Masiva marcha por la muerte de Ferreyra
Partidos de izquierda y organismos de derechos humanos exigieron al Gobierno que identifiquen a los responsables del asesinato
La indignación y el dolor los reunió a todos. Partidos de izquierda, organizaciones estudiantiles y sindicales combativas, grupos piqueteros antikirchneristas, el piquetero oficialista Luis D´Elía y organismos de derechos humanos se movilizaron juntos frente a la Casa Rosada para repudiar y reclamar justicia por la muerte de Mariano Ferreyra, el joven militante del Partido Obrero asesinado anteayer en Barracas por un grupo de individuos armados que estaría vinculado con el gremio de la Unión Ferroviaria.
La columna principal de la movilización partió a las 17.30 de la esquina de las avenidas Callao y Corrientes, para arribar una hora y media después a la Plaza de Mayo, donde los manifestantes responsabilizaron a la Presidenta por la acción de la Policía Federal. Según testimonios de los testigos del ataque, agentes de esa fuerza habrían permitido el paso de personas armadas junto con el grupo de ferroviarios que repelieron a los piqueteros y a ex empleados tercerizados del Ferrocarril Roca, cuando éstos ya habían abandonado una protesta en la estación Avellaneda.
Por esa razón, ayer, en la marcha, se insistió en denunciar que hubo una "zona liberada" por las fuerzas de seguridad en las inmediaciones de la estación Hipólito Yrigoyen del Ferrocarril Roca, en Barracas, donde además de Ferreyra también resultaron heridos de bala otros dos militantes del PO: Elsa Rodríguez, de 56 años, quien permanece internada en grave estado en el hospital Argerich, y Nelson Aguirre, de 30 años, que ayer fue dado de alta y se sumó -en silla de ruedas- a la movilización.
Hasta ayer no había detenidos por el ataque, aunque la fiscal Cristina Caamaño inició las rondas de declaratorias a testigos e integrantes del gremio (ver aparte).
Dada la masividad de la concurrencia, calculada en 50.000 personas por los organizadores, otro contingente inició su marcha desde el Congreso, mientras que grupos menores se fueron plegando a medida que los manifestantes descendían por Corrientes. Los adherentes particulares prefirieron esperar a las columnas directamente en la Plaza de Mayo.
Una vez en frente a la Casa Rosada, y desde un escenario improvisado sobre el acoplado de un camión, el encargado de entregar el mensaje al Gobierno fue Jorge Altamira, líder del Partido Obrero (PO). "Los testimonios son abrumadores. Por eso afirmamos que los instigadores de la brutal masacre tienen nombre y apellido: José Pedraza, secretario general de la Unión Ferroviaria; Juan Pablo Schiavi, secretario de Transporte; Antonio Luna, subsecretario de Transporte Ferroviario y su hijo, quien estuvo presente en el lugar de los acontecimientos; y Pablo Díaz, miembro de la conducción de la Unión Ferroviaria". dijo.
Todo el arco político del centro y de la extrema izquierda acompañó al Partido Obrero y a los trabajadores despedidos del Roca. Estuvieron partidos como Proyecto Sur, MST, PTS, ARI y el MAS, las federaciones estudiantiles de las universidades de Buenos Aires (FUBA) y La Plata (FULP) y movimientos piqueteros como la Corriente Clasista y Combativa, Barrios de Pie y Quebracho. También estuvo D´Elía, con la Central de Movimientos Populares, y Hebe de Bonafini, de Madres de Plaza de Mayo, envió una carta de adhesión.
Desde el radicalismo se emitió un comunicado que expresó: "La intolerancia de los que se creen dueños de la calle trajo luto a la patria" e instó al Gobierno a no desentenderse de los hechos de violencia porque "es quien provee al sindicalismo oficialista los recursos y legitima su capacidad de presión".
Por otra parte, la agrupación Quebracho protagonizó una serie de incidentes al llegar a la Plaza, cuando una treintena de adolescentes con los rostros cubiertos intentó tumbar el vallado que protegía la Casa Rosada, que ayer estuvo rodeada por un nutrido grupo de efectivos policiales, acompañados por carros hidrantes. Antes, frente al Obelisco, el mismo grupo había quemado bolsas de basura. Fuera de estos episodios, que fueron reprobados por el resto de las organizaciones de izquierda, no hubo incidentes en la marcha.
"Hijo del Argentinazo"
"Vamos a responder con política, con movilizaciones y protestas", sostuvo Cristian Henkel, dirigente de la FUBA que definió a Ferreyra como un "hijo y exponente de la generación del Argentinazo", en relación a las protestas de 2001 y de 2002. De hecho, con sólo 14 años, Ferreyra participó de las marchas que, en 2002, culminaron con las muertes de los piqueteros Maximiliano Kosteki y Darío Santillán, también en Avellaneda.
Ayer participaron en la marcha los gremios de la CTA y organismos de derechos humanos como Liberpueblo y la Asociación Ex Detenidos y Desaparecidos (AEDD). "Algunos de estos sindicalistas son los mismos que en los ?70 colaboraron con la Triple A denunciando a compañeros", sostuvo Adriana Calvo, de la AEDD. "El nombre de sindicalistas les queda grande, son empresarios", agregó Nora Cortiñas, de Madres.
Sobre esta comparación insistió Néstor Pitrola, referente gremial del PO: "En el nombre de Facundo Moyano [hijo del titular de la CGT, Hugo Moyano], la Presidenta bendijo la reaparición de la Juventud Sindical, la misma que fue socia de la Triple A y la dictadura".
Antes del acto, que concluyó cerca de las 20.30, dirigentes del PO se reunieron con el secretario general de la Presidencia, Oscar Parrilli (de lo que se informa por separado). Pero la cúpula del partido se negó a seguir el mismo camino ya que exigían hablar con la jefa del Estado. "No hablamos con perejiles", disparó Altamira.