Melillo, otro ex ARI que cambió de camiseta
Pertenecer tiene sus privilegios, rezaba aquel exitoso eslogan publicitario de la década menemista. Algo muy parecido habrá sentido Fernando Melillo, el ex diputado y presidente de ARI porteño, que un año y medio después de abandonar las filas de Elisa Carrió acaba de recibir su tarjeta vip de ingreso en el universo kirchnerista: la confirmación de su flamante puesto en la cartera de Medio Ambiente, que encabeza Romina Picolotti.
En julio de 2006, y luego de una reunión con Carrió, Melillo hizo públicas sus "disidencias con la forma de construcción política" que la separaban de la fundadora de ARI. Renunció a sus cargos partidarios y juró que no saltaría al kirchnerismo, mientras Carrió denunciaba una operación del Gobierno para "socavar" su liderazgo. Un mes y medio después, aparecieron sus primeras fotos con dirigentes de la llamada transversalidad.
Se refugió entonces en su banca de la Legislatura porteña, y su mandato culminó en diciembre último. De la mano del jefe de Gabinete, Alberto Fernández, recorrió durante todo ese tiempo el camino hacia la Casa Rosada. Luego de unos meses de incertidumbre, el ex dirigente frepasista recaló en la Secretaría de Medio Ambiente. Es, desde anteayer, subsecretario de Coordinación de Políticas Ambientales.
"No soy un traidor ni un Borocotó. A dirigentes con una trayectoria como la mía, el kirchnerismo les dio más lugar que la Alianza", dice Melillo, pipa en mano, en su amplio despacho del primer piso de la secretaría.
Debajo de una foto de Arturo Jauretche, parece tranquilo, alisa con obsesión su barba y se entusiasma con su rol de coordinación "con el Parlamento, los gobernadores y las organizaciones de la sociedad civil".
En diálogo con LA NACION, Melillo se esfuerza en definir como "natural" el que muchos dirigentes que estuvieron muy cerca de Carrió, como Graciela Ocaña, Rafael Romá, José "Pepe" Nun y Marcela Bordenave, entre otros, terminen ocupando cargos en el Gobierno. "Carrió plantea que este gobierno es lo peor que le puede pasar a la Argentina. Y yo no pienso eso, de ninguna manera."
-Pero usted estuvo muchos años a su lado, en un rol opositor...
-A ver... ARI nació como oposición al menemismo, luego a la Alianza y al duhaldismo. Carrió siempre define su política como opositora a algo, pero el panorama cambió cuando este gobierno hizo muchas de las cosas que queríamos hacer, sobre todo en derechos humanos, cambios en la Corte Suprema.
-Se quejó de falta de debate en ARI. ¿Plantea críticas ahora?
-Nada sustantivo se discute hoy en ningún partido. En ARI no hay discusiones internas desde fines de 2004, y en el kirchnerismo también hay un sistema centralizado de toma de decisiones. Hay que trabajar para que no todo termine otra vez en PJ contra UCR, con las viejas prácticas y los vicios de esos partidos.
-¿ Cree que Kirchner realmente quiere democratizar el PJ?
-Lo que sé es que no alcanza con quejarnos de la hegemonía si después, como centroizquierda, no nos organizamos en torno de valores y principios, y confluimos desde ese lugar.
-¿Carrió se derechizó, como dicen en el Gobierno?
-Lo cierto es que va sumando siempre por derecha. En 2002 su discurso entraba en los sectores populares; hoy los votos los saca de otros lados.
-Habla de principios, pero en el Gobierno que integra hay funcionarios cuestionados como De Vido, Moreno, Jaime...
-Sí, pero también estamos nosotros [se ríe].
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