Máximo Kirchner volvió a la Cámara de Diputados y en el oficialismo esperan que no boicotee el acuerdo con el FMI
Luego de su ausencia en la Asamblea Legislativa, el primogénito regresó a Buenos Aires; La Cámpora subió el tono de su rechazo, pero en el Frente de Todos le reclaman abstención
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Máximo Kirchner reapareció hoy en la Cámara de Diputados tras el faltazo del martes a la Asamblea Legislativa. Llegó acompañado por un colaborador y de inmediato se dirigió a su nuevo despacho, ya que debió dejarle el que ocupaba a Germán Martínez, su sucesor al comando del bloque del Frente de Todos. En medio de la incertidumbre, el oficialismo sigue pendiente de una señal del primogénito para saber si votará dividido el acuerdo con el Fondo Monetario Internacional (FMI) o si el kirchnerismo le hará al presidente Alberto Fernández, al menos, el gesto de abstenerse en el momento de la definición.
Sin embargo, esta noche La Cámpora subió el tono de su rechazo al FMI, mediante un video que rescata un discurso muy crítico de Néstor Kirchner en 2005. Desde la agrupación que lidera Máximo Kirchner aclararon que “es una visión sobre lo que es el Fondo para nosotros, pero no un posicionamiento de cómo se va a votar, porque eso aún no se sabe”.
“El Fondo Monetario Internacional ha actuado como promotor y vehículo de políticas que provocaron pobreza y dolor en el pueblo argentino.” pic.twitter.com/sFzjXDgDyw
— La Cámpora (@la_campora) March 3, 2022
Bromas y chicanas en Diputados
“Volvió Máximo: ¿Ya se habrá adaptado?”, fue la broma que se escuchó este jueves en los pasillos de la Cámara baja, basada en la excusa-justificación que dio el jefe de La Cámpora para no asistir a la inauguración del período ordinario de sesiones 2022, según informaron el martes voceros de la Casa Rosada y del propio Congreso. De acuerdo con lo que dijeron, Máximo Kirchner llamó al Presidente para avisarle que permanecería en Santa Cruz porque sus hijos debían iniciar el ciclo lectivo y quería acompañarlos. En las filas camporistas nada dijeron del tema hasta hoy, que negaron que ese haya sido el motivo de la ausencia. “Los motivos fueron simples, decidió no estar y listo”, respondió un hombre de trato permanente con Kirchner.
Dos días después, el jefe de La Cámpora regresó a Buenos Aires y se instaló en el despacho que utilizaba la diputada camporista Paula Penacca.
Penacca, a su vez, se tuvo que desplazar a la sala Néstor Kirchner mientras le encuentran otra oficina en el palacio, dado que se desempeña como secretaria parlamentaria del bloque oficialista y será, a partir de ahora, la voz y los ojos de Máximo Kirchner dentro de una bancada que, en solo una semana, podría experimentar una fractura en los hechos a la hora de votar en el recinto el acuerdo con el FMI. “Más allá de la letra chica, no nos gustó cómo se llevó adelante la negociación”, deslizó un diputado afín al jefe camporista contra el ministro Martín Guzmán.
Encerrado en su despacho
Máximo Kirchner no participó hoy de la reunión preparatoria convocada por Sergio Massa en horas del mediodía, pese a que el Poder Ejecutivo aún no había enviado a la Cámara de Diputados el proyecto del acuerdo con el FMI. Mientras el tigrense anticipaba a los opositores Mario Negri, Cristian Ritondo, Juan Manuel López, Alejandro Rodríguez y Luciano Laspina, entre otros, el articulado de la iniciativa, el hijo de la vicepresidenta Cristina Kirchner se encerraba en su despacho a planificar cómo se posicionará la semana próxima. Lo que es seguro es que mantendrá el bajo perfil.
Como jefe de bloque, Máximo Kirchner nunca participó en las reuniones de comisión y menos lo haría la semana próxima en Presupuesto, que preside Carlos Heller, su socio en el recordado proyecto del impuesto a las grandes fortunas. Heller sería partidario, en esta ocasión, del acuerdo con el FMI, a diferencia de Máximo que ya manifestó públicamente sus reparos y entendería que el desembarco del Fondo en el país “diluye la identidad del kirchnerismo”, porque afecta su relato político y económico.
Es más, algunos dirigentes que tienen una comunidad de pensamiento con Máximo Kirchner admiten por lo bajo que, de aprobarse el acuerdo, este sector del oficialismo no saldría ganando en términos políticos si la economía se encaminara -el crédito se lo llevarían Alberto Fernández, Martín Guzmán y Sergio Massa- pero tampoco si se profundizara la decadencia económica del país, en cuyo caso el Frente de Todos sería responsable de un nuevo fracaso gubernamental. Eso, claro está, incluiría al kirchnerismo y dejaría al Frente de Todos ante un escenario de derrota electoral y pérdida de la Presidencia en 2023.
El segundo análisis parece más cercano al que hace Máximo Kirchner desde hace varios meses, cuando comenzó a dar señales encadenadas de diferenciación con la estrategia que adoptaron Fernández y Guzmán frente al FMI. Incluso, el jefe camporista llegó a preguntar, en pleno recinto y a modo de interpelación conjunta (tanto al Frente de Todos como a Juntos por el Cambio), “qué vamos a hacer con el Fondo Monetario”. En la intimidad del kirchnerismo más duro aún subsiste la idea de que el Congreso pueda modificar el contenido del memorándum con el staff técnico del organismo.
A tal punto que un grupo de organizaciones políticas, sociales y sindicales nucleadas bajo el paraguas político del kirchnerismo marchará el 9 de marzo al Congreso bajo el lema “las deudas se pagan, las estafas no”, para reclamar que se “reencaucen las negociaciones con el FMI”. Entre los convocantes a la movilización figuran dirigentes de confianza de Cristina Kirchner como Fernanda Vallejos, Alicia Castro y el director del Banco Nación Claudio Lozano. También serán de la partida Ricardo Peidro y Hugo “Cachorro” Godoy, de la CTA Autónoma, anticiparon los organizadores.
En forma coincidente con el senador Oscar Parrilli, mano derecha de Cristina Kirchner en el Instituto Patria, este conjunto de organizaciones reclamará la convocatoria a una “consulta popular” para preguntarle a la ciudadanía si está de acuerdo con el entendimiento con el FMI. Uno de los puntos que el kirchnerismo más cuestiona de las negociaciones que llevaron adelante Guzmán y el representante argentino ante el organismo, Sergio Chodos, es el aumento de las tarifas de los servicios públicos que implicará el acuerdo. En privado, Máximo Kirchner sostiene que el peronismo logró regresar al poder, en buena medida, gracias a los “tarifazos de Aranguren y Macri”.
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