Macri encara semanas decisivas: su cálculo electoral y el escenario más temido para octubre
El expresidente permanece en Europa y planea revelar sus planes a mediados de abril, tras su regreso al país; analiza el posicionamiento de Milei y cree que Cristina Kirchner será candidata
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Son semanas cruciales para el futuro de Mauricio Macri. El hombre que lideró al Pro durante los últimos veinte años empieza a deliberar por estas horas en la ciudad de Bolonia, en el norte de Italia, si volverá o no a disputar la Presidencia en la contienda electoral de este año, una jugada que mantiene en vilo a sus adversarios y especialmente a sus aliados en Juntos por el Cambio.
En su círculo de confianza estiman que develará el misterio de su plan electoral a mediados de abril. A esa altura, dicen, ya no habrá más tiempo: faltarán días para el cierre de alianzas y la inscripción de las listas. La pelea por el bastón de mando está desatada y mantiene en ebullición al principal bloque opositor. Quienes lo vieron al expresidente antes de que viajara a Europa se fueron con la sensación de que no tiene deseos de regresar a la primera línea de la política, pese a que se mantuvo críptico en esas charlas.
Alrededor del expresidente avisan que existe una alta probabilidad de que no compita en los próximos comicios, pero no le cierran la puerta a la chance de que patee el tablero y se anote de forma sorpresiva entre los aspirantes a gobernar el país. “Lo está terminando de decidir. En un 99% no será candidato”, desliza uno de los interlocutores habituales del expresidente, quien retomó el protagonismo en Pro y les demostró a sus detractores internos que mantiene una voz influyente en el esquema opositor.
Es más, como si se alistara para una batalla interna, movió las fichas en su tablero para reclutar socios y cercar a Horacio Rodríguez Larreta, el alcalde porteño y su principal retador en la disputa por el liderazgo de Pro, quien amaga con arrancar de raíz la ascendencia de Macri en la construcción del nuevo proyecto opositor para recuperar el poder.
La decisión de Macri, retratan quienes lo tratan a menudo, estará compuesta por dos capítulos. Pese a que mantiene una baja consideración en las encuestas -su imagen negativa sigue siendo alta, sobre todo en el conurbano, el territorio clave para la contienda nacional-, Macri está convencido de que si se inclinara por entrar en la campaña por la sucesión de Alberto Fernández, se convertirá en el próximo presidente.
Por un lado, calcula que el ganador de la interna de JxC tiene muchas chances de superar al jugador más competitivo del oficialismo. En paralelo, visualiza que el peso decisivo de su figura no solo le permitiría ordenar la interna en su partido, sino también garantizarse el apoyo de un sector de la UCR, que descree del modelo impulsado por Gerardo Morales, aliado de Rodríguez Larreta.
Además, especulan los laderos de Macri, una vez que diga que se sube al ring electoral para ponerse el traje de candidato, sus números en la intención de voto lucirán más auspiciosos que ahora. Sin embargo, dicen los feligreses del fundador de Pro, Macri duda de buscar un regreso al poder por el desgaste personal y familiar que tendría una nueva aventura en la Casa Rosada. Eso termina de meditar en la intimidad por estos días.
“Tiene la experiencia y sabe lo que hay que hacer ahora. Por eso, no sabe si quiere enfrentar el costo personal”, describen cerca del exmandatario. Cree que el cuadro económico y social será mucho más complejo que en 2015, y aventura que no habrá margen de maniobra para demorar el impulso de reformas estructurales en materia laboral o impositiva. Desde hace meses machaca con su receta liberal: les dice a sus socios que no habrá lugar para “populismo light” ni “kirchnerismo con buenos modales” y les pide ser rigurosos con la baja del gasto público.
De hecho, mira con obsesión los números de las empresas públicas e insiste con los costos que genera Aerolíneas Argentinas. Ese panorama lo incita a contemplar la idea de permanecer en segundos planos.
Calculadora electoral
Mientras medita su decisión final, Macri monitorea los reacomodamientos en el mapa electoral. Él y sus laderos estudian los números de las encuestas, una herramienta clave para sus definiciones políticas. A la hora de proyectar escenarios probables para las elecciones generales de octubre les inquieta la chance de que el creciente deterioro económico y la crisis inflacionaria termine de quebrar al Frente de Todos -miran con atención el desplazamiento de peronistas en el Senado- o lo coloquen en el tercer lugar de la grilla. Es decir, que Javier Milei (La Libertad Avanza) entre al ballottage con el ganador de la interna de JxC. Ese es el escenario más temido para Macri. Por eso, sugiere bajar el nivel de belicosidad en la interna de JxC de cara a los cierres de listas, aunque se entretenga con los chispazos por la competencia.
En el entorno del creador de Pro repiten que la principal fuerza opositora tendrá más posibilidades de recuperar el poder en un mano a mano con un postulante del kirchnerismo. Macri y los suyos calculan que Cristina Kirchner será candidata. No saben si a presidenta o a senadora nacional en la provincia de Buenos Aires. Y no descartan que una eventual negociación de la vice con los intendentes del PJ lo catapulte a Axel Kicillof como postulante a presidente para liberar la silla de gobernador.
Valoro el compromiso de Miguel Ángel y la responsabilidad que mostró siempre para defender sus ideas. Sé que sueña con una Argentina conectada al mundo para crear oportunidades reales. https://t.co/g6BOGU7R3y
— Mauricio Macri (@mauriciomacri) March 3, 2023
Macri insiste en que las cifras de las encuestas no serían un impedimento para su candidatura. Claro que decir lo contrario sería una admisión de que no tiene una base política para ganar y que prefiere evitar una derrota como la de 2019. Sin embargo, sus leales consideran que Macri se impondría en la interna de JxC en las PASO. Argumentan que el exmandatario es el accionista mayoritario del 34% de los votos que sacó el conglomerado opositor en las primarias de 2019. Por esa razón no dudan de que si juega, cosecharía adhesiones sorpresivas de sus socios en JxC. Insiste, a su vez, en que Patricia Bullrich, a quien ubica hoy en la pole position de la largada presidencial, declinará su candidatura si él opta por competir, pese que la titular de Pro se muestra decidida a jugar sí o sí. “Tiene palabra y necesita preservar su activo: ser garante del voto macrista”, especula un exfuncionario macrista. Lo mismo, descuentan, haría María Eugenia Vidal, quien ya avisó que se bajaría y se alinearía con el exmandatario.
En cambio, a Macri le llegan señales de hostilidad desde Uspallata, la sede del gobierno porteño: Larreta dice que está dispuesto a desafiarlo. En ese caso, alfiles del expresidente creen que el alcalde “no tendrá chances” de superar a Macri en las PASO: “Si Horacio se vuelve loco y dice ir contra Mauricio, ¿va a competir contra Macri, Bullrich y Vidal?”, se pregunta uno de los dirigentes que orbitan cerca del expresidente.
En el macrismo notan movimientos incipientes en la UCR para aproximarse al eje Macri-Bullrich. “Horacio ya no tiene el caballo ganador”, especulan. Consideran que ni Morales ni Martín Lousteau -a quien no descartan como candidato a presidente- lograrán liderar sus sectores ni encolumnar al radicalismo. Por eso, para el plan de Macri, fue importante su charla de reconciliación con Facundo Manes, quien le ratificó sus ambiciones presidenciales. Esa maniobra complica a Larreta, que teme que se superponga su oferta antigrieta con el discurso de unidad y socialdemócrata del médico radical. Entre los macristas leales también cuentan como eventuales alfiles propios a Alfredo Cornejo, Gustavo Valdés o Rodrigo de Loredo, Carolina Losada y Luis Naidenoff. Y siguen con atención a Maximiliano Abad. Es casi todo el polo anti-Morales.
El armado en la Ciudad sigue siendo el factor que más tensiona el vínculo entre Macri y Larreta. Cerca del expresidente están convencidos de que Vidal no irá como jefa de gobierno y que ahora busca acumular capital para entrar en la discusión nacional. Así tendrá un lugar en la mesa de negociación de Pro. Si no tiene margen para crecer, la seduce la chance de ocupar un cargo ejecutivo en el futuro gobierno.
Macri y los suyos perciben que Larreta, adversario del expresidente en Pro, está frente a un punto de quiebre. Consideran que su principal déficit es el posicionamiento -perciben que su fórmula antigrieta es extemporánea- y que necesita un volantazo para generar un cambio de tendencia y llegar con chances a las PASO. Necesita, repiten, revertir el descontento del núcleo duro de fieles de Macri. Por eso, valoran que haya reivindicado al expresidente en su último mensaje ante la Legislatura. Macri disfruta los capítulos finales de su venganza política antes de revelar su decisión.
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