Menem admitió que se pagaban sobresueldos

Carlos Menem admitió ayer lo que siempre había negado: que los funcionarios de su gobierno cobraron sobresueldos. Adujo que era una práctica común en la Casa Rosada desde los 70, con lo que potenció el escándalo.

El ex presidente reconoció los pagos en una entrevista que publicó el diario chileno El Mercurio, en la que también dijo que no le "afecta en lo más mínimo" la condena a tres años de prisión que recayó sobre María Julia Alsogaray por enriquecimiento ilícito.

Menem fue noticia ayer por partida doble, ya que obtuvo su primer triunfo parcial en su larga batalla con la justicia argentina. El ministro de la Corte chilena que analiza los dos pedidos de extradición cursados en su contra rechazó el del juez federal Norberto Oyarbide por cuestiones formales.

El magistrado Humberto Espejo Zúñiga declaró "inadmisible" la solicitud de Oyarbide, tras estimar que el juez argentino sólo quiere que el ex presidente comparezca ante él para indagarlo por segunda vez por el presunto delito de omisión maliciosa en sus declaraciones juradas de datos sobre US$ 600.000 depositados en Suiza.

Espejo recordó que Menem se negó a declarar en esa causa, pero que por ese incumplimiento ante un trámite procesal no puede admitirse la solicitud según la Convención de Montevideo de 1933. "Habiéndose establecido que la detención de Carlos Saúl Menem es tan sólo una sanción por incumplimiento de los trámites procesales, no procede tramitar la extradición por ese solo motivo, y es del caso declararla inadmisible", concluyó.

"El rechazo se ajusta a derecho", dijo a LA NACION el abogado que el ex presidente contrató en Chile, Gabriel Zaliasnik, que sostuvo que la presentación de Oyarbide "no cumplió con las formalidades de una solicitud de extradición y por eso habíamos hecho un planteo de inadmisibilidad".

Pero los pedidos de captura internacional contra Menem siguen vigentes. Tanto el dispuesto por Oyarbide, como por su par Jorge Urso, quien quiere indagarlo por su presunta responsabilidad en la licitación y construcción de dos cárceles federales.

El ex presidente no puede, por lo tanto, poner un pie en un aeropuerto o frontera chilena porque será arrestado por Interpol. "No se imaginen que por lo que dijo Chile se murió la causa en la Argentina. Cuando (Menem) pise la frontera sí que va a haber problemas. Bueno, problemas... va a ser detenido para que sea remitido a la justicia argentina", afirmó Oyarbide en declaraciones radiales.

El juez no fue notificado aún del rechazo en forma oficial, aunque evaluará ahora cómo reiterar el pedido de extradición, basado en que Espejo completó una evaluación parcial de su requerimiento, sin abordar la acusación penal completa, comentó a LA NACION un colaborador de Oyarbide.

"En el pedido no se hizo hincapié en la omisión maliciosa, porque somos el único país del mundo que tiene esa figura penal, sino en otra, que sí tiene equivalente en Chile: la falsedad ideológica de instrumento público", explicó el funcionario.

Cal y arena

Pero Menem y sus abogados confían en que Chile desactive ahora el segundo pedido de extradición. "El ministro de la Corte interviniente, en forma elegante, solicitó a la justicia argentina que le envíe una copia del procesamiento dictado por Urso en la causa. Cuando se confirme que no hay tal procesamiento, también se caerá este pedido", afirmó Zaliasnik.

Aun así, Menem abrió ayer otro frente de tormenta judicial al admitir el pago generalizado de sobresueldos a los funcionarios de su gobierno, lo que es investigado por los jueces federales Jorge Luis Ballestero y Rodolfo Canicoba Corral.

El ex presidente reconoció la entrega de dinero en negro al abordar lo que Alsogaray denunció para explicar su enriquecimiento. "En todos los gobiernos que se sucedieron en esa época los funcionarios recibían una especie de sobresueldo", admitió Menem a El Mercurio. "Inclusive entre los funcionarios de la Dirección General Impositiva de la Argentina, como el doctor (Ricardo) Cossio, quien recibía 4000 pesos al mes", recordó.

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