Mauricio Macri prepara el relanzamiento de Pro y redefine su vínculo con Milei
Tras las tensiones con la Casa Rosada, el expresidente reaparecerá este jueves para encabezar un acto en La Boca junto a gobernadores, intendentes y autoridades de su partido; los retos que enfrenta en su vuelta al centro de la escena
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Mauricio Macri se alista para reaparecer en momentos en que el presidente Javier Milei lidia con dos frentes de batalla. Una contra la incertidumbre que se instaló en los mercados por la decisión oficial de postergar el levantamiento del cepo cambiario y, otra, contra las tensiones que agitan a la cúpula del Gobierno por el reparto de poder interno, los ataques de trolls en redes o el armado electoral de 2025. A sabiendas de que Pro, el partido que creó hace más de veinte años, se convirtió en el principal sostén del Presidente en el Congreso, Macri caviló en los últimos días para ajustar el tono del discurso con el que volverá al centro del ring el próximo jueves.
Ese día el jefe de Pro encabezará por primera vez un acto partidario desde que asumió Milei. Finalmente, saldrá a escena en un salón privado del barrio de La Boca, el lugar que le sirvió de trampolín político, donde será el orador principal e intentará exhibir musculatura. Es que Macri no solo se mostrará rodeado de gobernadores, intendentes y representantes parlamentarias de Pro, sino que aspira a lograr un gran convocatoria de dirigentes amarillos, con más de 600 personas. Desde el viernes sus asesores comenzaron a cursar las invitaciones. Aseguran que Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta, quienes se enfrentaron en las PASO de 2023 y ahora los une la distancia con Macri, no serán excluidos.
En rigor, Macri pensaba hacer el mitin hace tiempo, cuando asumió formalmente como nuevo presidente de Pro -tuvo que hacerlo vía Zoom en mayo-, pero debió postergar la presentación por las dificultades que enfrentó Milei para lograr la sanción de la Ley Bases y el paquete fiscal en el Congreso. Tras la aprobación de las reformas económicas de la administración de los libertarios, Macri se sintió liberado para ejecutar su hoja de ruta. Primero, en una acción coordinada con Jorge Macri, jefe de gobierno porteño, presionó públicamente a la Casa Rosada por los fondos de coparticipación para la Ciudad. Luego, terminó de desplazar a Bullrich, ministra de Seguridad de Milei, de la estructura orgánica de Pro. Y, por último, volverá al escenario para enviarle un mensaje a los altos mandos de La Libertad Avanza: no está dispuesto a resignar su cuota de poder y entregarle a Milei las llaves de Pro. “Vamos a revivir los principios de Pro, queremos recuperar la mística”, dicen los allegados al expresidente.
A su vez, resta saber si explicitará su rechazo al pliego de Ariel Lijo, el controvertido juez que propuso Milei para ocupar una de las vacantes en la Corte Suprema de Justicia. “No es buen candidato. Es una postulación rara, muy cuestionada por agrupaciones muy respetadas, no lo considera para la Corte”, dicen cerca del fundador de Pro.
Macri machaca con que su desafío es reconstruir a su partido tras el desgaste que sufrió por la feroz interna entre Bullrich y Larreta. Ante el inesperado triunfo de Milei con sus diatribas contra la “casta”, el expresidente sabe que lidia con un reto mayúsculo: retener la mudanza de su electorado a las filas de los libertarios y preservar una identidad propia. Está claro que enarbolar las históricas banderas de su partido -el culto por la gestión, el respeto a la libertad de prensa o la institucionalidad- implica iniciar un lento camino de diferenciación de Milei. Sin embargo, Macri procura ser cauto. No quiere que, en su discurso partidario o en el raid mediático que iniciara a partir del jueves, sus palabras se interpreten como un intento de esmerilar al Gobierno. Por esa razón, apostará a una posición equidistante. Dirá que comparte el rumbo económico, la agenda de desregulación o la política fiscal, pero insistirá en que la administración libertaria debe ampliarse y mejorar su capacidad de gestión para implementar las ambiciosas reformas que impulsa Milei o que lograron el aval del Congreso.
“Las formas son discutibles, pero el fondo y en el plano de la economía, va a seguir acompañando”, remarcan quienes hablan con frecuencia con el jefe de Pro. En el entorno de Macri machacan con que falta método y músculo en el Gobierno de LLA para instrumentar las medidas. El expresidente repite ante propios y extraños que Milei debería seducir a exdirigentes de Pro con experiencia en la gestión, como Guillermo Dietrich o Javier Iguacel, y reforzar al Gobierno. “No se dejan ayudar”, dicen en el seno del macrismo. Notan que el líder de LLA o su mesa chica -Santiago Caputo, Karina Milei o Guillermo Francos- prefieren sumar aliados en el peronismo que profundizar el vínculo con Pro y explorar la chance de un acuerdo integral para conformar una coalición electoral y de gobierno a mediano o largo plazo. “Están aplicando los métodos del kirchnerismo y no están armando una red de contención”, dice uno de los jefes de Pro que dialoga con frecuencia con Macri. Al expresidente no solo le inquietan las maniobras de Caputo en la SIDE, sino la creciente influencia del asesor presidencial en áreas clave, como la Justicia o las telecomunicaciones. “La van a chocar”, advierte uno de los aliados de Macri en Pro.
El destrato que le propinan los altos mandos de Milei desconcierta a Macri, quien insiste ante sus interlocutores en que no pretende desgastar al oficialismo para aumentar sus chances de volver al poder. Es más, sospecha que si la experiencia de Milei fracasa o naufraga su programa económico –a los asesores de Pro les inquieta la brecha cambiara y los obstáculos que enfrenta Luis Caputo para eliminar el cepo-, su fuerza política también saldrá dañada y pagará un alto costo en las urnas. Por ese motivo, Macri dirá en sus intervenciones públicas que procura que Milei tenga éxito en su mandato. “Haya o no acuerdo, Mauricio se tiene que diferenciar. Se va a ubicar como un garante de la racionalidad”, dice un exfuncionario de Cambiemos que acompaña al expresidente en el llano.
Tras haber dejado trascender su enojo por el desplante en la firma del Acta de Mayo en Tucumán, Macri siente que Milei y los suyos ensayaron un acercamiento para recomponer el vínculo. Quienes rodean al titular de Pro responsabilizan a Caputo por el affaire en el acto en la Casa de la Independencia. Sin embargo, notaron que Milei sintió el golpe y buscó contener a Macri tras el episodio. De hecho, el Presidente le escribió una serie de chats para consensuar el relevo de Julio Garro en la subsecretaría de Deportes y lo más relevante: autorizó a “Toto” Caputo para que le aumente los fondos que destina la Nación a la Ciudad en materia de coparticipación. Esa medida alivió a Jorge Macri, quien amenazaba con escalar la pelea en la Justicia ante las complicaciones financieras que su sufre su administración por la recesión.
Además, el primo del expresidente convive con la amenaza libertaria y el fuego amigo en el bastión de Pro –las charlas de Larreta con vecinos lo enardecieron-. Con el aval de Karina Milei, el vocero presidencial Manuel Adorni se entusiasma con disputar una senaduría o diputación en 2025 en el terruño de los Macri. Los libertarios también amenazan con plantar a Bullrich, una jugada de alto calibre que pondría en jaque el acuerdo de gobernabilidad con Pro. Los macristas paladar negro ya no descartan que el expresidente se vuelva a poner el traje de candidato el año próximo para rescatar a su primo y al fortín electoral de su partido.
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