Más allegados a la viuda de Soria hablan de celos obsesivos de la mujer
Tres amigas íntimas de Freydoz y uno del gobernador rionegrino asesinado declaran en el juicio en que se le imputa el crimen de su marido
General Roca- Tres amigas íntimas de Susana Freydoz y uno del gobernador rionegrino asesinado Carlos Soria detallaron hoy la obsesión de celos y sospechas que padecía la viuda, en la cuarta jornada del juicio que se le imputa el crimen de su marido.
Elsa Romagnoli, una de las amigas más cercanas de Freydoz, describió ante los jueces cómo fueron incrementándose las sospechas de infidelidad y los celos de la imputada ante funcionarias jóvenes y otras mujeres.
Romagnoli señaló que Freydoz controlaba llamados y mensajes de su marido, y que en un encuentro de diciembre pasado entre el matrimonio Soria y el propio, "muy alterada" la esposa del gobernador le mostró el supuesto mensaje de una amante.
También Stella Maris Bonet y Elena Pereyra de Müller coincidieron con el testimonio de Romagnoli, y afirmaron que en los últimos dos años la conducta obsesiva de Freydoz fue en aumento, y que incluso la mujer evaluaba contratar a un investigador privado para seguir a su marido.
Del mismo modo, las tres aseguraron que sugirieron a Freydoz iniciar una terapia psicoanalítica, lo que comenzó a hacer en Neuquén pero luego rechazó, por temor a que su problema se divulgara por la ciudad.
Edgardo Peackock, esposo de Romagnoli, amigo de Soria y junto a su mujer también del matrimonio, también aportó información sobre los celos de Freydoz, que expresaba en forma "vehemente", y negó haber conocido evidencias sobre la supuesta infidelidad de parte de Soria.
Sin embargo, y al igual que hizo en la etapa de instrucción, Peackock, expresó que en alguna conversación sobre ese tema, el gobernador asesinado le "dio a entender" que tenía una relación extramatrimonial. "Nunca supe quién sería", agregó.
La empleada doméstica, una clave
El restante testimonio de esta jornada fue el de Lilia Cárdenas, empleada doméstica del matrimonio Soria durante 18 años, quien aportó nueva información sobre el creciente consumo de alcohol y pastillas "rosadas" (psicofármacos según otras declaraciones) de parte de Freydoz.
Cárdenas dijo que la imputada bebía "tres vasos de vino blanco" en menos de una hora, y que luego continuaba tomando, aunque destacó que "nunca" la vio "mareada" o fuera de control.
Agregó que en el último año la viuda se manifestaba deprimida y triste, y que especialmente un día en el que celebraba su cumpleaños número 60, lloró delante suyo, reconociendo que se sentía muy mal anímicamente.
Entonces decidió informar de la situación a los hijos del matrimonio, que incluso analizaron la posibilidad de hacerla internar para iniciar un tratamiento, lo que finalmente descartaron.
De los testigos de hoy, Cárdenas fue la única que fue a visitar a Freydoz luego del hecho. Dijo que iba a cuidarla en los primeros días de enero, cuando vivía en la casa de una hermana en Allen, a 50 kilómetros de General Roca.
En esas visitas, la empleada veía a Freydoz y ambas se ponían a llorar. "Les arruiné la vida", le expresó la imputada en el último encuentro, aunque dijo que tiene la impresión de que en ningún momento manifestó saber qué había ocurrido.
Pasado mañana se realizará la quinta audiencia, a la que fueron convocados los peritos Adolfo Scatena, Marcelo Usal, Ismael Hamdam y la bioquímica Cristina Rubio, además de Rolando Roharte.
Freydoz está acusada de haberle disparado a su esposo en la mejilla izquierda el 1 de enero de este año alrededor de las 4 de la madrugada, luego de la reunión familiar de Fin de Año en la chacra del matrimonio en las afueras de General Roca.
El lunes 15 de octubre, la Cámara Primera en lo Criminal de General Roca inició el juicio a Freydoz, y hasta hoy declararon 19 testigos. Agencia Télam
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