Massa y Milei, por separado, en una noche intensa por LN+
Fuertes chisporroteos entre el candidato oficialista y Majul; el referente libertario, en Comunidad de negocios, se cruzó con Patricia Bullrich y llegó acompañado de Fátima Florez
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Los dos candidatos presidenciales que llegan a la gran final del balotaje el próximo 19 de noviembre estuvieron en la noche del domingo en los estudios de LN+. No se cruzaron, pero estuvieron en dos programas consecutivos de esa señal –La cornisa y Comunidad de negocios–, en un ejercicio periodístico muy peculiar en el que estilos bien contrapuestos se aunaron para ofrecer un atractivo combo, ya en la cuenta regresiva a la tercera, y definitiva, elección nacional que definirá al nuevo habitante máximo de la Casa Rosada a partir del 10 de diciembre, exactamente el mismo día en que se celebrarán los 40 años ininterrumpidos de democracia que inauguró en esa fecha de 1983 Raúl Alfonsín.
El primer round –nunca mejor seleccionada esa palabra ya que en el primer reportaje, entrevistado y entrevistador tuvieron fuertes encontronazos– fue protagonizado por Sergio Massa, el candidato de Unión por la Patria, que se las tuvo que ver con Luis Majul. A continuación, ya en el transcurso de su propio programa, José Del Rio recibió a Javier Milei, el candidato de La Libertad Avanza, donde prevaleció un ida y vuelta más apacible.
Para el ministro de Economía, sentarse frente a Majul pudo haber sido un intenso y riesgoso training para el próximo debate. El conductor de La cornisa tenía un cuestionario picante y poco concesivo que intentó volcar de manera apabullante, pero el invitado no se prestó tan fácil al jogo bonito de gambetas y salidas imprevistas. Como esos jugadores europeos que salen a la cancha con la misión de cortarle el paso y hacerle mucho más áridos sus avances al delantero aventajado del equipo contrario, Massa no le dejó pasar una a Majul. En la casi hora completa que duró la conversación utilizó infinitas variantes de: “¿Me vas a dejar hablar?”
Cuando dos ansiosos se juntan, difícilmente uno u otro puedan desarrollar una idea completa. Bastante de esto sucedió el domingo a la noche, en LN+. Eso sí, estuvieron de parabienes los portales informativos y las redes sociales que festejaron los chisporroteos.
“En mis treinta años de vida pública nunca querellé a un periodista. Respeto y valoro enormemente el trabajo que hacen con el control de los poderes”, dijo al comienzo Massa cuando las hostilidades todavía no se habían desatado y, afilado, agregó: “Llevo dadas más entrevistas a este canal que a América, que dicen que es de un amigo mío [nota de la redacción: Daniel Vila]. En otro momento de la charla, aludió a esa emisora como “que dicen que es de Sergio Massa”.
Majul fue desplegando la batería de números e índices ruinosos de la gestión del ministro. Massa los refutó, o bien afirmando que faltaba información de contexto, que eran incorrectas o que directamente se trataba de mentiras.
Modo zen
En estos últimos tiempos de la campaña, Massa (al igual que Milei) ha reforzado un modo zen para hablar, una manera más autocontrolada de expresarse públicamente que pretende comunicar seguridad y aplomo. Sin embargo, el falso tigrense (nació en San Martín) no puede disimular cierta irritación cuando la pregunta no es de su total agrado. Ya algunos movileros lograron ponerlo de mal humor con preguntas incómodas al paso y también con María Laura Santillán, en LN+, al considerar que era una chicana que lo interrogara sobre si es o no kirchnerista.
El momento estelar de la noche fue cuando Massa se estaba refiriendo a la famosa deuda que el entonces presidente Mauricio Macri había contraído en 2018 con el Fondo Monetario Internacional. Majul venía haciendo su clásico cabeceo cortito de arriba hacia abajo y de abajo hacia arriba con que suele acompañar la escucha de las respuestas de sus entrevistados. Es un movimiento muy similar al de esos perritos de juguete que se bambolean con el movimiento en las partes delanteras o traseras de algunos colectivos y taxis. Solo que en este caso, el mencionado periodista hizo un levísimo movimiento hacia el costado que el candidato captó en el acto, y que interpretó como una suerte de desautorización de lo que estaba diciendo. “No me haga así con la cabecita. Si lo que quiere es ponerme nervioso no lo va a lograr, Luis, porque tengo una paz enorme. Lo que le pido es que sea respetuoso”, explotó.
Majul se asombró de que lo tratara de usted cuando siempre se habían tuteado. “Yo no lo voy a tutear”, remarcó ceremonioso Massa, como para establecer más distancia y frialdad, aunque en otros momentos de la entrevista volvió a tutearlo. “¿Me invitaste para escucharme o para interrumpirme?”, repreguntaba.
Caras serias, mandíbulas apretadas, brazos cruzados, miradas aceradas y gran vértigo en el ida y vueltas de preguntas y respuestas que varias veces no terminaban de completarse. “Es muy difícil dialogar así”, se quejó el candidato. Por momentos el encuentro derivaba en reproches mutuos: de Massa hacia Majul reclamándole que le hiciera las mismas preguntas a Milei, que le iba a mandar documentación que refutaban los dichos del periodista y que esperaba que los mostrara, y de Majul hacia Massa diciéndole que le enviaría, a su vez, los videos de sus últimas entrevistas para que comprobara que todos reciben el mismo trato. “El rol del periodista –pretendió dictar cátedra el invitado- es preguntarle al entrevistado y que el entrevistado conteste”. Y agregó: “Si usted afirma algo sin veracidad puede confundir a la gente...pero entiendo que es parte de la dinámica de construir todo el tiempo demonios”.
“Rey de la casta”
Cuando llegó el momento de la nota con Javier Milei ya La cornisa había llegado a su fin y era el tiempo de Comunidad de negocios. La espuma había bajado, pero se sumaban nuevos atractivos: a pantalla partida, se la veía en el mismo estudio a Patricia Bullrich que, sin dialogar con el referente libertario, de todos modos, ambos hicieron mención, en términos positivos, al apoyo que La Libertad Avanza está recibiendo de algunos destacados referentes de Pro. También pudo verse, aunque no escucharse porque no tenía micrófono, a Fátima Florez, la estelar novia de Milei, en momentos en que arreciaban los rumores de que la pareja se había separado. De hecho, @laremiseríadelarosada, el espacio en las redes sociales que representa a Wado de Pedro, este lunes publicó un afiche de la vedette con una leyenda que decía: “Hacé como Fátima y dejá a Milei”.
Aunque Del Rio apeló a su habitual tono mesurado, y se trató de una conversación civilizada, no faltaron las preguntas incisivas sobre el tema del “voucher” educativo (Milei lo relativizó al recordar que cada provincia resuelve su esquema escolar), el cierre del Banco Central (lo ratificó) y la dolarización (que también dijo que debería llevarse adelante). Sin embargo, Milei nunca se salió de su tono tranquilo y parsimonioso. Ratificó que no habría pauta oficial si llega al Gobierno. “Si hay pauta no hay libertad”, subrayó, dijo que era falso que el pasaje de tren si él triunfa en la segunda vuelta costará $1100 y solo se encendió un poco más al afirmar que Sergio Massa es “el rey de la casta”.
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