Máxima sintonía con Berlusconi
Cristina Kirchner relanzó los vínculos con Italia con gestos y elogios al primer ministro
ROMA.- La plaza Colonna, frente a la sede del Consejo de Ministros, lucía los colores de Suiza cuando llegó la presidenta Cristina Kirchner para su almuerzo con el premier Silvio Berlusconi, en el reinicio de una relación estancada durante una década. El olvido de los organizadores de cambiar la bandera suiza por la argentina en medio de esta ciudad blindada por la llegada de 80 delegaciones extranjeras no importó demasiado. Todos fueron elogios de la delegación argentina, deslumbrada ante el Cavaliere , que fue blanco predilecto de las críticas kirchneristas en estos ocho años en el gobierno.
Con un almuerzo que estaba previsto que durara 45 minutos y terminó en dos horas y media, la Presidenta buscó mostrar sintonía política con Berlusconi. No le planteó ni una sola diferencia, según contó la delegación oficial, y lo elogió en público. "El modelo de desarrollo italiano es un modelo a imitar", sostuvo Cristina Kirchner ante una delegación de 200 empresarios en el cierre de la ronda comercial que se hizo en el hotel Excelsior, sobre la Via Veneto.
La jefa del Estado le dispensó un trato cordial al premier, acosado por los escándalos judiciales y sexuales y en medio de una crisis política derivada de su última derrota en las urnas. En el único discurso público que dio Cristina desde que llegó, anteayer, lo nombró siete veces, y resaltó las coincidencias que habían tenido en la reunión sobre el bajo nivel de endeudamiento empresarial y familiar en ambos países.
"La relación bilateral salió del default", fue la frase con la que el canciller Héctor Timerman describió el relanzamiento. Además de verse con el primer ministro, la Presidenta fue recibida por el presidente Giorgio Napolitano en el Palacio Quirinale, sobre la más alta de las siete colinas romanas.
No hubo firma de declaración conjunta y los convenios aprobados fueron pocos. Uno, en el que Italia se compromete a estudiar, en ciertos casos puntuales, la apertura de los archivos diplomáticos durante la época de la dictadura militar argentina; otro de transferencia de tecnología agropecuaria, que rubricó el ministro de Agricultura, Julián Domínguez, y acuerdos de energía y desarrollo de pequeñas y medianas empresas, para el que llegó toda la cúpula de la Unión Industrial Argentina (UIA), con José Ignacio de Mendiguren a la cabeza.
La comitiva argentina se preocupó por destacar la nueva sintonía política entre Cristina y Berlusconi tanto en los debates en el G-20 como en las Naciones Unidas por la integración del Consejo de Seguridad. El Gobierno se mostró interesado en dejar una buena imagen aquí en medio de la negociación para el pago con el Club de París , donde Italia tiene un peso decisivo. "Ese tema lo hablé con [el canciller] Franco Frattini en marzo y me transmitió que están muy satisfechos por cómo transcurren las negociaciones", planteó Timerman, aunque reconoció que sigue siendo parte de los temas a resolver en la relación bilateral.

El canciller argentino, junto al ministro de Planificación, Julio De Vido, y el vocero presidencial, Alfredo Scoccimarro, hicieron una ronda de prensa en la que negaron que se hubieran debatido los temas tirantes de la relación. Uno es la falta de pago a los 20.000 bonistas italianos que no entraron al último canje de deuda. "No se habló", respondió por tercera vez Timerman. De todas maneras, otra fuente oficial confió a LA NACION que este encuentro sirvió para concretar en el corto plazo una solución. "Se va a arreglar. Se hará algo, seguro. Para eso estamos acá", confió un conocedor del vínculo con Italia.
De Vido anticipó, además, que hoy se reunirá con José María Hidalgo, presidente de Edesur, distribuidora eléctrica de origen italiano, en un encuentro fuera de agenda. El congelamiento de tarifas, por el que reclama Italia, es otro de los puntos decisivos que tensaron la relación.
Según contó la comitiva argentina, el premier fue "muy elogioso" con la Presidenta. Apenas Cristina llegó al Palacio Chigi, sede del consejo de ministros, él la fue a buscar hasta el auto y sonrió con ganas para la foto. Se sentaron a almorzar y lo primero que hizo fue transmitirle su pésame por la muerte de Kirchner. Estaban en el salón comedor privado del primer piso, a metros del balcón desde donde Benito Mussolini daba sus discursos.
La presencia de Cristina tuvo nula repercusión en los diarios locales, enfocados en la crisis política y con la mirada en otros líderes mundiales que llegaron aquí para los festejos, hoy por la mañana, del Día de la República, como el vicepresidente de Estados Unidos, Joe Biden, o el mandatario de Rusia, Dmitri Medvedev.
En medio de un vendaval político interno después de la dura derrota en las urnas del fin de semana pasado, Berlusconi evitó todo contacto con los medios. No hubo ningún funcionario italiano que hablara de la Presidenta. Desde la Casa Rosada, en cambio, todo fueron loas.
UNA REUNIÓN CON PIÑERA, LA ÚNICA BILATERAL
ROMA (De una enviada especial).– La única reunión bilateral que tendrá Cristina Kirchner aquí, adonde anoche llegaron más de 80 delegaciones internacionales para los festejos del Día de la República, será con su vecino Sebastián Piñera, presidente de Chile. Esta será la primera reunión que mantendrán desde la polémica por la negativa argentina al pedido chileno de extraditar al ex guerrillero Sergio Apablaza. Entre los temas, se definirán obras para pasos fronterizos. La delegación argentina informó que fue Piñera quien pidió la reunión, que se hará después de que ambos participen de los festejos en la Vía del Fori Imperiali, frente al Coliseo.