El Gobierno apunta a los empresarios y a los sindicalistas por la inflación
La inflación, que este año rondará el 60 por ciento, es responsabilidad del sistema político, sindical y económico, que no quieren perder los beneficios que obtuvieron a lo largo de décadas, argumentan en la Casa Rosada. El presidente Mauricio Macri responsabilizó a lo que denomina "el círculo rojo", al que identifica a favor de Alberto Fernández, como el máximo exponente del status quo para las corporaciones.
Según dijo el Presidente en las tres entrevistas que dio a medios del interior en las últimas 48 horas, esto se ve representando en la discusión en el Congreso sobre el presupuesto. "Hay muchos intereses creados detrás de bajar la inflación, porque la inflación tiene que ver con el presupuesto, que es un botín político donde muchos vivos se llevan un cacho a cambio de nada, y al final del mes no está la plata para pagarlo. Eso termina siendo inflación o deuda", describió el jefe del Estado.
"Es un mensaje para la oposición, pero también para el resto del sistema", explicaron fuentes oficiales a LA NACION. El Presidente y sus principales allegados consideran que la única forma de dejar atrás los problemas económicos que la Argentina "arrastra hace más de 70 años", es mediante un acuerdo entre todos los actores de la política para avanzar con un plan macroeconómico que esté fuera de la discusión electoral.
"Necesitamos ese acuerdo, en estos cuatro años yo lo planteé antes de ganar, lo planteé en el 2017 cuando ganamos también la elección de medio término, con los consensos básicos. Conseguí algunos, pero no todos, y lo vuelvo a plantear ahora. Lo primero que voy a hacer el 10 de diciembre, si soy reelecto, es llamarlos a todos, empezando por Alberto Fernández, que ahora habla de la importancia del equilibrio fiscal", lanzó Macri, que hoy estará en Posadas con la marcha del #Sísepuede.
El impacto de las PASO actuó como un acelerador para las desconfianzas mutuas. La tensa relación entre el Gobierno y gran parte del círculo rojo terminó de quebrarse en las últimas semanas. La fotografía de Alberto Fernández con el presidente la Unión Industrial Argentina (UIA), Miguel Acevedo, y Héctor Daer, uno de los jefes de la CGT, en Tucumán hace casi un mes cayó como muy mal. "Ya eligieron", agregaron fuentes oficiales.
"Todos están de acuerdo, pero todos quieren la de ellos", graficó un hombre con despacho en la Casa de Gobierno.
"El sistema es que haya sana competencia, que el Estado cuide que nadie tenga monopolios, que nadie abuse de su poder, que no haya comportamientos mafiosos", dijo el Presidente. Y agregó: "Lo peor es convivir con esta inflación, que yo asumo. Yo dije que esto iba a ser fácil de resolver, y por más que en un momento la bajamos al nivel más bajo en los últimos 20 años, no la inflación, pero la pobreza sí la bajamos, después volvimos al mismo lugar. ¿Por qué? Porque no logramos un acuerdo de fondo para decir ´este es el presupuesto, con esto nos manejamos y no mentimos más y se gasta lo que hay y se le bajan los impuestos a la gente´".
Según el Presidente, es "prioritario" alcanzar un consenso multisectorial para mejorar la economía. Pero entre las dificultades que se encontró para lograr un compromiso más amplio, en 2015 y 2017, Macri tuvo que lidiar principalmente con la falta de representatividad en muchos sectores.
Es por eso que Alberto Fernández, que anunció que propondrá como primera medida un pacto social, impulsa la unificación del sindicalismo y busca que los principales empresarios del país asuman el liderazgo interno.
En este punto hay coincidencia entre ambos candidatos, sin un gran acuerdo que incluya un espacio amplio de la dirigencia política, sindical y empresarial, "esto no se va a poder resolver".
El cambio del Presidente en este punto fue total. Es que durante los casi cuatro años que gobernó siempre desconfió de este tipo de medidas e impulsó las negociaciones sectoriales, tanto en política como en economía.
La inflación en la era Macri fue del 40,30% en 2016, 24,80% en 2017, 54% en 2018 y es de esperar un 60% o algo más para 2019. Sin lugar a dudas, junto a la pobreza, fue uno de los grandes fracasos de la gestión macrista.
Tanto fue así que en los últimos días Macri se lamentó por no haber previsto que la situación del país era "más dura" de la que preveía y por confiar que la inflación "se iba a resolver más rápido". Pese a las malas noticias económicas, el Presidente está cada día más convencido de que el "milagro" electoral es posible. El optimismo, apalancado en la respuesta de la gente, renovó la esperanza de que llegar al ballotage ya no es una quimera.
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