Máximo Kirchner arma un sub-40 para el conurbano
El líder de La Cámpora impulsa un recambio generacional con eje en la tercera sección electoral y apuesta tres nuevas figuras: Facundo Tignanelli, Daniela Vilar y Emmanuel González Santalla.
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La obsesión de Máximo Kirchner por el Gran Buenos Aires lo llevó a impulsar un recambio generacional en La Cámpora donde un grupo de jóvenes sub-40 ocuparon un lugar de preferencia en la mesa bonaerense de esa organización. La mayoría de estos dirigentes son oriundos de la populosa tercera sección electoral, zona del conurbano donde el kirchnerismo tiene su base electoral más fiel y numerosa.
Además, ahí la agrupación sub-40 tiene más miles de militantes divididos en 19 distritos, desde La Matanza hasta Punta Indio y desde Lobos hasta Quilmes. Esa tarea territorial de la que se ocupa los integrantes de la nueva camada los ubica en un rol de armadores en la región más importante de la provincia de Buenos Aires para el peronismo, donde viven más de cuatro millones y medio de electores. Hasta ahora venían cumpliendo ese papel Mayra Mendoza, quien logró conquistar en 2019 la municipalidad de Quilmes, y Luana Volnovich, titular del PAMI, quien milita en Berazategui.
Pero en estos tiempos se ha consolidado un grupo de camporistas donde se destacan Facundo Tignanelli, Daniela Vilar y Emmanuel González Santalla.
Facundo Tignanelli
Tignanelli, oriundo de La Matanza, es diputado provincial en representación de la Tercera Sección. Es el responsable de Organización de La Cámpora en la provincia y viene de desempeñarse en la última gestión kirchnerista como subsecretario de la Juventud del Ministerio de Desarrollo Social. Vive en el barrio Loma del Millón, en Ramos Mejía, y fue elegido por Máximo para presidir el bloque de diputados provinciales del Frente de Todos. Reconoce que sus cuatro abuelos fueron peronistas y que uno de ellos tenía una unidad básica a muy pocas cuadras de su casa. Entró a la Legislatura por Unidad Ciudadana en 2017, debe renovar su banca este año. “En la orga hoy todo pasa por Máximo Kirchner y Wado De Pedro, sobre todo los asuntos del Gran Buenos Aires, las segundas y terceras líneas no tienen tanto protagonismo”, dice un puntero con mucho conocimiento del funcionamiento del camporismo.
En este contexto –agrega un intendente K- “Tignanelli logró crecer y seducir a Máximo gracias a su activa militancia y lentamente fue eclipsando al “Cuervo” Larroque, quien fue inicialmente su padrino político”. El hijo de la vicepresidenta lo ve como futuro intendente de La Matanza, aunque sabe que el objetivo no será fácil en 2023, porque Fernando Espinoza puede aspirar a un nuevo mandato y cuenta con un aparato difícil de vencer. Por las dudas, en octubre del año pasado Máximo Kirchner fue a visitar al padre Tano Angelotti, víctima de un “apriete” narco, a la localidad matancera de Puerta de Hierro, y se hizo acompañar por Tignanelli, mojándole la oreja al jefe comunal.
La construcción política del presidente del bloque de diputados provinciales del FTD también se apoya en el rol de su hermano Juan Manuel, de larga militancia en el Sindicato de Empleados de la exCaja de Subsidios Familiares para el Personal de la Industria (SECASFI), el gremio K de los trabajadores de la ANSES. Fernanda Raverta lo nombró como coordinador del programa integrador de ese organismo, además de influir en las delegaciones (UDAI) de La Matanza. También son aliados del jefe de SECASFI y diputado nacional, Carlos Ortega, integrante de la Corriente Federal de los Trabajadores, expresión K del sindicalismo.
Daniela Vilar
Daniela Vilar se hizo conocida por presentar un proyecto de ley para impulsar un “Plan Nacional de Gestión Menstrual Sustentable”, en el que también se crea un “observatorio de gestión menstrual” que generó mucha polémica. Sin embargo, la diputada nacional es otra de las dirigentes en ascenso en el recambio generacional de La Cámpora. Nació el 2 de enero de 1984 en Lomas de Zamora, donde actualmente vive y milita. Es licenciada en Ciencias Políticas, cursa actualmente la maestría de Administración y Políticas Públicas de la Universidad de San Andrés.
En 2015 asumió su mandato como concejala de Lomas de Zamora, por el Frente para la Victoria, y en 2019 fue electa diputada nacional. También llevó adelante una carrera deportista como arquera de Handball en el Club Cideco (Círculo de Comunidad en Gerli) que se consagró con su participación en la Selección Argentina Femenina durante los juegos Panamericanos y el Mundial 2014. Está en pareja con el presidente de la Cámara de Diputados bonaerense, Federico Otermín, mano derecha del intendente lomense, Martín Insaurralde.
Otermín consolidó su relación con el jefe de La Cámpora y es el garante del acuerdo de Máximo Kirchner con el intendente. Muchos lo ven en la Municipalidad de Lomas de Zamora. Su conocimiento del territorio y la imposibilidad de Insaurralde de ir por otro mandato sostienen esa hipótesis. Sin embargo, en el camporismo lo niegan: “Federico es amigo nuestro, pero no es de la orga”. Y aseguran que la candidata de Máximo Kirchner para ese distrito es Vilar. Todos los fines de semana recorre el distrito y desde la Cámara de Diputados le autorizan fondos para repartir subsidios.
Teniendo en cuenta que el diputado Kirchner y su socio Wado de Pedro ven aún muy lejos la conquista de La Matanza, Lomas se ha transformado en una obsesión que les quita el sueño. Saben que están muy cerca de controlar el segundo territorio más poblado de la Tercera Sección y para eso especulan este año con la salida de Insaurralde a la Cámara de Diputados a cambio de competir con Sergio Massa por la presidencia de ese cuerpo. Por ahora es solo un escenario potencial, ya que será Cristina Kirchner quien elija al primer candidato de esa lista. En todos los casos, aseguran, Vilar va a ser la candidata a quedarse con el municipio en el 23.
Emmanuel González Santalla
Mientras tanto, siguiendo por el sur del Gran Buenos Aires, la crisis de Covid del año pasado en la Villa Azul, la barriada repartida entre Avellaneda y Quilmes, le dio exposición a otro de los dirigentes que vienen creciendo en la mirada de Máximo Kirchner. Se trata de Emmanuel González Santalla, quien fue concejal de Avellaneda entre 2013 y 2017 y luego secretario de Gestión Ciudadana, desde 2017 hasta 2019. Allí comenzó a tejer su relación política con el intendente Jorge Ferraresi. Con 33 años, ocupa una banca en el Senado por la Tercera Sección (encabezó la lista en 2019) y preside además la estratégica Comisión de Asuntos Constitucionales por decisión de su jefe político.
Esa relación especial con Máximo Kirchner motivó también que le pidieran a principios de 2019 una mudanza transitoria de Avellaneda a Quilmes para colaborar en el armado electoral de Mayra Mendoza, con el objetivo de derrotar al entonces intendente del PRO, Martiniano Molina. Su actividad en esa campaña conformó tanto a los jefes de La Cámpora que ahora González Santalla colabora en ambos distritos, pero sigue cerca de la gestión de Mendoza, que hasta ahora no se ha caracterizado por su eficiencia.
Aún se desconoce su futuro político, pero el senador provincial forma parte del grupo de jóvenes que han venido a reemplazar en protagonismo al Cuervo Larroque, al excéntrico José Ottavis, a Santiago Carreras, hoy lejos del camporismo, y a Jorge “El loco” Romero, quien quedó afuera por una denuncia de acoso sexual de una compañera de militancia. Máximo Kirchner apuesta a consolidar su poder en el Gran Buenos Aires de la mano de miles de militantes de una nueva camada generacional, con el respaldo de poderosas cajas como la ANSES y el PAMI.
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