Más gobernadora que nunca para desalentar rumores
El fondo y la forma de la presentación de María Eugenia Vidal en el almuerzo del Cicyp tuvieron un evidente objetivo: reafirmar que hablaba como gobernadora y candidata a la reelección en la provincia. Nada más. O nada menos.
Vidal llegó a la cita consciente de la ola de rumores que recrudeció en el fin de semana sobre el regreso del plan B (o V) del oficialismo: la renuncia de Mauricio Macri a la búsqueda de la reelección para cederle a ella ese lugar, ante la persistente caída del Presidente en las encuestas. La especulación es expresión de deseos para algunos integrantes del "círculo rojo". Buena parte de ellos componían el auditorio. Lo hicieron notar.
Por eso, la gobernadora se ajustó a la máxima periodística que dice que no hay que lograr que un texto se entienda, sino que se debe buscar que no se pueda interpretar de ninguna otra manera que no sea la que el autor se propuso. Difícil misión.
"Datos matan relato" fue la síntesis de un asistente para definir la exposición de Vidal. Durante 50 minutos presentó 40 diapositivas con logros de su gestión, contrastados con lo que no hizo la gestión kirchnerista-sciolista en ocho años.
La épica no estuvo en el texto ni en el tono. Se pretendió que estuviera en los resultados alcanzados en cuatro ejes: calidad de la administración, obras, inclusión y lucha contras las mafias. La excepción fueron la introducción y el epílogo. Allí puso contexto y algo de emoción, junto con una interpelación al auditorio.
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Vidal transcurrió por un difícil filo, ese que separa y diferencia su gestión como gobernadora con lo que ocurre en el plano nacional, en especial con la economía. En la apertura destacó que en la provincia (sustantivo remarcado como adjetivo) el cambio ya había empezado y afirmó que se podrá hacer un balance positivo al concluir su mandato.
Fue más lejos: al mismo tiempo que reivindicó ser parte del equipo que gobierna la Nación, la provincia y la ciudad de Buenos Aires, y destacó el aporte nacional para que se concretaran muchas obras, también remarcó que sobre su provincia recayó el mayor peso del ajuste para llegar al déficit cero. Una y una.
Al final, instó a los empresarios a "ser parte" y deslizó el propósito de ampliar Cambiemos, al decir que el país "necesita del equipo de toda la política y de todos los argentinos".
Para despejar dudas sobre su proyecto personal, reivindicó su pertenencia a "un equipo" y remarcó: "Como dice el Presidente, los problemas de la Argentina no se resuelven con un líder, porque eso fracasó a lo largo de 70 años". Además, al menos tres veces, hizo mención a sus proyectos si es reelegida gobernadora.
Para los asistentes pareció no ser suficiente. Al final, hubo tres preguntas. Las tres referían a la posibilidad de que reemplazara a Macri como candidata a presidente.
"No me imaginé que me preguntarían esto", dijo con aparente sorpresa (o disimulada ironía), antes de responder que Cambiemos ya tiene definidos sus candidatos a presidente, a gobernadora bonaerense y a jefe de gobierno porteño. Absoluta coincidencia con lo dicho por Macri la noche anterior.
Algunos de sus asesores estuvieron entre quienes seleccionaron las preguntas. Está claro que se procuró abordar el tema para desalentar especulaciones. No obstante, algunos empresarios insistían después con análisis semiológicos en busca de algún resquicio que permitiera sustentar sus expresiones de deseos.
Para el temor no bastan los argumentos racionales.
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