Mauricio Macri se reposiciona en el tablero para 2023 frente a la interna de JxC y la fragilidad del Gobierno
Antes de viajar a Italia y Qatar, el expresidente pide “responsabilidad” para cuidar la unidad y que los dirigentes de Pro no se la jueguen ni por Larreta ni Bullrich; sus cartas para el año próximo
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La novela de la fractura que provocó en el Gobierno el acuerdo con el FMI encuentra a Mauricio Macri en plena etapa de resurgimiento. A más de dos años de la derrota que lo devolvió al llano, el expresidente se siente reposicionado en el tablero político. Por un lado, percibe una creciente revalorización de su figura en Pro y celebra que la oposición haya salido airosa del incómodo debate legislativo por la deuda que contrajo su gestión en 2018. A su vez, en medio de la crisis económica, nota un cambio y “aprendizaje” en la sociedad y está convencido de que la oposición tiene muchas chances de regresar al poder en 2023, sea él o no el candidato. Pese a que JxC enfrenta un nuevo escenario, avisa ante propios y extraños que no tomará una decisión hasta abril o mayo del año próximo. Su recuperación, entienden cerca de Macri, le abre dos posibilidades: postularse a presidente o convertirse en el “gran elector”.
“Con los números que tiene hoy y con el Gobierno en la lona, creemos que ya le daría y estaría en condiciones de ser candidato a presidente, pero depende de él”, avisa uno de los dirigentes del círculo de confianza del fundador de Pro. Si bien reconocen que la imagen negativa se mantiene en niveles muy altos, sobre todo para un aspirante a la Casa Rosada, los colaboradores de Macri se entusiasman con los números de las últimas encuestas que repasaron -cuentan que no encargaron sondeos propios-. “Este es su piso de imagen y puede crecer. El Gobierno ya dijo todo lo malo que podía decir de Mauricio”, remarcan en el entorno del exmandatario. A su vez, relativizan un posible impacto en las mediciones de Macri por sus vacaciones en el Sur o su viaje a Italia para participar del Mundial de Bridge, una decisión que despertó comentarios suspicaces en JxC sobre el futuro política del exmandatario. Pero admiten que mejora su performance cuando aparece en el centro de la escena.
De hecho, esta semana volvió a protagonizar un raid mediático, después de dos meses y medio de silencio. Arrancó el domingo con una carta pública que difundió en las redes sociales para cuestionar la feroz interna entre Cristina Kirchner y Alberto Fernández y continuó con entrevistas a canales de televisión y radio. En paralelo, se mantiene activo en la rosca. Esta mañana, después de grabar el reportaje para el canal TN que se emitirá a la noche, recibió en sus oficinas de Olivos a un grupo de senadores bonaerenses de Pro. El encuentro fue gestionado por el jefe de bloque de JxC en la Cámara alta de Buenos Aires, Christian Gribaudo, dirigente cercano a Daniel “Tano” Angelici.
Más tarde, Macri compartió una charla a través de Instagram con el economista radical Martín Tetaz, a quien calificó como la “mejor aparición política” en las últimas elecciones. Sus guiños a Evolución Radical, la fuerza que conduce Martín Lousteau, ya provocan sospechas en el ala tradicional de la UCR, que lidera Gerardo Morales. Cuando lo visitan sus socios del radicalismo, Macri los manda a aggionarse frente a la irrupción del liberalismo y les recomienda repasar las ideas de Leandro Alem.
Las cartas de Macri
Macri, dicen quienes lo frecuentan, no tiene por ahora como objetivo volver a ser candidato a presidente en 2023. “Mi prioridad es ayudar para la unidad y discutir el ‘para qué'”, señaló en su mano a mano con Tetaz. Ese papel, señalan cerca suyo, lo libera a la hora de hablar frente a los medios. Es más, el lunes no dudo en decir que habría que privatizar Aerolíneas Argentinas en caso de que no sea viable económicamente. “No tiene la mochila de querer ser. Dice lo que piensa, guste o no”, celebran cerca de Macri.
Atento a la crisis en la Casa Rosada, el expresidente les pide a sus socios de JxC “responsabilidad” para mantener la unidad, más allá de las disputas por el armado electoral. Ese fue el mensaje que les transmitió esta mañana a los senadores de Pro que lo visitaron en su despacho. Los alentó a retomar “las banderas de la esperanza y del cambio”. Y los arengó a ampliar el espacio para contener a los sectores de la sociedad que están descontentos con la política. En el macrismo miran con atención el crecimiento de Javier Milei.
Tras la reunión, varios legisladores del bloque que conduce Gribaudo se fueron con la sensación de que el expresidente luce revitalizado: “Está con la misma energía que cuando empezó en política”, dice uno de los asistentes al encuentro. Durante la charla, Macri insistió en que JxC debe exhibir unidad frente a la fractura del Gobierno, para vender “esperanza” y futuro en medio de la incertidumbre económica y política.
Larreta vs. Bullrich
Macri también sobrevuela la interna que genera en Pro la pulseada entre Horacio Rodríguez Larreta y Patricia Bullrich por la candidatura a presidente. Sus laderos repiten que mantiene la idea de que “todos los curas que quieran ser Papa” deben competir y que “no habrá dedo” antes de las PASO. Sin embargo, reconoce uno de sus alfiles más cercanos, Macri sabe que podrá usar el traje de “elector” en caso de que decida no volver a jugar. Uno de los motivos que lo empujaría a bajarse de la carrera es que sabe que el próximo gobierno deberá encarar reformas de fondo con una situación económica muy delicada. El costo para la vida personal y familiar, entienden, será alto. “Dice que el que vuelva no podrá ser un presidente tibio. Y eso generaría mucho desgaste”, resaltan cerca del exmandatario. ¿Su última visita a Sebastián Piñera, expresidente de Chile, con quien solía reflexionar sobre las consecuencias del poder, profundizó sus dudas?
“Macri va a mantener la expectativa hasta el final, porque no puede bajarse ahora, pero no quiere ser”, aventura un referente de JxC cercano al exmandatario. Incluso, hay larretistas que lo imaginan como una suerte embajador del país en el exterior en un eventual gobierno del alcalde. “¿Quién tiene más contactos que Mauricio?”, dice un ladero del alcalde porteño. Otros dirigentes de JxC, como Emilio Monzó, consideran que podría ser el ordenador. Al expresidente -quien tiene el frente judicial aún abierto y debe pedir autorización cuando quiere salir del país- le molesta que busquen “encasillarlo”.
Mientras en un sector de Pro confían en que Macri se terminará inclinando por Larreta y su estructura, como el mejor garante en todos los planos -político, económico y judicial-, en la interna con Bullrich, el expresidente les pide a los alfiles de Pro en el territorio que no se definan por uno u otro. Quiere que fortalezcan a la escudería, más que al piloto. Entiende que para ganar a nivel nacional, provincial o en los municipios el espacio no puede caer en el internismo. “No se la jueguen por nadie. Si viene Patricia, le dan un beso y se sacan una foto. Y si los visita Horacio, hacen lo mismo”, les dijo días atrás a dirigentes de Pro en Buenos Aires que aspiran a competir como intendentes. En el conurbano, les advirtió, el Pro debe apostar a los candidatos que ya están consolidados.
A Macri, dicen los suyos, no le preocupa tanto que el Pro llegue con dos candidatos a las PASO. Si bien la UCR podría beneficiarse de esa fragmentación, en caso de que logre ungir a único postulante (Morales, Facundo Manes o Lousteau), los macristas perciben que el electorado elegirá figuras, no partidos.
Consciente de que recuperó parte de la centralidad, al expresidente le preocupa evitar la fractura de JxC, pero exige, sobre todo, que exista “unidad de ideas” y un consenso en torno a una serie de reglas básicas. En la charla con Tetaz, dijo que una parte de la coalición opositora debe “desintoxicarse” de la “contaminación de populismo”. “El Estado debe estar al servicio de la gente”, advirtió.
El escenario “ideal” para el expresidente sería que JxC trabaje en el armado de un equipo -una suerte de gabinete “en las sombras”- y un programa de gobierno, que se ancle en las fundaciones Pensar (Pro), Alem (UCR), Hannah Arendt (CC) y Encuentro Federal (Peronismo Republicano). Por ese motivo, destaca las palabras de Miguel Ángel Pichetto, quien dijo que la gente no le perdonará a JxC “ni la división ni que no esté preparado para gobernar”. “Querría que solo compitan las figuritas de arriba y que el equipo y el programa sea el mismo. Eso haría que la interna sea menos nociva”, señalan.
Es que Macri insiste ante sus interlocutores en que JxC debe discutir “para qué” pretende volver al poder en 2023. Quienes lo frecuentan sacan una conclusión: el expresidente ve que Bullrich tiene más claros sus objetivos en un eventual gobierno que Larreta. “Horacio es un filoperonista moderado”, deslizó hoy.
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