Máximo Kirchner y “Wado” De Pedro tallan fuerte y pierde fuerza el operativo clamor “Cristina 2023″
El diputado habló de ir a una PASO y se consolidó esa postura por sobre los que piden que Cristina sea la candidata; dudas por la gira de actos que impulsó Larroque; desconcierto K
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Un dirigente que integra la llamada “mesa de Ensenada” -bautizada así por los encuentros periódicos de referentes ultrakirchneristas en Punta Lara- comenzó a telefonear a sus compañeros el Viernes Santo. “¿Dónde estamos parados? ¿Cómo seguimos?”, les preguntó, totalmente desconcertado. “Es muy espasmódico, no tenemos línea”, se quejó tras su ronda de llamadas.
El referente, un kirchnerista del primer kirchnerismo, refleja lo que sienten varios seguidores de la vice, que ven que el operativo clamor para que Cristina Kirchner sea candidata a presidenta perdió sentido y fuerza. Si la gira por el interior del país con la bandera “Cristina 2023″ continúa, entienden, es más para sostener la centralidad del kirchnerismo que para que ella realmente revea su decisión de no ser candidata a nada.
“Cristina presidenta siempre fue una utopía, pero la realidad es más importante que cualquier deseo. Lo que hoy persiste es un estado de movilización para que la centralidad de ella sea indiscutible”, dijo a LA NACION un colaborador muy involucrado en los eventos del operativo clamor por la vice.
El punto de inflexión fue el 24 de marzo, el día que Máximo Kirchner habló de ir a una PASO con Alberto Fernández. Hacía tiempo que la cúpula de La Cámpora desplegaba dos tácticas. Por un lado, Andrés “Cuervo” Larroque trabajaba para “romper la proscripción” de Cristina Kirchner a partir de un clima político callejero que le permitiera a la vice volver sobre sus pasos y subirse a la boleta como la candidata del espacio. La “mesa de Ensenada” fue el comando de operaciones de ese objetivo.
Por otro lado se movió Eduardo “Wado” De Pedro, en un precalentamiento para ser el candidato presidente y delfín de la vice. El ministro del Interior no solo subió el perfil, sino que también comenzó a disponer de recursos para una eventual campaña. Tanto Larroque como De Pedro actuaron autorizados por la vice, hijos de su doble juego.
En esa tensión fue que finalmente talló Máximo Kirchner cuando lanzó: “Si alguien se enoja, la sociedad define”. El hijo de la vice venía en una sintonía distinta: tras varios meses de resignación y repliegue, pujaba para que Cristina Kirchner se posicione como la gran electora del peronismo. Él siempre quiso que su madre tuviera el control de la lapicera, no que fuera candidata.
“Máximo empezó a pedir que vayamos a una PASO, lo contrario de lo que venía diciendo. Sobre esa frase de Máximo, Wado se tiró de cabeza y consolidó esa postura: ahora el kirchnerismo desafía al Presidente a una interna. Esa mirada gana la escena sobre el operativo clamor para que Cristina sea candidata a presidenta… porque si hay PASO es porque no juega ella”, reflexionó un importante colaborador del kirchnerismo.
La postura de Máximo Kirchner y De Pedro se traduce en hechos: hay conversaciones discretas entre ellos y varios colaboradores de Alberto Fernández para fijar las pautas de una eventual interna.
La aceptación de las PASO, no obstante, viene de la mano de otra jugada: el camporismo lo desafía al Presidente a que arme “su propia lista”. Es decir, lo aisla en la interna porque en rigor espera que el jefe de Estado desista de competir antes de la inscripción de las candidaturas. Caso contrario, están convencidos de poder ganarle en agosto.
Ayer, Aníbal Fernández -que defiende al jefe de Estado como librepensador aunque sin un freno de la Casa Rosada- redobló la apuesta y dijo que “el Presidente tendría que ser el candidato” y que “todos los que se la pasaron tirando piedras, como Wado o El Cuervo, tendrían acompañarlo”.
De Chaco a La Rioja
Con todo este telón de fondo se desarrolló hace una semana el acto en Chaco para inaugurar la gira por el interior del país del clamor “Cristina 2023″. La propia vice le había bajado la instrucción a Larroque para que la movida, que tuvo su punto más álgido en Avellaneda, continuara en esa provincia y luego en La Rioja.
Pero el acto en Resistencia quedó muy desguarnecido. No asistieron las principales figuras nacionales del kirchnerismo y el argumento elegante fue que se trató de un evento “regional”, del noreste. En la previa, Máximo Kirchner avisó que no iba por un compromiso personal. Y hubo dudas en torno a De Pedro. El gobernador local, Jorge Capitanich, también tiene aspiraciones presidenciales y la presencia del ministro del Interior llevaba implícita una pelea de cartel. Finalmente Wado se bajó.
La mayor sorpresa en Resistencia fue la ausencia a último momento de Larroque, principal promotor y planner del operativo clamor. “Se definió dejarle el protagonismo a Coqui”, argumentaron en La Cámpora. Otro referente del kirchnerismo se indignó: “Le vaciamos el acto, no sé por qué”. Según uno de los presentes, ni siquiera el gobernador de Formosa, Gildo Insfrán, envió demasiada gente.
Hacia adelante, lo que sigue en el cronograma del kirchnerismo es la movilización al Palacio de Tribunales, el próximo jueves, bajo el título “Democracia o mafia judicial”. Esa consigna es más aglutinante porque, más allá de las candidaturas, busca instalar la presunta “proscripción” de la vice, aunque sobre ella solo pesa un fallo de primera instancia.
La cita de La Rioja no tiene fecha. Pero todos creen que pasará al menos un mes, porque se hará una vez que la provincia vote a gobernador.
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