Mauricio Macri busca mediar para bajar la confrontación entre Larreta y Bullrich pero hay un fuerte revuelo en la cúpula de Pro
El expresidente intenta aplacar las tensiones y prepara una reunión la próxima semana para fijar reglas de juego; las autoridades de JxC organizan un encuentro de la mesa de conducción
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Mauricio Macri medió durante las últimas horas para bajar el nivel de confrontación en Pro, sobre todo, a partir de la escalada del conflicto entre Patricia Bullrich y Horacio Rodríguez Larreta por el armado electoral de 2023. Después de que se reavivara la interna en Juntos por el Cambio por la difusión de un video en el que la exministra de Seguridad increpa duramente a Felipe Miguel, jefe de Gabinete de Larreta, el expresidente busca reunir a los altos mandos de Pro la semana próxima para fijar reglas de juego con miras a los comicios del año próximo.
Si bien trascendió que la cumbre se haría el martes próximo a la mañana -algunos jerarcas de Pro ya lo tienen agendado-, el encuentro aún no está confirmado, según indicaron fuentes cercanas a Macri. La idea del cofundador de Cambiemos es reunir a Larreta, Bullrich y María Eugenia Vidal.
Sin embargo, los líderes de Pro quedaron envueltos en un laberinto de versiones. Incluso, hay resistencia en la tropa de Bullrich a asistir la convocatoria. Recuerdan que Macri también agitó la interna cuando salió a vincular a Hipólito Yrigoyen con el origen del populismo en la Argentina o arremetió contra el discurso “progre” de los radicales. El mensaje que emerge desde el campamento de los “halcones” tiene un contenido desafiante para el expresidente: “A mí nadie me ordena”.
Allegados a Larreta, en cambio, confirman que la idea de Macri es reunir el martes a la cúpula partidaria para un desayuno -solían almorzar cada quince días en el restaurante Happening hasta que en agosto estalló el conflicto por la actuación de la Policía de la Ciudad en la casa de Cristina Kirchner en Recoleta-, pero advierten que la convocatoria aún no está cerrada. Vidal, quien viajó a Mendoza, aún no había sido convocada.
Ayer, el jefe porteño deslizó que Macri ya no es el líder del frente opositor. “Hoy tenemos una mesa que conduce Juntos por el Cambio, de la que participamos Macri como expresidente, los presidentes de los partidos, todos los líderes parlamentarios y los gobernadores, que somos cuatro″, sostuvo en diálogo con LN+.
En paralelo, Gerardo Morales (UCR), Maximiliano Ferraro (CC), Miguel Ángel Pichetto (Peronismo Republicano) y Bullrich retomaron las gestiones para llamar a una reunión de la mesa nacional de la coalición. El cónclave podría realizarse el martes, vía Zoom, pero aún no está definido. “Juntos por el Cambio debe parar con el internismo feroz, los chismeríos y concentrarse en el acuerdo programático que le vamos a ofrecer a los argentinos, prepararse para los grandes desafíos que tendremos por delante, fortalecer su unidad y construir amistad política”, señaló Ferraro.
En la UCR y la Coalición Cívica preocupa la escalada bélica en las filas de Pro. “Vamos a tener que hacer un retiro espiritual”, bromean en la cúpula de Juntos por el Cambio tras los últimos cortocircuitos. La mesa nacional del conglomerado opositor no se junta hace más de dos meses. El último encuentro del grupo ocurrió en agosto, en el sindicato de los Gastronómicos de Buenos Aires, después de que el fiscal Diego Luciani pidiera doce años de condena contra la vicepresidenta Cristina Kirchner en la causa Vialidad.
Macri se reunió a solas con los tres presidenciables de Pro hace tres semanas en su casa de Acassuso. Fue antes de que presentara su nuevo libro, “Para qué”, en La Rural y de que viajara a los Estados Unidos. Allí, debatieron sobre la estrategia para enfrentar al kirchnerismo en Buenos Aires y el plan “Y”. Se trata de la idea que impulsan intendentes y “territoriales” de Pro para no perder competitividad en sus distritos. Macri los apoya, pero es idea es resistida por Larreta y Bullrich.
Durante su paso por el Foro de Abeceb “El Otro Cambio Climático”, evitó referirse a la polémica en torno a las imágenes en las que Bullrich amenaza a Miguel, jefe de Gabinete de Larreta, con “romperle la cara” si volvía a acusarla de ser “funcional” al kirchnerismo.
“Siente que estas peleas no suman a lo que tenemos que estar haciendo: explicar el ‘para qué' queremos volver a gobernar”, comenta uno de los colaboradores de confianza de Macri.
Quienes dialogaron con Macri durante los últimos días sugieren que el expresidente pretende “bajar el nivel de agresiones” en Pro. Si bien no dramatiza las tensiones que genera la competencia interna -de hecho, suele fomenta-, el exjefe del Estado, quien mantiene el misterio sobre una eventual candidatura, pretende acordar reglas de juego para la contienda electoral de 2023. Por caso, Macri y sus herederos deben definir si el Pro competirá con una fórmula presidencial única, si habilitarán que haya dos candidatos del partido y que existan binomios mixtos o cruzados con la UCR.
Mientras mantiene la incógnita sobre su futuro -una decisión que inquieta a Larreta y Bullrich, lanzados en la pelea por la Presidencia-, el expresidente alienta la competencia interna “sin golpes bajos”. “Quiere que la competencia sea natural y no artificial”, dice uno de sus escuderos, sobre su plan para mantener la “Y” en los distritos donde gobierna el Pro o en los que hay candidatos a intendentes ya instalados. Es que los postulantes locales de Pro -a gobernador o jefes municipales- no quieren quedar enredados en la lucha de poder que genera la interna nacional.
“Veo con enorme preocupación lo que pasa en nuestra coalición, porque terminamos siendo un espejo del kirchnerismo, y nosotros tenemos que ser todo lo contrario”, alertó Rogelio Frigerio, quien pretende competir en Entre Ríos, en diálogo con A24.
La pelea por la Capital
La Capital se convirtió en el campo de batalla de la disputa de liderazgos en Pro. La tensión creció en el seno del partido fundado por Macri luego de que Bullrich bendijera al primo del expresidente, Jorge Macri, como su candidato para la sucesión de Larreta. La jugada puso en aprietos al jefe porteño, quien posterga una definición en torno a la disputa por la Ciudad y mueve sus fichas con cautela para preservar su alianza estratégica con el radical Martín Lousteau, uno de los aspirantes a sucederlo.
Atento a las maniobras del alcalde -que alienta la competencia entre Jorge Macri, Lousteau, Fernán Quirós o Soledad Acuña, entre otros-, el expresidente pretende que el Pro retenga su casa matriz en 2023. Por eso, puso como jefe de campaña del ministro de Gobierno porteño a Fernando de Andreis y habilitó la foto entre Bullrich y su primo, que redobló la presión sobre Larreta para que abandone su postura neutral.
El fundador de Pro está convencido de que su primo, quien se sumó en diciembre pasado al gabinete porteño tras sellar un acuerdo con Larreta para bajar su candidatura en las legislativas y allanarle el camino a Diego Santilli en Buenos Aires, reúne los requisitos para heredar la Ciudad. Considera que garantiza “la continuidad con cambio” en el distrito. En el entorno de Macri creen que Jorge demostró “capacidad de gestión” y cuenta con armado y volumen político propio para medirse con un rival como Lousteau, quien anhela cerrar un acuerdo con Larreta y convertirse en “el candidato a jefe de gobierno de la coalición” de Juntos por el Cambio. Jorge Macri, en tanto, quiere ser el postulante de Pro.
Hoy, el primo del expresidente recibió un nuevo apoyo: Cristian Ritondo, rival de Diego Santilli en la pulseada por la candidatura a gobernador bonaerense. Mientras tanto, Larreta pretende sacar a la cancha a Quirós, su carta para contener los embates del ala dura, durante los próximos días. Tienen previsto compartir una actividad, que se postergó por el conflicto salarial con los residentes y concurrentes de la Ciudad.
Después de su guiño a Lousteau y Morales -fue al acto de la UCR en Costa Salguero en homenaje a Raúl Alfonsín-, Larreta buscó diferenciarse de Bullrich, su contrincante en Pro. Dijo que no se inmiscuirá en las “peleas entre políticos” y que se enfocará las preocupaciones de la opinión pública, como la inflación, la inseguridad o la falta de empleo. “No digo que no haya tensiones internas, pero no quiero alimentarlas ni seguir echando nafta al fuego”, afirmó hoy en diálogo con Radio Rivadavia.
A la vez, reiteró que la pelea por su sucesión se dirimirá en una interna de Juntos por el Cambio en las PASO. Y negó que le haya molestado la foto entre Bullrich y Jorge Macri. “Todos tienen derecho a hacer política. No es un momento para estar lanzando y hablando de candidaturas. Yo no lo hago, pero respeto que otros lo hagan”, puntualizó.
Esta tarde, volvió a pisar el conurbano bonaerense. Fue a San Miguel, territorio de Jaime Méndez y Joaquín de la Torre, aliado de Bullrich en Buenos Aires. Lo escoltó el referente local de Pro, Max Perkins. Luego, se trasladó a José C. Paz, donde se mostró con Graciela Ocaña, líder de Confianza Pública.
La titular de Pro, en tanto, visitó al intendente de Tres de Febrero, Diego Valenzuela, en la localidad de Villa Bosch. Valenzuela es uno de los aliados más estrechos de Larreta en Buenos Aires. De hecho, Santilli ya lo promueve como su eventual jefe de Gabinete.
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