proyecto ante sectores políticos.
Menem pidió apurar la dolarización
Quiere concretarla antes de diciembre; autorizarían a pagar sueldos e impuestos en dólares; rechazo opositor y dudas de Duhalde
El presidente Carlos Menem ratificó ayer ante sus ministros que procura concretar la dolarización antes de que termine su mandato presidencial, el 10 de diciembre próximo, por lo cual ordenó apurar el proceso tendiente a instituir en la Argentina el dólar como moneda de curso legal. "Es a partir de ahora primera prioridad", dijo el jefe del Estado.
"La idea es que el Estado pague todas sus obligaciones en moneda norteamericana", dijo una fuente vinculada con ese proyecto.
La propuesta, tal como se esperaba, se topó con opiniones adversas dentro del PJ y en la Alianza.
La nueva embestida de Menem, anticipada por La Nación en su edición del domingo último, tiene un propósito económico y otro político. Por un lado, el Presidente procura enviar una señal categórica a los mercados para llevar confianza, en medio de incertidumbres sobre la convertibilidad, y así neutralizar definitivamente las versiones acerca de la devaluación del peso. "Esto es profundizar la convertibilidad", se explicó.
Por otro lado, el costado político reside en que Menem busca, de este modo, respaldo en los Estados Unidos, al percibir que el poder se le diluye sobre el final de su mandato. "Esto requiere de un acuerdo imprescindible con los Estados Unidos", dijo.
Otro mensaje de calma que el Gobierno se propone enviar a los mercados es la sanción en forma urgente de la ley de equilibrio fiscal, conocida como "convertibilidad fiscal".
Según trascendió en el Gobierno, tras la reunión de gabinete semanal, el primer efecto visible de la dolarización se registraría en la promulgación de diversos decretos de la Casa Rosada que buscarían crear la sensación de una dolarización de hecho. En los borradores, se proyecta la posibilidad de que, entre otras cosas, esas normas dispongan:
- La autorización a empresas para pagar los sueldos en dólares.
- El pago de haberes del Estado en la misma moneda.
- La autorización para pagar impuestos en moneda norteamericana.
- El pago también en dólares a proveedores del Estado.
Hasta anoche no había ingresado ningún proyecto de decreto sobre ese asunto particular en la Secretaría Legal y Técnica, según aseguraron a La Nación fuentes confiables.
Acelerador y freno
Dentro del Gobierno, como principales ejecutores del proyecto del presidente Menem actúan el ministro de Economía, Roque Fernández; el presidente del Banco Central, Pedro Pou, y el secretario de Planeamiento Estratégico, Jorge Castro.
En la reunión de gabinete, que se realizó en la residencia presidencial de Olivos, se dispuso también proponer la creación de un grupo de trabajo binacional entre funcionarios de la Argentina y de los Estados Unidos. El objetivo reside en imprimir velocidad a la dolarización, y se compondría por miembros del Banco Central y de la Reserva Federal norteamericana.
El comité avanzará en los acuerdos y los instrumentos necesarios para materializar la dolarización.
"Quiero concretarla antes del fin de mi mandato", dijo Menem, tras un informe de Pou, a quien el Presidente dio su "respaldo absoluto", pese a que fue procesado en la Justicia por supuestas irregularidades en las caídas de los bancos Mayo y Patricios.
El titular del Banco Central había dicho que los EE. UU. enviaron señales de interés en el proyecto y que algunos senadores de ese país llegaron a opinar que "los Estados Unidos deben financiar los gastos que el proceso de dolarización origine".
Una vez más, Jorge Castro intervino para defender la dolarización, al señalar que la "Argentina es el país más dolarizado del mundo, porque posee 20.000 millones de dólares en circulación, el índice más elevado en relación con la población".
El Gobierno promueve el objetivo de firmar un tratado de unión monetaria con los Estados Unidos dentro de los próximos meses.
Castro viajará la semana próxima a ese país en una "misión de esclarecimiento". El funcionario visitará ámbitos políticos, como el Congreso y el Departamento de Estado.
Sin embargo, el equipo de Roque Fernández intenta bajar las expectativas que creó el ala política del menemismo. Desde Washington, el viceministro de Economía, Pablo Guidotti, dijo a La Nación que la dolarización "no es inminente y llevará años" instrumentarla. Guidotti aclaró que necesitará del consenso y del acuerdo de los Congresos de la Argentina y de los Estados Unidos.
El segundo de Fernández señaló que el Gobierno planteó la dolarización "como un proceso para profundizar la convertibilidad" y para explorar un acuerdo con los Estados Unidos "sin perder el señoreaje ".
El señoreaje es el pago que la Argentina recibe de ese país por utilizar sus dólares como reserva.
Críticas opositoras
El gobernador bonaerense y precandidato presidencial del PJ, Eduardo Duhalde, dijo: "No rechazo ni acepto la dolarización. Tengo dudas y, antes de formar mi opinión, quiero consultar con los hombres que tienen distintas posturas sobre el tema".
En diálogo con La Nación , agregó: "Si la dolarización avanza, voy a hablar con los economistas Guillermo Calvo, Pou, Domingo Cavallo, Jorge Remes Lenicov y Ricardo Gutiérrez". Tanto Remes Lenicov como Cavallo rechazan la dolarización.
Desde la Alianza, en cambio, el economista José Luis Machinea afirmó que la dolarización por decreto "es un verdadero disparate que desprestigia y debilita la convertibilidad".
El titular de la Comisión de Presupuesto de Diputados, Oscar Lamberto, condenó la idea de dolarizar por decreto. "Se cometería un gravísimo error", dijo, si el proyecto no pasa por el Congreso.
Posiciones
- Eduardo Duhalde: "No rechazo ni acepto la dolarización. Tengo dudas y, antes de formar mi opinión personal, quiero consultar con hombres que tienen distintas posturas sobre el tema".
- Pablo Guidotti: "No es una cuestión inminente. Llevará varios años. La dolarización está planteada para profundizar la convertibilidad. El sistema en vigencia prevé que si los argentinos quieren usar el dólar como moneda, pueden hacerlo".
- Carlos Corach: "El tema será analizado cuidadosamente. Lo que el Presidente ha puesto en el debate es ir paulatinamente a una moneda única en el ámbito de las Américas, que sería el dólar, de alguna manera, como el euro en la Unión E uropea".
- José Luis Machinea: "El Gobierno desprestigia y debilita la convertibilidad al insistir con la dolarización de la economía. Que alguien esté pensando en aplicar esto con un decreto de necesidad y urgencia me parece un verdadero disparate".
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